EL PABELLÓN CENTRAL
El Pabellón de entrada o Edificio de Administración es el edificio más emblemático del conjunto y el que le da al mundo su imagen representativa. Tiene tres cuerpos: el central con mayor separado de la alineación del chaflán y dos cuerpos laterales perpendiculares a las calles acabados en forma de «T», para dar fachada a las calles Cartagena y San Antonio María Claret.
El edificio central con mayor altura, separado de la alineación del chaflán, y dos cuerpos laterales perpendiculares a la calles para dar fachada a todo el conjunto. Esta disposición geométrica, permite la transición entre la idea Cerdà y la nueva de Domènech i Montaner. Esta distancia entre la fachada del edificio con la alineación de la entrada permitió la construcción del patio ajardinado con función de acceso al Pabellón de Administración, situado en una cota un poco más alta debido a la topografía natural del terreno y al recinto en general, a través de unas escaleras laterales.
En el cuerpo central destaca la torre del Reloj coronada por una gran cruz y decorada con esculturas en la que destacan los ángeles de Pau Gargallo y el escudo del Hospital, flanqueado por santos esculpidos en piedra por Eusebi Arnau. Merecen mención especial la amplitud de los ventanales de la segunda y tercera planta que iluminaban la Sala de Actos, decoradas con relieves,
En su interior destaca la inspiración de Domènech i Montaner, para concebir espacios, en sintonía con el modernismo, adaptando a la arquitectura: esculturas, la cerámica, el mosaico, los vitrales y la forja, tanto en espacios interiores como exteriores.
En el vestíbulo (nueve bóvedas están apoyadas sobre columnas cilíndricas, decoradas con capiteles florales), la izquierda, se encuentra una puerta, que da paso a la escalera de planta pentagonal por la que se baja al sótano (a nivel de calle), y a las plantas altas, que esta rematada por una claraboya con un vitrall octogonal que inunda la escalera de luces de colores, obra de Antoni Rigalt, como preludio del que realizó posteriormente en el Palau de la Música.
Como ejemplo de esta colaboración entre la arquitectura y el arte están las esculturas de Eusebi Arnau en las esquinas de los cuerpos laterales y el escudo del hospital que preside la entrada,
Desde la primera planta se accede entre otras dependencias a la Sala de Actos, antigua Biblioteca Médica del Hospital actual Biblioteca Cambó y a la Sala de Archivo y Secretaría del Hospital.
PABELLÓN DE CIRUGÍA
Al salir al exterior del edificio de administración nos encontramos en frente un jardín de al final, surge la figura del Pabellón de Cirugía en el que destaca el pórtico, un conjunto de esculturas y una galería terraza, también destaca una gran “G” de piedra en memoria de Pau Gil, ya que su construcción junto con otros pabellones fueron a haber sido su principal mecenas.
Montaner, diseño todos las salas de operación encarados hacía el norte, para que tuvieran una entrada de sol mucho más tiempo y le sol favorecería el trabajo de los cirujanos, con luz natural.
EL CONVENTO O PABELLÓN CENTRAL
El tercer pabellón que encontramos después del jardín situado detrás del Pabellón de Cirugía, fue el Convento, construido por el hijo de Montaner, Pere Domènech i Roura, durante la construcción de la segunda fase, a partir del 1922, carecía del encanto de los pabellones construidos por su padre. La disminución de la dotación presupuestaria debido a la finalización del dinero de la herencia de Pau Gil, obligaron a Domènech i Roura, adaptar la construcción del pabellón del convento a las nuevas circunstancias presupuestarias.
El Convento, fue conocido también como Pabellón Central. Al principio albergo durante un tiempo a la comunidad de hermanas hospitalarias, posteriormente estuvieron ubicados en el los servicios de cocina y farmacia.
Hasta aquí la historia de los pabellones centrales del recinto, en el próximo artículo me tocara comentar lo más destacado de los ocho pabellones laterales que se construyeron a ambos lados del recinto a la derecha del eje central los de los hombres y a la izquierda los de las mujeres, cuya fachada se encontraba encarada de forma simétrica al paseo central.
Junto con el edificio Principal de entrada y del Pabellón de Cirugía fueron realizados por Lluís Domènech i Montaner A pesar de que Domènech i Montaner, no pudo realizar todo su proyecto, primero por dificultades económicas y posteriormente por su fallecimiento el 27 de diciembre de 1923.
En 1997, el Hospital de San Pablo en 1997, fue nombrado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Con posterioridad entre otros títulos
En 2001 recibió la Medalla de Oro de la Generalidad de Cataluña.
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