La historia del convento iglesia, de San Francisco de Paula, comienzo el 16 de marzo de 1597, con la colocación de la primera piedra, localizada en la calle de su mismo nombre (actual calle Palau de la Música), fue construida por los frailes de la orden de los Mínimos. Fue inaugurado el 27 de julio de 1608, por el Obispo de Barcelona Raphael de Rouirola.

La orden en un principio, se había establecido en Barcelona el 7 de febrero de 1573, en la capilla de Sant Bertrán, cerca del camino que llevaba al santuario de la Virgen de Puerto (situado en la parte baja de Montjuïc, cerca de la antigua pedrera, que durante mucho tiempo abasteció de piedra a las construcciones modernistas de la época, entre ellas la de la iglesia de Santa María del Mar).

Estaba en una zona llena de huertas, que pronto fue conocida como las Huertas de Sant Bertrán “les Hortes de Sant Bertran”, donde los frailes estuvieron establecidos (exceptuando un corto espacio de tiempo en que ejercieron su apostolado en la actual zona de las Ramblas), hasta el 22 de marzo de 1578.

TRASLADO A LA CREU TRENCADA

Los continuos peligros que representaba para la orden el lugar, por las continuas escaramuzas por parte de piratas, obligo a la orden, a aceptar el ofrecimiento que la ciudad hizo a la comunidad, de un lugar donde instalarse en la Cruz Rota (la Creu Truncat), “la Creu trencada”, después Cruz de San Francisco “Creu de Sant Francesc”, fuera de la muralla en el Portal Nou. En este lugar estuvieron hasta el 1589, fecha en la que se trasladaron, al lugar donde ahora se levanta el Palau de la Música. Posteriormente el viejo monasterio fue vendido en 1606.

TRASLADO AL LUGAR DONDE HOY ESTÁ EL PALAU DE LA MÚSICA

primitivo solar de la iglesia

La nueva iglesia, junto con el convento y la huerta, lindaba con la calle Alta de San Pedro y la parte posterior de la casa con el número 14, que llegaba hasta la esquina del callejón del Huerto de la Faba “Hort de la Fava”, por la parte norte y llegaba hasta la muralla que se encontraba en la actual calle Trafalgar y por el oeste con las casas de la calle Junqueras.

La Iglesia fue construida en una única nave, que tenía varias capillas laterales que estaban dedicadas a varias invocaciones, entre los contrafuertes laterales y un claustro construido con tres niveles, dos niveles con galerías y un tercero, cerrado. La comunidad de los frailes mínimos fue suprimida con la desamortización de 1835 y los frailes fueron expulsados, pasando a convertirse en una parroquia.

EL INCENDIO

la iglesia tras el incendio

En 1854, la Iglesia, sufrió un terrible incendio, en el que perdió el retablo del altar mayor y una parte del edificio. Se repararon los desperfectos causados, pero no fue hasta 1885, que se realizó la restauración y la decoración completa del edificio. Se aprovecharon las paredes maestras y se construyó un nuevo techo, se construyó una nueva fachada de mampostería sin adornos, sencillamente pintada, que de no ser por la torre del campanario, le daba un aspecto exterior, poco parecido al de una iglesia.

El 31 de mayo de 1904, fue aprobada la construcción del Palau de la Música, en los terrenos en los en los que estaba instalado el claustro del convento, la operación consensuada por la iglesia y el gobierno de la ciudad, recibió el visto bueno del ayuntamiento, iglesia y el consorcio que debía construir el Palau.

La operación tenía un coste de 240.322,60 pesetas y después del derribo del claustro, quedaba un solar de 1350,75 metros cuadrados. La construcción sería dirigida por Lluís Domènech i Montaner.

