casa Milá, la pedrera, de Gaudi

La Casa Milà, más conocida por “La Pedrera”, es posiblemente después de la Sagrada Familia, el edificio más conocido y popular de todos los proyectos realizados por Antoní Gaudí.

EL EDIFICIO FUE CONSTRUIDO POR GAUDI ENTRE 1906 Y 1910

Fue construida entre los años 1906 y 1910, en el chaflán del Paseo de Gracia con la calle Provenza, que está situado en el centro de la ciudad, fue hasta la anexión de la Villa de Gracia por la ciudad de Barcelona 1897, un lugar a caballo entre las dos ciudades, ya que estaba situado en la frontera de ambas.

Otra de las cosas que también podría ser desconocida por el lector es que su construcción acabo con las amistad y las buenas relaciones entre Antoni Gaudí i Cornet y Pere Milà i Pi, que acabaron en los tribunales.

El primer edificio que se construyó en el lugar en el que está construida la Pedrera era un palacete propiedad de Josep Ferrer-Vidal i Soler, hermano del fundador de la antigua Caixa de Pensions de Barcelona actualmente “La Caixa”, Lluis Ferret-Vidal i Soler.

LOS PROPIETARIOS

Josep Ferrer, por motivos desconocidos vendió el palacete al matrimonio de Pere Milà i Camps y Roser Segimon i Artells, viuda de Josep Guardiola i Grau un acaudalado indiano del que había heredado al morir una importante fortuna. Posteriormente se casó con el empresario Pedro Milá y Camps.

Con la boda entre Pedro Milá y Roser Segimón y la herencia de una gran fortuna por parte de Roser, Milá no solo pudo financiar la casa Milá sino consolidar y engrandecer todos sus proyectos y negocios, pero se encontró con un Gaudí que en ningún momento se dejó avasallar y le obligo a tener que cumplir con todos sus compromisos.

Pere Milà era un rico empresario cuyo padre, Pere Milà i Pi, había forjado su fortuna en la industria textil, diputado por parte de Solidaritat Catalana, fue evolucionando hasta criticar a Francesc Cambó y elogiar la dictadura.

Fue el promotor de la construcción de la plaza de toros La Monumental y organizador de la primera carrera de coches en la ciudad y su matrimonio con Roser le había engrandecido enormemente ya que el difunto marido de su esposa era poseedor de grandes plantaciones de café en América.

La unión entre un soberbio Milá y Gaudí, arquitecto de gran renombre que estaba trabajando en diversos proyectos a la vez: el Templo de la Sagrada Familia (1883-1926), Torre Bellesguard (1900-1909), Parque Güell (1900-1914), la Casa Batlló (1904-1906) y la restauración de la Catedral de Santa María de Palma de Mallorca (1903-1914.

Gaudí, recibió el encargo por parte de Milá sin la urgente necesidad de aceptar todas las condiciones que Milá le quería imponer y si de realizar un proyecto sobre una idea que había concebido hace tiempo.

EL EDIFICIO

Ateniéndose a la normativa municipal de la época, proyecto un edificio de seis plantas con fachada a la calle Provenza y Paseo de Gracia, que pese a su visión unitaria constaba de dos edificios independientes cada uno con su propia puerta de acceso y con dos patios interiores que se comunican únicamente por la planta baja. No obstante el edificio exteriormente da el aspecto de ser un solo.

Como era habitual Gaudí, conto para su construcción, con la colaboración de sus ayudantes habituales Josep María Jujol, Domènec Sugrañes, Francesc Quintana, Jaume Bayó i Font, Joan Rubió, Enrique Nieto y Josep Canaleta, así como con su constructor preferido, con el que ya había realizado la reconstrucción de la Casa Batlló en el mismo paseo de Gracia, Josep Bayó i Font.

El edificio quedo desglosado de la siguiente manera, el piso principal sería destinado a residencia de la familia y el resto se plantas se destinaría a ofrecerlo en régimen de alquiler. La planta baja, en su parte exterior, seria destinada a locales comerciales.

PROBLEMAS CON EL PERMISO DE OBRAS

certificado de obras

En febrero de 1906 se presentaron los planos en el Ayuntamiento para solicitar el permiso de obras. El cuál sufrió diversos retrasos, ya que el edificio en principio superaba la altura y anchura a lo establecido por las ordenanzas municipales.

El Ayuntamiento detuvo las obras en diciembre de 1907, con motivo de que un pilar de la fachada ocupaba una parte de la acera sin respetar el alineamiento con las fachadas colindantes.

