pabellón central del Hospital de San Pablo de Barcelona

El Pabellón Central recibe este nombre por su emplazamiento, en centro del cuadrado que conforman los terrenos del recinto hospitalario, con su construcción paralela a los dos vértices del mismo.

Fue construido después de la paralización de las obras en 1918, debido a la descapitalización de los fondos de los administradores, al haberse agotado la donación del mecenazgo de Pau Gil.

Con la construcción del magno edificio se quería conectar interiormente los tres pabellones destinados a albergar el convento de las hermanas hospitalarias y las dependencias de los servicios de cocina y farmacia de todo el Hospital.

La llegada de nuevas donaciones y el comienzo de Pere Domènech i Roura de continuar los proyectos de su padre, sirvieron para retomar las construcción de los pabellones proyectados por su padre.

La segunda fase supuso para Pere Domènech i Roura, un cambio brusco en la construcción de los nuevos pabellones, ya que a partir de entonces privo en la construcción del recinto la utilidad y no la suntuosidad, lo que le obligo a desarrollar los pabellones con el mismo estilo, pero más austero, del que había utilizado su padre., obligándole a prescindir de algunos elementos decorativos: cerámicas, forjados y esculturas, pasándose a un estilo, conocido como estilo ecléctico.

El pabellón proyectado por Domènech i Montaner, con una profusión de elementos decorativos lo presidia un cuerpo central al que se le unían dos pabellones laterales, con los que se unía a través de dos puentes elevados para no interrumpir la circulación de la circulación de la zona.

proyecto de D. Montaner

El edificio central, estaba dedicado al convento, que se encontraba frente al paseo central, al que se accedía a través de un pórtico que daba paso a un patio en el que de todos los edificios construidos para la organización del Convento, destacaba la capilla construida en el norte del patio.

La capilla, en la que destacaba una gran torre con aguja rematada por una gran cruz, que realizaba la réplica a la torre del reloj del Pabellón de la Administración de la entrada. Estaba situada en el centro del patio ocupando toda la zona norte. Su interior e estaba dividido en tres naves.

Los dos pabellones laterales estaban dedicados el del Oeste al pabellón de Farmacia y el del Este al de Cocina. Estaban unidos por sendos puentes cubiertos elevados que estaban simétricamente construidos con los pabellones construidos por Domènech i Montaner.

Después de revisar el proyecto de su padre, lo primero que hizo Domènech i Roura fue aumentar ligeramente las medidas de los pabellones de cocina y farmacia y dedicar toda su atención en eliminar una gran parte de la decoración rebajando en gran parte la monumentalidad del pabellón.

En el cuerpo central la Capilla paso de las tres naves interiores de principio a solo una, rebajando la decoración y los frescos de la pared del altar mayor y suprimiendo la torre central y la aguja con la cruz que la remataba.

Los dos pabellones laterales diseñados por Domènech i Montaner, se vieron obligados a prescindir de la construcción del último piso para rebajar los gastos de su construcción.

Aunque sin relación alguna dos hechos completamente diferentes, supusieron un cambio inesperado en la construcción de la capilla del pabellón y no fue otro que la apertura de la Vía Layetana, que había supuesto la demolición de todos aquellos edificios y calles que impedían su realización.

EL PORTICO QUE ANTES PRESIDIÓ LA IGLESIA DE SANTA MARTA

En 1909 con motivo de la demolición de la Iglesia y hospital de Santa Marta, ubicados en la desaparecida Riera de San Juan, el conjunto fue derribado salvando únicamente el pórticos de la iglesia el cual fue desmontado piedra a piedra con el mayor cuidado, para poder ser empotrado en un lateral de la derecha del edificio de Cocina del Pabellón Central.

A lo largo de los años el Pabellón Central, ha sido uno de los pabellones que ha sufrido un intento de demolición, principalmente en la década de los 60, en que por la falta de camas en los pabellones construidos se propuso se demolición, para construir un nuevo y moderno edificio que cubriera las necesidades hospitalarias.

Nuevamente a la finalización del siglo XX, otras fuentes clamaron por la ampliación de camas y servicios, que culminaron con la construcción del Nuevo Hospital de San Pablo, inaugurado en 2009.

fachada de Santa Marta


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