La primera piedra del Palau se colocó el 23 de abril de 1905 y su inauguración, tuvo lugar el 9 de febrero de 1908 con la bendición del cardenal Casañas, junto al presidente del Orfeó Català, Joaquín Cabot Rovira y el director del Orfeó Lluis Millet, junto a otras personalidades de la ciudad.

claustro

El 20 de julio de 1936, la iglesia sufrió el asalto de los grupos anarquistas que incendiaron la iglesia (sin reparar al riesgo que corrían los edificios colindantes por la estrechez de las calles) y el posterior saqueo todas las reliquias y tesoros artísticos, que encontraron en ella.

Finalizada la guerra hasta que se pudo empezar su restauración, los servicios de la parroquia fueron trasladados provisionalmente a la iglesia del Colegio Condal, en la calle Amadeo Vives, (antes Cameros), pasando el despacho auxiliar a establecerse en la calle Alta de San Pedro, núm. 19, segundo segunda.

La falta de presupuesto hizo que no se empezara su restauración hasta mediados de la década de los cuarenta y esta se realizó con muy poco presupuesto y rigor, que hizo difícil el poder devolverla a su antiguo esplendor. La fachada nunca fue completada dando desde entonces la imagen de una iglesia inacabada, (como presagiando su posible fin).

La restauración fue inaugurada oficialmente por el Obispo de Barcelona Gregorio Modrego Casaús, el 1 de octubre de 1950. El oficio solemne de la inauguración fue celebrado por el párroco Jaime Guixa, asistiendo: como ministros de honor los capitulares Vilaseca y Faura, siendo asistente el prefecto de ceremonias el titular de la Catedral, doctor Daniel Salvado. Asistieron a la ceremonia, ocupando lugares destacados, el teniente de alcalde del distrito Pedro Roma, el rector de la Universidad doctor Luño; vicepresidente de la Caja de Pensiones Luis Soia y los miembros de la Junta de Obra y Reconstrucción.

En 1996, hubo varias reuniones entre el ayuntamiento, miembros de la iglesia y del Palau de la Música, con el fin de estudiar la venta, de la iglesia, con el fin de ampliar el Palau de la Música. Como la operación superaba en 30 millones el límite permitido por la Santa Sede de 100 millones de pesetas, para poder ser tramitada directamente por el clero español, se tuvo que pedir permiso a la Santa Sede, que autorizara la operación.

En la Vanguardia del 28 de noviembre el arzobispo Ricard Maria Carles, intentaba influir en la población, publicando una nota en las que respondía a las vecinos y de la población en general, ante las continuas quejas motivadas por el posible derribo de la iglesia, con una nota que decía “la iglesia es un edificio de la posguerra, que no está catalogado y que carece de interés arquitectónico”.

En 1996 en plena democracia con un alcalde socialista Pascual Maragall, un gobierno autonómico de Convergencia y Unió Jordi Pujol, un presidente del gobierno del PP José María Aznar y arzobispo Ricard Maria Carles, se perdía uno de los muchos edificios, que en alas de un progreso han dejado la ciudad huérfana de edificios históricos.

Si la iglesia era para los vecinos, creyentes y los que no lo eran era un edificio de la ciudad, que había guardado tesoros artísticos y tumbas de los antiguos reyes de Aragón. Tres partidos políticos completamente diferentes: PP, PSOE Convergencia i Unió y la propia Iglesia Católica, los que habían dejado que se perdiera, una iglesia que había sido construida en 1598.

La Academia de Sant Jordi denunciaba en marzo de 1991: delante de la opinión pública a las instituciones por la dejadez en salvaguardar los edificios históricos de la ciudad, con la siguiente nota.

