Con ocasión del artículo de las casas de Evaristo Juncosa de la Rambla de Cataluña, me llamaba la atención sobre la cantidad de desastres cometidos por parte de los gobiernos municipales al consentir la destrucción continuada de una parte del modernismo. Los nuevos propietarios han mirado más el negocio que la obra y han permitido que los edificios hayan sido decapitados para poder aumentar su capacidad de construcción.
Hoy voy a relatar la pequeña historia de una casa vecina de las dos casas Juncosa, construida en la Rambla de Cataluña 74, en la esquina con Valencia y que pone de manifiesto nuevamente la falta de una cultura o de autoridad por los concejales urbanísticos al consentir semejantes desatinos dejando desaparecer parte del estilo modernista.
1910 SE INAUGURA LA CASA
La Casa Asunción Belloso, fue construida por Josep Domènech i Estapà, entre 1908 y 1910, un prolifero arquitecto modernista que realizó interesantes obras a principios del Siglo XX: Entre ellos podemos destacar: la antigua sede de Catalana de Gas en la antigua Plaza de Santa Ana (actual Avinguda del Portal de l’Àngel), La Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, (edificio del Teatro Poliorama).
El edificio de Asunción Belloso, aunque se conserva en pie en nuestros días, demuestra en grado superlativo la negligencia no solo por parte del concejal que autorizo las obras sino por toda la corporación municipal, al consentir destrozar un edificio modernista.
La casa fue construida sobre una parte del terreno propiedad de Evaristo Juncosa, que había vendió una parte del terreno a José Gabriel Marcet (constructor de obras fallecido el 27 de marzo de 1909) y Asunción Belloso Carnago, para que edificara un edificio destinado a ser subastado en beneficio de la Asociación Amparo de Lucía.
Al contrario de casi todas las construcciones que se realizaban en la época, se decidió por parte de ambos, no crear una fachada con una diferencia visual entre el piso principal y el resto de la construcción ya que todos los pisos eran iguales.
Las diferencias de la misma siempre estética se realizaron entre las cinco columnas en que estaba dividida la construcción de la fachada.
Como casi todos los edificios de la época tenía planta baja y cuatro alturas, en las que no se podía dejar de resaltar ninguna de las partes de su espectacular fachada.
Los laterales en los que destacaban dos columnas de tribunas una semicircular y otra plana, con molduras florales y vidrieras emplomadas, a continuación le seguían un juego de unos balcones- ventanas dobles y un cuerpo central con balcón con una puerta central y baranda de hierro forjado.
Si hasta ahora todo el edificio era espectacular, el cerramiento final lo superaba con creces, ya que las terminaciones se acoplaban en gran manera a cada una de las secciones de los pisos inferiores.
En la derecha el casquete que cubría la torre cilíndrica del chaflán derecho era discreto para facilitar la relación con la casa vecina, vivienda familiar propiedad de Josep Domènech i Estapà, le seguía una pequeña balaustrada recta y en el cuerpo central emergía una terminación semicircular con un rosetón y una pequeña ventana central que daba luz a la escalera que subía al terrado.
No obstante no debemos de cargar las tintas solo al alcalde franquista José María de Porcioles, ya que en la década de los años de1930, con un gobierno totalmente diferente, se realizó la primera remontada del edificio obra de Josep Domènech Mansana que destruyó el cerramiento central, levantado un nuevo piso, aunque en esta ocasión siguió conservando las dos torres laterales.
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