El Teatro España fue un teatro situado en la calle Cortes, que era el nombre que tenía la Gran Vía hasta 1931. El lugar correspondería a la esquina de la actual Gran Vía con el Paralelo, en los anuncios frente a las Arenas, en aquel tiempo el principio de la ciudad, ya que en lo que hoy es la Plaza España entonces estaba situada la Cruz Cubierta.
Josep García, propietario del antiguo Teatro y Cine Arenas, fue el encargado de su construcción. El edificio fue diseñado por Manuel Joaquín Raspall, discípulo de Domènech i Montaner y constructor también del primitivo Molino.
1909 ABRE EL TEATRO ESPAÑA EN LA FUTURA PLAZA ESPAÑA
El Teatro España fue inaugurado el sábado 20 de noviembre de 1909 con la representación de la obra «El loco Dios», por la compañía cómico-dramática que dirige el primer actor Masip. Contaba con una capacidad de 1.500 espectadores.
Tenía una caja escénica, un aspecto elegante y de gran confort. El teatro fue destruido por un incendio la noche del 22 al 23 de junio de 1908 a la una de la madrugada.
Con el nacimiento del cinematógrafo, su propietario Josep García, decidió diversificar los espectáculos ofrecidos, pasando de la pantomima, el teatro, la zarzuela y el cine, a los combates de boxeo y a una sala de baile.
Entre 1911 y 1916, el Teatro España tuvo una época en la que mostró una prioridad por el séptimo arte, entrando en la guerra que en aquel tiempo utilizaban los propietarios cinematográficos, promocionando las películas por los metros que tenían y no por los actores, directores o títulos.
1911 GRAN CINEMATÓGRAFO ESPAÑA
En 1911, el Teatro España se convirtió en el Gran Cinematógrafo España. En esta época, el teatro fue gestionado por la empresa del Salón Excélsior. En 1911, el teatro estrenó una de las primeras películas coloreadas, el Éxodo. Drama bíblico de 650 metros.
En 1916 el teatro fue adquirido por la empresa Muñoz y Cappa. En 1924, el teatro fue arrendado a una compañía belga. La compañía realizó obras en el interior del teatro eliminando las columnas. El teatro fue convertido en una pista de baile con un cuadrilátero en medio de la sala. El teatro se convirtió en un lugar popular para las veladas de boxeo.
En aquella época, Barcelona tenía una fiebre por las veladas de boxeo. En varios locales de la ciudad se celebraban veladas de boxeo, como el Boxing Club, el Teatro Victoria, el Iris, el Parck, el Teatro Olimpia y el Teatro España.
1922 CIERRE DEL LOCAL
La designación de Barcelona para la Exposición de 1929 y la decisión de las autoridades de elegir la zona de Montjuïc como lugar para ubicarla, ocasionó que los locales instalados alrededor o cercanos a la zona fueran objeto por parte de las autoridades municipales de una persecución para intentar conseguir su cierre sin necesidad de pagar una expropiación.
Esta posición de fuerza por parte del ayuntamiento, motivó que en 1922, los inspectores del ayuntamiento empezaran a encontrar muchas deficiencias falsas en los locales públicos, que conllevaban el cierre de los locales, deficiencias que sus propietarios no encontraban lógicas.
Los locales afectados por esta persecución fueron principalmente bares, restaurantes, hoteles y otros locales de ocio. Los inspectores del ayuntamiento alegaban que estos locales no cumplían con las condiciones sanitarias o de seguridad, pero los propietarios de los locales afirmaban que estas acusaciones eran falsas.
La persecución de los locales por parte del ayuntamiento provocó una gran protesta por parte de los ciudadanos de Barcelona. Los propietarios de los locales afectados se organizaron y denunciaron al ayuntamiento ante los tribunales. Los tribunales fallaron a favor de los propietarios de los locales, y el ayuntamiento tuvo que indemnizarlos por los daños causados.
El enfrentamiento entre el ayuntamiento y los propietarios de los locales terminó a principios de noviembre de 1922, cuando el ayuntamiento decidió clausurar el cine Bohème y el teatro España por no haber realizado las obras que se habían ordenado.
Uno de los establecimientos que tuvo la suerte de ubicarse en uno de los tres hoteles construidos con el fin de dar alojamiento a los visitantes de la exposición en la nueva Plaza España fue el café La Pansa.
El café había abierto sus puertas a principios del siglo XX con motivo de la construcción de la desaparecida plaza de toros de las Arenas. La plaza España, que había albergado la Cruz Cubierta de entrada a la ciudad, tan solo era un círculo de tierra, donde se instalaban las carpas de los antiguos circos que visitaban la ciudad.
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