Gaudí al serle comunicada la noticia, respondió con su estilo irónico habitual: Diles que si quieren cortaremos el pilar como si fuera un queso y esculpiremos una leyenda que diga “Cortado por orden del Ayuntamiento”.

En septiembre de 1909 el ayuntamiento abrió un nuevo expediente ya que la obra superaba la altura prevista y excedía el volumen construido. Esta diferencia de medidas supuso derribar el desván y la azotea o una multa de 100.000 pesetas.

La polémica se solucionó un año y medio más tarde, el 28 de diciembre de 1909, cuando la Comisión del Ensanche certificó que se trataba de un edificio monumental y que no requería que se ajustara estrictamente a las ordenanzas municipales.

La solución satisfizo a Gaudí, que pidió una copia de la resolución para conservarla. Gaudí abandonó la dirección de la obra en 1909 por grandes divergencias con Pere Milà respecto a la decoración interior.

Certificado de Gaudí confirmando el fin de las obras

Esto hizo que la relación entre ambos partes se enfriara y que Gaudí tuviera que llevarlo a juicio para terminar de cobrar sus honorarios, lo cual supuso un duro golpe para Milá ya que para hacer frente al pago, tuvo que hipotecar el edificio. Una que vez que Gaudí logro finiquitar la operación, dono todo el importe a la congregación de Jesuitas de la ciudad.

El permiso le fue denegado al no haber presentado Milá el certificado de finalización de obras firmado por el constructor Antoní Gaud que, en su momento, no le había entregado dicho documento en represalia de los problemas habidos.

No fue hasta octubre de 1912 cuando Gaudí extendió el certificó de la finalización de las obras y Milá, por fin, pudo empezar a alquilar los bajos y el resto de los pisos.

En 1910 una vez acabada la construcción del edificio, Pere Milà, pidió permiso al Ayuntamiento para poder alquilar las viviendas. La primera tienda que se instaló fue una sastrería abierta en 1928.

EL EDIFICIO FUE OCUPADO POR EL PSUC DURANTE LA GUERRA CIVIL

Durante la Guerra Civil, la Pedrera fue ocupada por el PSUC, (algo muy normal que sucedió en aquellos tiempos con casi todos los edificios de un valor artístico especial), como imagen de poder, cuyo secretario general, Joan Comorera, se instaló en el piso principal que era la vivienda de los Milà.

A la familia, el estallido de la guerra les había cogido veraneando en Blanes. Se pasaron a la parte nacional y no volvieron a su casa hasta 1939, una vez terminada la guerra.

1940 VENTA DEL INMUEBLE A UNA INMOBILIARIA

En 1940 falleció Pere Milà. En 1946, su mujer vendió el inmueble a la Inmobiliaria “CIPSA” Compañía Inmobiliaria Provenza, S.A., si bien siguió viviendo en el piso hasta su fallecimiento en 1964.

1986 CAIXA CATALUNYA COMPRA EL EDIFICIO

En 1986 “La Pedrera” fue adquirida por Catalunya Caixa. En 1969, fue declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional. 

En 1984 la UNESCO, la incluyó dentro del Patrimonio de la Humanidad, junto con el Palacio Güell, el Parque Güell y la Cripta de la Colonia Güell.

En 1987 la Pedrera instauro su apertura de las visitas por parte del público, lo que ha motivado que a partir de entonces tuviera una gran afluencia de visitantes, superando el millón de visitas anuales.

La Pedrera promociono en los meses de verano la posibilidad de realizar visitas nocturnas presentando en su terraza alguna actuación musical, que la convierte en uno de los diez lugares más visitados de la ciudad.

El 1 de enero de 2013 nació “La Fundació Catalunya-La Pedrera”, que es la encargada de velar por el mantenimiento estructural, cultural y promocional del edificio.

Los que siguen todos los artículos no sé si se habrán reparado algo muy común sucedido durante la guerra civil y es que todos aquellos partidos con ideas progresistas para situar sus cuarteles generales ninguno lo instalo en ninguna barriada obrera para poder ayudar a las personas que pensaban o tenían sus mismos ideales.

Los instalaron en los mejores edificios de la Ciudad, Hotel Ritz, Hotel Colón de Plaza Cataluña, Casa Milá y así continuaríamos…


Si le ha gustado la web La Barcelona de antes Puede seguirme en La Vanguardia en Autores

Y si desea conocer más sobre Barcelona en:

 

LA CASA MILÁ, LA PEDRERA

Navegación de la entrada


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *