MONUMENTO A LOS CAIDOS BARCELONA

La historia del Monumento a los Caídos es un tema delicado, ya que no todos lo ven de la misma manera. Sin embargo, creo que es importante que la gente joven conozca su historia, para que luego pueda formar su propia opinión. No obstante, el monumento que voy a hablar no fue el primero que se construyó en Barcelona al finalizar la Guerra Civil.

1939 EL PRIMER MONUMENTO A LOS CAÍDOS

El primero se inauguró el 19 de julio de 1939 y estuvo situado a las afueras del desaparecido campo de Las Corts. Una fotografía demuestra su existencia, realizada el día de la inauguración.

1940 EL SEGUNDO MONUMENTO A LOS CAÍDOS

El segundo monumento a los Caídos, que sigue en pie en nuestros días, fue inaugurado el 29 de octubre de 1940 y está ubicado en el Foso de Santa Elena, dentro del recinto del Castillo de Montjuïc. Fue construido por un grupo de arquitectos formado por Manuel Baldrich, Joaquim de Ros i de Ramis, Josep Soteras y Manuel de Solà-Morales. Las esculturas fueron realizadas por los hermanos Miquel y Llucià Oslé.

El monumento fue propuesto por el capitán general Luis Orgaz y financiado por una suscripción popular encabezada por el ayuntamiento, que aportó 50.000 pesetas, y por la suscripción popular, que aportó 100.000 pesetas. Fue inaugurado el 29 de octubre de 1940, aniversario de la fundación de la Falange.

El monumento fue diseñado con tres arcos, destacando el cuerpo central de mayor tamaño. En este cuerpo se encuentra un altar y un sepulcro, con un obelisco y una cruz.

Durante la dictadura, el arco central exhibía la inscripción “Caídos por Dios y por España, ¡Presentes!”. Con la llegada de la democracia, en 1986, el Patronato del Castillo de Montjuïc decidió reemplazar esta inscripción por una más genérica: “Honor a todos los que dieron su vida por España”.

Una parte de las víctimas de la Guerra Civil fueron por motivos ideológicos, pero la mayoría pertenecía a soldados que estaban cumpliendo el servicio militar y que fueron obligados a combatir, por una causa que a menudo no compartían.

1951 EL TERCER MONUMENTO A LOS CAÍDOS

El tercer monumento, mucho más cercano en el tiempo y el lugar, fue mandado construir por el alcalde Antonio María Simarro Puig en la Avenida del Generalísimo Franco, delante del antiguo Palacio Real. El objetivo era que Francisco Franco, cuando visitara la ciudad, pudiera contemplarlo desde su residencia en el palacio.

El monumento fue diseñado por los arquitectos municipales Adolfo Florensa y Joaquín Soteras. Tenía una gran columnata que servía de fondo y una peana con una estatua del escultor Josep Clarà, que representaba a un hombre de pie sosteniendo entre sus brazos a otro muerto.

El conjunto estaba colocado en el centro de un pequeño estanque delante de la columnata, que tenía una inscripción franquista: “Caídos por Dios y por España”.

Fue inaugurado el 19 de octubre de 1951, en un acto al que asistió el general José Moscardó Ituarte, célebre por su defensa del Alcázar de Toledo en la Guerra Civil.

El monumento, situado a las afueras de la ciudad y cerca de la nueva zona universitaria, sufrió varios actos de vandalismo. Primero fueron pintadas, que eran rápidamente borradas. Luego siguieron actos mucho más violentos.

En mayo de 1972, estalló una bomba que destruyó gravemente el monumento. Pero el hecho más grave tuvo lugar dos años después.

EL CASO PUIG ANTIC

El 11 de enero de 1974, Salvador Puig Antich, militante del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), fue detenido acusado de la muerte del subinspector Francisco Anguas Barragán, del Cuerpo General de Policía.

Puig Antich fue juzgado y condenado a pena de muerte, que fue ejecutada por garrote vil el 2 de marzo de 1974. Su ejecución causó una gran conmoción en España y en todo el mundo.

En Barcelona, la protesta por la ejecución se centró en el monumento a los Caídos, situado frente al Palacio Real. El monumento fue vandalizado y sufrió graves daños por el impacto de una bomba.

El mismo año, las autoridades franquistas celebraron un acto de desagravio en el monumento, al que asistieron políticos afines al régimen.

Aunque algunos medios informaron de que el 1 de julio de 2001, jóvenes independentistas destrozaron la estatua de Clarà, otras fuentes lo atribuyeron a un objetivo premeditado, enmarcado dentro de unas jornadas antifascistas.

La estatua fue restaurada y trasladada al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) por su valor artístico. En 2005, el ayuntamiento decidió desmantelar todo el monumento para olvidar el pasado.

En marzo de 2016, el ayuntamiento de Barcelona, como desagravio a la memoria de Salvador Puig Antich, inauguró en el barrio de Roquetes (Nou Barris), una plaza y un monumento con su nombre, tres días después de que se cumplieran 42 años de su ejecución.

EL MONUMENTO A LOS CAIDOS

Navegación de la entrada