En este apartado conoceremos los pabellones del lado este del recinto pertenecientes al elemento masculino, un lado que con el tiempo tuvo una mayor relevancia ya que en él se construyeron dos de los edificios más relevantes del recinto, La Iglesia de San Pablo y el edificio de la Casa de Convalecencia. Lógicamente obviare el pabellón de observación de Sant Jordi, por tener las mismas funciones y características que el pabellón de Santa Apolonia.
EL PABELLÓN DE SAN SALVADOR
El Pabellón de San Salvador fue construido frente al de la Purísima. Fue el primer pabellón dedicado a la salud masculina. En principio el nuevo recinto estaba concebido como pabellón de San Manuel, del Salvador o del Sagrado Corazón, especializado en la cirugía masculina.
Construido con un planteamiento de construcción igual a los pabellones femeninos, Domènech i Montaner se encontró que debido a la orografía del terreno, debía trasladar la entrada posterior a la planta baja lo que le obligó a cambiar la colocación de la imagen del santo de la parte posterior en el balcón, La decoración y las cubiertas, seguían en el mismo estilo que los pabellones femeninos, con el único cambio de la cubierta de la Torre de Agua, el dibujo de las tejas y la semi-cúpula frontal.
La imagen de la puerta principal de San Salvador y la de la puerta posterior de San Juan de Dios, como en todos los pabellones, fueron obra de Eusebi Arnau.
En 1923 a raíz de la construcción del pabellón de San Manuel, la dirección del hospital, decidió convertirlo en el nuevo Pabellón de San Salvador, para evitar confusiones.
PABELLÓN DE SAN LEOPOLDO
Pabellón de San Leopoldo, dedicado al santo como homenaje a Leopoldo Gil Llopart (pariente de Pau Gil), hijo varón de la familia de empresarios de Leopoldo Gil Serra y Carmen Llopart Xiqués y uno de los administradores de la construcción del recinto.
Construido frente al pabellón del Carmen, compartía idéntica forma en la cúpula de la rotonda, también en los motivos de las tejas de escama y se diferenciaba solamente, en las cubiertas y la decoración escultórica.
Eusebi Arnau que era amigo de Leopoldo Gi, al realizar la imagen de la puerta principal, hizo una excepción con la figura de San Leopoldo al esculpir el rostro de su amigo (como agradecimiento a los quebraderos de cabeza que supuso para Leopoldo el control de la construcción), en la cara del santo, La imagen de la puerta posterior estaba dedicada a la figura de San José.
Con el transcurso de los años el pabellón ha tenido varias modificaciones a nivel externo, al haberse adosado al primitivo edificio una nueva sala.
PABELLÓN DE SAN RAFAEL
Pabellón de San Rafael, dedicado a traumatología masculina. Fue uno de los que más historia ha tenido para su construcción. En 1912, había finalizado la construcción del pabellón de San Leopoldo y con ello se habían acabado los fondos del legado de Pau Gil y este contratiempo supuso la paralización de las obras.
El contratiempo supuso la intervención del Hospital de la Santa Cruz que retomo la administración del nuevo hospital, esto supuso una paralización momentánea de su construcción, que no se volvió a retomaron hasta 1914, gracias a la aportación de Rafael Rabell i Patxot y su hija Concepció Rabell i Cibils.
Eusebi Arnau, que había decidido realizar, la escultura de San Rafael acompañado de Tobías, quien gracias a sus instrucciones pescó un pez cuyas vísceras le sirvieron para asustar a un demonio para la fachada principal, decidió realizar la imagen de la Virgen de la Concepción, nombre de la hija de Rabell, gomo agradecimiento por la ayuda aportada. Esto supuso un cambio en el nombre del Pabellón y en la letra “G” por “R” y en de los detalles decorativos del pabellón fue el último ejecutado por Domènech i Montaner, en 1918.
Al igual que en Pabellón de la Virgen de Montserrat, posteriormente se amplió por la cara sur, que dieron un nuevo aspecto al pabellón.
PABELLÓN DE SAN MANUEL
Pabellón de San Manuel dedicado a l cirugía general, al igual que el pabellón de Montserrat, su construcción se realizó con una altura superior a los pabellones anteriores, pero completamente asimétrica con el cierre de la rotonda y de los arcos trilobulados del piso inferior, fue realizado igual que los arcos tribulados de los pabellones de un solo piso.
El ejemplo más visible de esta falta de simetría lo encontramos con el cierre de la rotonda: mientras en el piso inferior, se reproduce esquema de arco apuntado ya presente en los pabellones de un piso, en el de la Virgen de Montserrat encontramos arcos trilobulados, una solución que no se adopta en ningún otro pabellón. Otra diferencia visible está en el diseño del balcón de la fachada principal y en la colocación de la imagen del patrón del pabellón, situado debajo y no encima del mismo.
A nivel decorativo, podemos destacar la imagen de San Manel, obra de Eusebi Arnau, o las barandillas de tracería de las azoteas con la letra M, en lugar de la G habitual en los otros pabellones. También los motivos que dibujan las tejas de las cubiertas de la torre de agua y la cúpula de la rotonda son únicos.
El pabellón fue finalizado por su hijo Pere Domènech i Roura en 1923, después del parón sufrido en 1918, por la falta de liquidez y tenerse que suspender las obras de su construcción, siendo el último pabellón de enfermos en construirse en la Avenida Central.
Acabado el mecenazgo de Pau Giner y paralizada la construcción, la administración del hospital, encontró en Agustí, Pere, Dolors y Mercè Mariné i Molins, cuatro hermanos que hicieron una donación en memoria de su hermano Manuel, recientemente fallecido de 500.000 pesetas, para poder finalizar las obras. Los cuatro hermanos solo pusieron una condición, que dicho pabellón adquiriese en nombre de San Manuel.
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