El desaparecido Café de la Rambla, estuvo situado en la esquina de la calle Canuda con las Ramblas. Era propiedad de la Sociedad Anónima Cafés de Cataluña y fue decorado en un estilo clásico, propio de todos los establecimientos instalados en aquella época en la ciudad.
Fue inaugurado el 4 de abril de 1925 y su emplazamiento era extraordinariamente idóneo para los amantes de la cultura y de las artes. Su ubicación, cercana a otros locales en los que se cultivaba la cultura: Sala Canuda, el Ateneo, la Sala Mozart y la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, propicio que rápidamente se convirtiera en un local de tertulias y reuniones.
El local tenía varios departamentos para que la clientela pudiera disfrutar del Restaurante, Cafetería, Charcutería y Pastelera.
En verano, su animada terraza se situaba en la acera de la Rambla, no solo estaba animada por aquellos tertulianos que preferían el aire fresco de la calle, a los molestos ventiladores del interior de los salones, sino por aquellos transeúntes que se quedaban embobados escuchando las discusiones de los tertuliamos.
En aquel tiempo los grandes cocineros, también eran buscados por los locales del centro de la ciudad y el Café de las Ramblas, contrato para local en 1925, al conocido chef Pompidor la dirección de la cocina del restaurante.
Una de las tertulias más famosa fue la conocida como ”La Revista”, que reunía en sus mesas y sillas a personajes de la talla José María López-Picó, Josep Maria de Sagarra, J.V. Foix, Josep Pla o Antoni Closas.
Esta tertulia había comenzado a celebrarse en el Café Continental de Plaza Cataluña esquina con la Rambla de Canaletas, pero tuvo que trasladarse al Café de las Ramblas, cuando el edificio del Café Continental, fue adquirido por la desaparecida Banca Arnús.
Finalizada la guerra civil, Xavier Regàs, adquirió el local, conservando la decoración de las paredes, los grandes espejos y los globos de luz, restauro los divanes re tapizándolos de nuevo en un color rojo. Los antiguos tertulianos desaparecieron y en su lugar aparecieron : Andreu-Avel·lí Artís “Sempronio”, Sebastià Gasch, el actor Gimbernat y el autor dramático Lluís Elias.
Aunque continuaron las tertulias diarias de los intelectuales, sus discusiones y comentarios eran diferentes, ya que la inquisición franquista, hizo derivar los temas de las tertulias en el tratamiento de otros temas de actualidad, ajenos a la política y a la segunda Guerra Mundial.
La falta de seguridad de los tertulianos, por la persecución a la que estaban sometidos por los escuchas de la policía secreta, porque nunca sabían que persona estaba sentada en las mesas colindantes a la suya, ahuyento las reuniones de todas las tardes, no solo a los del Café La Rambla sino las de todos los cafés cercanos.
Ante esta crisis desaparecieron los tertulianos y los clientes que pasaban las tardes escuchando a los intelectuales. El local perdió su esplendor del primer tercio de siglo. A finales de 1948 el Café de la Rambla cerró sus puertas y en su lugar se abrió una tienda de Lámparas y vajillas para el hogar llamada Lámparas Ramblas.