Delante de la serie de despropósitos de las diferentes autoridades con referencia al expolio un memorial de agravios en el que acusamos a las instituciones: Ministerio de Cultura, Generalitat, Diputación, Ayuntamiento y Obispado, de haber creado una situación de «crisis de los monumentos, debido a su concepto equivocado de su restauración», incumpliendo las propias normativas y ordenanzas. El informe ha sido remitido al Síndic de Greuges. (Que como en la en la mayoría de los casos lógicamente se lava las manos)

La Real Academia de Bellas Artes de Sant Jordi

La relación de quejas de la academia incluye 21 edificios. En ella cuestiona el proyecto de aparcamiento en el entorno de la iglesia románica de Sant Pau del Camp; la destrucción del pasillo y del salón del siglo XVIII del Fossar de les Moreres, incluidos en el catálogo monumental del Ayuntamiento; la demolición de más de la mitad de la Casa Serra, obra de Puig i Cadafalch, para construir, la nueva sede de la Diputación de Barcelona, así como la pérdida del carácter de jardín romántico de la plaza Reial y el abandono y deterioro sufrido por las farolas de Gaudí.

El informe es especialmente duro con la reforma del Palau de la Música, tanto por la pérdida de la acústica como por la recomposición exterior, «que ha destrozado totalmente la vecina iglesia de Sant Francesc de Paula», cuando la obra «se hizo con aportaciones del Ayuntamiento y la Generalitat y con el consentimiento del arzobispo». Igual dureza es dirigida al plan especial del Gran Teatre del Liceo.

La Academia lamenta que se destruyera el Palau Vedruna (Vía Layetana), excepto la fachada, para levantar un hotel, y denuncia el proyecto de demolición de la Casa Sicart, situada encima de las bóvedas del Portal de l’ Àngel y la casa más antigua de la plaza Catalunya (1867), con partes modernistas.

Otras acusaciones se refieren a la Casa de la Caritat (demolición de la mitad de la manzana, incluida en el catálogo del Patrimonio Histórico Artístico). Las contradicciones entre las diversas administraciones, como lo sucedido entre la Generalitat y el Ministerio de Cultura con respecto al Palau Nou de l’Abat, en Poblet, cuyo último proyecto prevé la desaparición de gran parte del ala del siglo XVIII.

Se sorprende de que en la Casa Batlló, se estuvieran haciendo obras sin permiso y tuviese que ser la denuncia de un vecino, la que permitiera paralizar las obras. «No se comprende cómo un edificio monumento nacional y uno de los más conocidos y admirados \ de Barcelona, pueda ser objeto de tan manifiesta ilegalidad sin que ninguna inspección municipal o de la Generalitat lo detecte inmediatamente. La irresponsabilidad de la propiedad y de los técnicos, es sólo comparable con el descuido de las autoridades en materia de patrimonio».

El 10 de marzo de 1998, la Vanguardia publicaba nuevamente un artículo, en la que daba por hecho la realización del derribo de la iglesia y la ampliación del Palau de la Música:

La ampliación del Palau de la Música mediante el derribo de la iglesia anexa, de Sant Francesc de Paula, parece que no encontrará obstáculos en el arzobispado, por lo que el proyecto .se podrá. Impulsar en breve. Y es que el consejo presbiteral; un organismo asesor del arzobispo, participado por sacerdotes, dio luz verde a la demolición de la iglesia, el pasado viernes, según informaron ayer fuentes del arzobispado de Barcelona.

Derribada la iglesia, el edificio modernista de Lluís Domènech i Montaner, que ya fue ampliado una vez hace unos años, se sometería a su segunda reforma. Para ello, el arquitecto Óscar Tusquets (autor de la primera ampliación) ha preparado un proyecto que prevé el uso del espacio ahora ocupado por la iglesia para la construcción de un edificio con un auditorio de 600 butacas y servicios complementarios.

Pese a la aprobación del proyecto por el consejo presbiteral, la operación aún deberá esperar a la firma, de un convenio entre el arzobispado, el Ayuntamiento de Barcelona y la fundación Orfeó Català- Palau de la Música, que podría tener lugar en el plazo de un mes, El arzobispado también deberá consultar la operación con la Santa Sede, al tratarse de una obra con un presupuesto que excede los cien millones de pesetas.


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CONVENTO IGLESIA DE SAN FRANCISCO DE PAULA

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