Los ciudadanos católicos franceses de Barcelona tienen una larga historia de reunión. En el siglo XVIII, edificaron una capilla católica en honor de San Luis en 1714. En 1813, esta capilla fue derribada por motivos estratégicos por orden de un general francés.
Con la construcción del convento de los franciscanos de Santa María de Gracia y la instalación del Consulado general francés, se creó la Sociedad General de Beneficencia Francesa. Esta sociedad, heredera de la antigua cofradía, construyó una nueva capilla.
1903 PRIMERA CAPILLA
En 1903, se construyó en Barcelona la primera capilla francesa para aglutinar a los ciudadanos franceses. Estaba ubicada en la calle Diputación 274, entre las calles Pau Claris y Roger de Lauria. Fue derribada en 1910.
Pau Claris fue un político y eclesiástico que jugó un papel destacado en la Guerra dels Segadors, cuando Cataluña se puso bajo la soberanía del rey Luis XIII de Francia. Roger de Lauria fue un marino y militar italiano que sirvió en la Corona de Aragón.
1912 SEGUNDA CAPILLA
Posteriormente, la colonia francesa construyó una nueva capilla en la calle Bruc 90-92, entre Aragón y Consejo de Ciento. Esta capilla, auspiciada por la congregación de los hermanos maristas, fue construida con un grado de construcción mucho más importante que la primera. Su propósito era ofrecer servicios religiosos a los ciudadanos franceses afincados en Barcelona.
Para su construcción se buscó a Enric Sagnier i Villavecchia, uno de los arquitectos más prestigiosos de Barcelona. Sagnier es conocido por sus obras religiosas, como el Templo expiatorio del Sagrado Corazón del Tibidabo y la Iglesia de Nuestra Señora de Pompeya.
Una anécdota curiosa de la construcción de la capilla es que se encontraba en la calle Bruc, una calle que lleva el nombre de una población que años atrás fue expulsada de Barcelona por un joven habitante del lugar.
La capilla fue inaugurada el 6 de octubre de 1912. El proyecto de Sagnier incluía un semisótano, que se utilizaba para celebrar actos lúdicos y reuniones entre la comunidad francesa.
La Capella Francesa era el punto de encuentro de la comunidad francófona en Barcelona, especialmente el 30 de mayo, cuando se conmemoraba a Santa Juana de Arco y se rendía homenaje a las personalidades que habían contribuido al prestigio de la nación francesa, tanto en el ámbito religioso como en el cultural y político. Sin embargo, el espacio se quedó pequeño para acoger las numerosas actividades que se organizaban en esas fechas, por lo que se planteó la necesidad de ampliar las instalaciones.
Así, se encargó al arquitecto Enric Sagnier el diseño de una nueva iglesia, más grande y majestuosa, que mantendría el nombre de Capella Francesa. La obra se inició en 1902 y se terminó en 1910, bajo la dirección del hijo del arquitecto.
La nueva construcción de la capilla francesa estaría dividida en tres naves. La iglesia, ubicada en el cuerpo central, destacaba por sus siete ventanales estrechos que formaban una pirámide en la fachada central.
El campanario, ubicado en el cuerpo del lado montaña, tenía planta baja y cuatro pisos. El primer piso tenía una ventana circular, los dos siguientes tenían ventanas en forma de capilla y el cuarto piso estaba destinado al campanario.
Junto al edificio de la iglesia, en el lado mar, había un pequeño edificio que hacía las veces del antiguo sótano. En este edificio se encontraba la Salle Saint Louis, conocido como Teatro de la Capilla Francesa.
En 1934, se celebraron los funerales de los franceses Raymond Poincaré y Louis Barthou en la capilla. Ambos habían muerto en un atentado en Marsella, perpetrado por el rey de Yugoslavia Alejandro I.
Pese a su situación en el centro de la ciudad, la capilla francesa no sufrió los ataques vandálicos de los anticlericales en tiempos de la república. Por ello, llegó en buen estado al final de la guerra y a la época de la dictadura.
Las responsables del complejo decidieron comprar un local mayor y con mejores posibilidades en la calle Angli de la Bonanova, debido a las dificultades que tenían los visitantes para aparcar en la calle Bruc.
En 1973, vendieron los locales de la calle Bruc y derribaron el edificio. En 1974, inauguraron la nueva iglesia de la Virgen de Lourdes en la calle Angli 15.