Hoy continúo dando a conocer otro de los edificios desaparecidos gracias a la dejadez de nuestras autoridades municipales y al egoísmo desmesurado de nuestros constructores, despojaron la ciudad de sus construcciones modernistas.
Hoy les quiero dar a conocer la torre del industrial Joaquim Pujol, mandada construir en 1900 al arquitecto modernista Adolf Ruiz i Casamitjana, un arquitecto que entre otras obras construyó en la ciudad: en 1899, la Casa Lorenzo Armengol, en Rambla Cataluña 125. Entre 1901 y 1909, la casa Llosas, en la calle Girona, 120 y una de la más celebres construidas por el entre 1906 y 1918, no exenta de polémica la célebre Rotonda. 7
CONSTRUIDA EN UN TERRENO DE LA ACTUAL PLAZA LESSEPS
El solar donde se construyó la torre estaba situado en la antigua explanada de la actual Plaza de Lesseps. Unos terrenos deshabitados a las afueras de la Villa de Gracia, cuya única construcción importante era el convento de Santa María de Gracia, perteneciente a los carmelitas descalzos que se habían establecido en 1626. Aprovechando el antiguo cauce de las antiguas rieras de de Vallcarca y de Cassoles.
La torre construida en un estilo modernista estaba (como todas las construcciones de la época en que los terrenos tenían un valor relativo), contaba con un espléndido jardín que la rodeaba por completo. En un plano alzado del suelo, Adolf Ruiz construyo la torre, a la que se llegaba desde el jardín, a través de unas escaleras de piedra hasta un Porche en el que estaba situada la puerta de entrada.
El porche estaba adornado por seis columnas que servían de soporte a la terraza del piso superior y que en su parte inferior estaban unidas por una barandilla de hierro forjado.
El primer piso con un diseño espectacular estaba protegido por una baranda de piedra que rodeaba toda la casa en la que destacaban una especie de terrazas la que la construcción del edificio se había retrasado unos metros.
Sobre la terraza situada encima del porche de entrada Adolf Ruiz había construido un mirador de obra y puertas de cristal para que sus habitantes, pudieran poder observar todos los acontecimientos tanto festivos como accidentales protegidos de las inclemencias del tiempo y de las miradas de la gente. Este mirador en su parte superior también tenía una terraza con barandilla de piedra y un adorno central.
El segundo piso estaba rodeado de ventanas con la única salida al exterior, de la comentada terraza que servía de cobertura para el mirador inferior y que era la única salida al exterior para las personas residentes en este piso y con el antes comentado adorno central de la terraza y la barandilla de piedra.
Todas las barandillas de piedra de la planta baja, primera, segunda y cerramiento del edificio, estaban realizadas con columnas individuales redondeadas y esculpidas individualmente.
Con la urbanización de la plaza Lesseps y de sus calles adyacentes y la exacerbada pasión de construir edificios de grandes dimensiones, por José María de Porcioles, durante su mandato, que comenzó en 1957 y termino en 1973, en destrozar edificios modernistas en alas de la construcción de edificios sin ninguna calidad arquitectónica, en alas de la construcción de monstruos de grandes dimensiones, autorizo el derribo de la Torre Joaquim Pujol en 1971.
PORCIOLES DERRIBO EL EDIFICIO
Porcioles autorizó el derribo de la torre construir en su lugar mamotreto conocido como edificio Azul, en cuyos bajos se instaló en 1973 el Drug Azul. Fue un local, especie de galería moderna en la que se podía encontrar ropa moderna, flores, libros, comida y para los aquellos jóvenes progresistas de la época una peluquería moderna, con un corte de pelo «made in Llongueras». Un recuerdo lejano de otra época, que se desvaneció con el cierre del local en 1979 y con las ideas de una visión que no cuajo del todo en las ideas de la gente.
La nueva construcción el edificio formado por dos bloques de diferentes alturas la llevó a cabo el arquitecto Albert Danés i Tejedor. Presentaba una fachada en la que destacaba el blanco de las barandillas tubulares, sobre una fachada realizada en azul cobalto, con una carpintería y esgrafiados, formando gruesas líneas que recordaban el estilo pop art, realizados cola colaboración de Llucià Navarro i Rodon, por la que ambos consiguieron un importante premio de diseño.
En los bajos se instaló una galería comercial donde se podía encontrar ropa, flores, libros, comida y una peluquería de Lluís Llongueras Batlle, personaje polifacético que apareció de la noche a la mañana, que aparte de su profesión de peluquero y creador de productos capilares, realizaba otras facetas relacionadas con el arte y que había comenzado a destacar en el mundo de la peluquería en 1958.
En el 2014, el edificio fue rehabilitado por la empresa TRAC, con el fin de devolverle su primitivo esplendor que le devolvió la intensidad del azul, que había ido perdiendo con el tiempo.
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