cine Salón Condal, Barcelona

CAFÉ SALÓN

El Salón Condal, situado en la calle Xifré 14 esquina con Bassols, a pocos metros de la parada final de los tranvías de la esquina de la calle Rogent con Mallorca, fue uno de los cines del barrio del Clot.

Anteriormente, el solar había albergado desde 1906 el antiguo Café Salón, un lugar de encuentro para tomar café después de comer y jugar al dominó o a las cartas en mesas antiguas de mármol y patas de hierro forjado pintadas de negro.

Las partidas de dominó o cartas eran casi tan divertidas para los espectadores como para los jugadores, ya que los jugadores hacían un ruido considerable al golpear las fichas sobre el mármol veteado, especialmente cuando se hacían pasar al contrario, cerraban o ganaban la partida.

Los jugadores de cartas eran más silenciosos que los de dominó, ya que jugaban sobre un tapete verde en el que depositaban unas legumbres o piedrecitas pequeñas para anotar los tantos de cada partida. Sin embargo, también se oían sus manos al mover las cartas.

SALÓN CONDAL

Con la fiebre del cine, el propietario del Café Salón decidió probar fortuna con el cinematógrafo. A pesar de que dos calles más arriba estaba el Teatro Fomento Marínense, construyó el nuevo local con entrada por las dos calles, para que los espectadores pudieran entrar y salir cómodamente.

El edificio tenía dos plantas: la primera estaba dedicada al anfiteatro y la segunda, mucho más corta, servía de sala de máquinas y almacén de los utensilios cinematográficos.

el cine Salón Condal

La fachada de la calle Bassols, la más larga del edificio, tenía varias ventanas en el piso superior que se abrían en los descansos o los intermedios de las sesiones para airear la sala. También tenía varias puertas de emergencia, que con los años se fueron deteriorando, causando problemas en las inspecciones municipales.

El vestíbulo era pequeño y albergaba la taquilla y las escaleras para subir al anfiteatro y a la sala de máquinas del piso superior. El cine tenía un bar que, además de bebidas, preparaba unos cucuruchos con papel de diario en los que ponía frutos secos, altramuces y chufas.

El suelo de madera del Salón Condal era un problema, tanto para su mantenimiento como para la experiencia de los espectadores. En los finales de las películas de acción, el público infantil pateaba el suelo en señal de victoria, provocando un ruido infernal.

INAUGURADO EN 1911

El cine fue inaugurado en 1911 con un aforo de 1.068 espectadores, repartidos en 618 en platea y 450 en un anfiteatro apoyado en columnas metálicas.

El Salón Condal fue uno de los muchos cines de la época que solo aparecían en los diarios en ocasiones especiales o a raíz de las revisiones de sanidad. Los inspectores municipales siempre encontraban algo que no cumplía con las ordenanzas.

Una de las pocas veces que el Salón Condal apareció en los periódicos por una buena causa fue en 1916, a raíz del hundimiento del buque «Príncipe de Asturias». El transatlántico, considerado buque insignia de la marina española, era propiedad de la naviera Pinillos y se hundió el 5 de marzo de 1916 tras chocar contra unos arrecifes.

En el accidente perecieron los 108 tripulantes y 197 pasajeros de tercera. Los propietarios de la naviera abrieron rápidamente una colecta para recaudar fondos para los familiares de las víctimas. El propietario del cine, por su parte, organizó un acto de ayuda a las familias.

El 5 de abril, La Vanguardia anunció que al día siguiente, a las ocho y media de la noche, se celebraría en el cine Salón Condal, en el barrio del Clot, un festival benéfico en el que actuarían artistas de renombre.

El Salón Condal fue uno de los peores cines que conocí en mi juventud. Solo fui una vez, a pesar de las recomendaciones de mis padres, que me decían que era un sitio muy sucio y con fama de pulguero.

Un domingo de 1956, aprovechando que proyectaban una película interesante, decidimos entrar con un compañero de clase que vivía delante del cine. La experiencia fue un verdadero desastre. Las películas antiguas se cortaban cada dos por tres. Cuando se encendían las luces para que el operador pegara la cinta, mirábamos a nuestro alrededor para comprobar si lo que decían de él era cierto. La curiosidad pudo más que los consejos.

CERRADO EN 1969

En sus últimos años, el Salón Condal apareció en los diarios por motivos relacionados con la falta de seguridad e higiene. El cine no tenía butacas ancladas al suelo, lo que permitía a los empresarios apretar las filas para aumentar la capacidad. También faltaba bocas de agua y aparatos contra incendios, y los servicios estaban en mal estado.

La modernidad de las nuevas instalaciones y la escasez de espectadores determinaron su cierre en 1969.


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