En 1652, finalizada la Guerra de los Segadores “dels Segadors”, la primitiva aduana (posteriormente el “Hala dels Draps”, entre el Paseo de Isabel II y la plaza de las Ollas, en el lado montaña de la Plaza Palacio) fue confiscada y destruida por Felipe IV, para reconvertirla en residencia del virrey de Cataluña.
El Palacio del Virrey “Palau del Virrei o del Lloctinent” fue levantado por Vicente Gonzaga Doria, durante su mandato como Virrey de Cataluña entre enero de 1664 a mayo de 1667.
El proyecto fue realizado por Fray Josep de la Concepció, conocido por “el Tracista”, entre los años 1668 y 1688, en un estilo barroco.
Constaba de planta cuadrangular con un patio central, de planta baja y dos alturas. La fachada tenía en el primer piso, dos miradores en las esquinas de daban a la plaza, en el resto de la fachada tenía un balcón corrido sobre la puerta central con tres salidas al exterior y el resto de la fachada lo componían balcones y ventanas indistintamente. En el interior del primer piso destacaba una gran sala, conocida como el Salón de los Festines, en el que el virrey realizaba gran cantidad de actos protocolarios y todos los acontecimientos sociales de la época.
En 1700, Georg von Hessen-Darmstadt, príncipe y militar alemán, virrey de Cataluña entre los años 1698 y 1701, hizo construir un puente para convertirlo en corredor privado para lo conectar el Palacio Real con la iglesia de Santa María del Mar y no tener que trasladarse por la calle para asistir a la misa y a los oficios a los que asistía. Dos años después el palacio sirvió por primera vez de residencia real, a Felipe V.
En 1705, durante la Guerra de Sucesión Española el archiduque Carlos instaló su residencia oficial en el palacio, tres años más tarde se casó con Isabel Cristina de Brunswick-Wolfenbüttel y el matrimonio pasó a vivir al palacio hasta 1713 fecha en la que lo abandono definitivamente.
En 1771, Juan Miguel de Roncali y Destefanis, conde de Roncali, militar y arquitecto, descendiente de una familia genovesa, construyó la nueva fachada, del palacio en estilo neoclásico. Reformo la Muralla de Mar, y remodelo la fortaleza de la Ciudadela y acabó las obras del Castillo de Montjuic.
En el siglo XIX, por sus habitaciones pasaron en 1802 los reyes Carlos IV y María Luisa de Parma con motivo de la doble boda entre el príncipe Fernando con la princesa María Antonia de Nápoles y el príncipe Francisco Genaro de Nápoles con la infanta María Isabel.
La gran cantidad de invitados que asistieron a la boda, hizo que se realizara un puente de madera entre el Palacio Real y la Aduana, para poder comunicar fácilmente el Palacio Real y la Aduana donde residían las personas que habían sido invitadas a la Boda Real. Con motivo del acontecimiento, se construyó un puente de madera que comunicaba el Palacio Real con la Aduana, lugar donde se alojaban los príncipes y parte del séquito de la ceremonia.
Tras la abolición del cargo de virrey, el palacio pasó a ser residencia del Capitán General de Cataluña, hasta la construcción del nuevo edificio de Capitanía en 1846 en el Paseo de Colón en 1846, en el solar donde estuvo construido, el antiguo convento de la Merced.
En 1860 Isabel II, se alojó por tercera vez en el palacio, acompañada por su marido Francisco de Asís, durante un viaje realizado por Aragón, Alicante, Baleares y Cataluña. Para conmemorar dicha visita, el Instituto Agrícola Catalán de San Isidro erigió delante del palacio un monumento efímero a base de frutas, hortalizas y semillas. La visita también fue aprovechada para inaugurar las obras del Ensanche y la colocación de la primera piedra del edificio de la Casa Gibert, en lo que era las futuras Rondas y acabo siendo la Plaza de Cataluña..
En 1875 el edificio del Palacio fue destruido por un incendio, en su lugar fueron construidos edificios de viviendas. En recuerdo del Palacio, quedó el nombre de la plaza con como recuerdo del Palacio que estuvo construido en ella.
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