El segundo cine Odeón que tuvo la ciudad, estuvo situado en la calle Nadal 2, esquina con el Paseo de Fabra y Puig.
Sus principios fueron como el de casi todos los locales de extra radio de la época, como teatro en el que los fines de semana actuaban las compañías de teatro de aficionados representando obras de teatro y zarzuela.
El Odeón fue junto al Recreo y el cine Atlántida, uno de los tres locales con más aforo del barrio de San Andrés.
Antiguamente antes de anexionarse a la ciudad de Barcelona, era el municipio independiente de San Andrés del Palomar. Fue inaugurado a principios de 1921 y era considerado uno de los cines más grandes de la ciudad.
En 1925, el cine Odeón apareció en La Vanguardia como una de las empresas que había aportado un donativo como ayuda para los mutilados de la guerra de África.
En febrero de 1927, con motivo de las fiestas de Carnaval, tuvo el honor de ver actuar en su escenario a la compañía del Gran Teatro del Liceo, que se presentaba en el local con la actuación del barítono Joan Fonoll al frente de la compañía representó, “La Africana”, que supuso un espectacular éxito.
El sábado 2 de abril de 1927, protagonizó otro hecho importante con la representación de la ópera “Tosca”, como homenaje de despedida al tenor Felipe Sanagustín, uno de sus vecinos ilustres que se despedía con esta actuación del público español, ya que partía hacia tierras americanas a cumplir una serie de contratos.
El auge en aquel momento del cine y la dificultad de mantener el local abierto entre semana solamente con funciones de teatro hizo que su propietario poco a poco se olvidara del teatro y empezara a decantarse por el cine, ya que este arte requería una menor dedicación aunque tenía también sus problemas. Las copias de las películas eran escasas y cada cine tenía que tener contratado a un ciclista que trasladaba las bobinas de las películas. Para premiar a los sufridos ciclistas de su ardua tarea de llevar las bobinas con rapidez y evitar el consiguiente parón en el local y el pataleo de los espectadores, se estableció realizar una carrera cada año entre los ciclistas de los cines. El domingo 14 de octubre de 1928, el representante del cine Odeón, José Tey, fue uno de los que resultaron premiados.
El domingo 3 de febrero de 1929 se celebró la constitución de la “Asociación de Propietarios de San Andrés”, que fue presidida por el diputado provincial y presidente de la Unión de Asociaciones de Propietarios de Barcelona, don Román Traval y el concejal señor Nadal Delhom.
En enero de 1931, la empresa Cinematográfica Astrea, S. A., lo incluyó en un anuncio corporativo entre los cines que habían adquirido los aparatos de sonido de Orpheo-Sincronic.
Con la llegada de la república, el cine Odeón se consolidó como cine y entró a ser gestionado por la Empresa Capitol. En 1935, el Anuario Cinematográfico Español lo tenía catalogado como cine propiedad de la Empresa Rovira y con una capacidad de 1.800 espectadores.
Con motivo de la declaración de la guerra civil, al igual que todos los cines que continuaron ofreciendo la programación de cine, fue colectivizado por la CNT. No apareció en la cartelera hasta el lunes 1 de diciembre de 1936 con las películas: “Sombrero de Copa”, “Secreto de Ana María” y “Toma de Sietamo”.
El 28 de noviembre de 1944, con motivo de la fiesta mayor del barrio de San Andrés, se realizó una representación de “El Barbero de Sevilla”, en la que como casi siempre tuvo la colaboración del “Gran Teatro Liceo”. En aquella época, el gobernador civil Antonio Correa eligió el local como referente para la realización de los actos que se celebraban en el barrio de exaltación del movimiento nacional. En el cine Odeón llegaron a actuar primerísimas estrellas del momento, entre las que se encontraba Carmen de Lirio y el cantante Antonio Amaya.
En 1952, José Coll Navarra contrató al arquitecto Joan Pujadas para realizar unas mejoras que aunque reducirían la capacidad del local, le darían una mayor confortabilidad. El cine Odeón cerró sus puertas el 14 de junio de 1981 proyectando: “El factor humano” y “Mujeres de Cabaret”.
El local fue adquirido para construir un mercado. Se aprovechó parte de su estructura para dar cabida al nuevo mercado que conservó su nombre y en la actualidad da servicio al barrio.
