cine Volga, Barcelona

1932 CINE VOLGA

El primitivo cine Volga se construyó en el antiguo garaje situado en la calle Cortes, propiedad de Salvador Garzón Puig.

Con la llegada del cine sonoro, la fiebre por parte de los empresarios que querían entrar en el mundo de la cinematografía aumentó. En 1932, Josep Durban adquirió el local con el objetivo de construir un cine que pudiera absorber a aquellos espectadores que no encontraban butacas libres en el Coliseum y tenían que volver otro día.

Durban se puso en contacto con el arquitecto Josep M. Ventosa para que le construyera un cine con un aforo de 999 espectadores.

El cine Volga fue el primer local construido exclusivamente como sala cinematográfica. A diferencia de sus antecesores, no tenía escenario para representar funciones teatrales, musicales o programas de variedades, que eran muy populares en aquella época.

El local tenía un salón para fumadores y un bar en la parte trasera.

El cine fue inaugurado el jueves 10 de noviembre de 1932, con el estreno de la película «Una Aventura en Túnez» y los consiguientes noticiarios y dibujos animados de la época.

A pesar de su buena ubicación, el negocio no fue el éxito que esperaba Josep Durban. En 1933, traspasó el negocio a la empresa Febrero y Blas, que siguió con la programación y dirección del local.

1936 SE LA AÑADIÓ UN ESCENARIO

Los nuevos empresarios reformaron el interior del local y proyectaron películas más actualizadas. En 1936, decidieron dar el salto definitivo y construir un escenario.

El viernes 5 de junio, se presentó el primer espectáculo. Por la tarde, se proyectó la película «Sola contra el mundo» y por la noche, la película «La edad indiscreta». Al finalizar, se presentó un programa de variedades con Adelita Vianor, Jimmy y Dolly y Viano.

El local empezó a ganar fama por los espectáculos que presentaba. El 27 de junio, después del programa normal de cine y variedades, se presentó la actuación especial de Carlos Saldaña «ALADY», uno de los artistas más populares del Paralelo.

La ilusión duró poco. Unos días más tarde, el sábado 18 de julio de 1936, se produjo el golpe de estado del general Franco. Ese día, el cine Volga presentaba la revista «Los millones de Brewster», un espectáculo de variedades con grandes artistas, como Lolita de Cartago, Aldev, Fujol y March, Montañita-Aldey, Juanita de Cartago, las 6 Anglo Sister Girls y Estrella Manzano.

18/7/1936 La Vanguardia

Además, por la noche, se celebraba un gran festival en honor de la pareja de cómicos Montañita-Aldey, con la participación de numerosos artistas. No se sabe si el programa anunciado llegó a realizarse, ya que el golpe de estado dio lugar a la Guerra Civil española, que interrumpió la actividad cultural y social en toda España.

Como todos los locales de espectáculos, el cine Volga fue confiscado por la CNT durante la Guerra Civil española. Posteriormente, abrió sus puertas y programó las mismas películas que el cine Paris, como «El chico cantor», «La novia secreta» y dibujos.

1939 CINE BOLGA

Finalizada la guerra, la empresa Febrero y Blas, viendo los problemas que los locales tenían con los nombres, decidió rebautizar el cine Volga como cine Bolga el 23 de septiembre de 1939.

Para que el cambio de nombre pasara desapercibido, aprovecharon el intercambio de programación que se realizaba por entonces en el medio de semana. El cine Bolga ofreció la misma programación que el cine Paris: la opereta musical «La casta Susana», la película «El arrabal» protagonizada por Wallace Beery , Jackie Cooper y Goerge Raft , la película «El evadido» de Charlot y un documental.

1940-1966 CINE GLORIA

El intento de cambiar el nombre del cine Volga por Bolga para evitar connotaciones con el río moscovita no tuvo éxito. Unos meses más tarde, el sábado 27 de abril de 1940, el cine se renombró como cine Gloria, con la misma programación del día anterior, «Romeo y Julieta» y «El ángel negro».

El cine Gloria cerró sus puertas el 7 de abril de 1966, con la proyección de las películas «Zorba el griego» y «Tempestad en Ceilán». El solar en el que estaba ubicado era muy apetecible para los constructores, por lo que el cine fue uno de los primeros cines desaparecidos del ensanche.


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