1923 ABRE EL CINE NUEVO EN LA CALLE OBRADORS
En el barrio del Raval, en la calle Obradors 10-12, se abrió al público el cine Nuevo en 1923. Era un local con capacidad para 800 personas y lo regentaba la Empresa Triunfo, que también tenía a su cargo el cine Marina de la Barceloneta y el cine Nuevo de la calle Rec Comtal.
Estuvo mucho tiempo sin aparecer en las carteleras de los periódicos. Solo se anunciaba en los carteles de los comercios del barrio y en los pequeños carteles que daba en taquilla al recoger las entradas.
Aunque las informaciones de su adaptación al cine sonoro lo sitúan el 17 de marzo de 1932, la conversión llegó antes, aunque se desconoce la fecha exacta. El cine apareció por primera vez en la cartelera de espectáculos de La Vanguardia el domingo 10 de enero de 1932, pero en ningún momento hablaba de inauguración. Por lo que es muy posible que aprovechara las fiestas navideñas para su inauguración. El cine Nuevo proyectaba las siguientes películas aquel domingo:
- Esclavas de la moda (en español) con Carmen Larrabeiti
- Ladrón de sí mismo por Leo Maloney
- Mucho humo y poco fuego (comedia)
- Su última hazaña por Ricardo Cortez
Para el lunes, el cine Nuevo anunciaba Tempestad por John Barrymore.
Durante la Guerra Civil, el cine Nuevo fue confiscado por la CNT. Sin embargo, el cine fue cerrado en 1938 por la CNT debido a los graves incidentes que se producían entre los espectadores en algunas sesiones. Durante el cierre las puertas fueron forzadas por personas sin techo que buscaban refugio del frío de los bombardeos que se sucedían en la zona. Además, las peleas entre los moradores del cine dejaron el local completamente destrozado.
1939 NACE EL CINE CASTILLA
Después de la guerra, el cine fue restaurado y reinaugurado el 27 de noviembre de 1939 como cine Castilla. El programa de inauguración incluyó dos películas: «La Pimpinela Escarlata» y «El Perro de Flandes» por la tarde, y «La Melodía de Broadway 1936» y «Apuesta de Amor» por la noche.
A principios de los años 70, el cine Castilla proyectó películas de calidad, entre ellas «El baile de los vampiros» del director Roman Polanski, protagonizada por Jack McGowran y Sharon Tate. Esta película se estrenó en España después del asesinato de Sharon Tate, esposa de Polanski, el 9 de agosto de 1969 por la secta «La Familia» dirigida por Charles Manson.
El viernes 9 de octubre de 1979, el cine Castilla apareció en los periódicos a raíz de una reyerta con navajazos que tuvo lugar la tarde anterior. En la reyerta resultó herido de gravedad el ciudadano argelino de 24 años Lanouar Belaber.
EL CINE DE LOS LIGUES
La ubicación del cine, cerca de la calle Escudellers y del puerto (donde se concentraba la prostitución en la ciudad tras la guerra) hizo que dejara de ser un cine familiar y se convirtiera en un sitio al que la gente no iba a ver las películas, sino a buscar otros servicios. Esto provocó que el cine perdiera su esencia y su público habitual, y se llenara de clientes que buscaban mujeres que les ofrecían sexo manual en la penumbra de la sala.
La sala de cine se fue deteriorando por la falta de higiene y el mal funcionamiento de los equipos de refrigeración, que obligaban a abrir las ventanas y la puerta en verano para refrescar el ambiente. Esto hacía que se escucharan los ruidos de la calle y que se filtraran los diálogos de las películas al exterior.
Josep Ventayols, el heredero del cine familiar, explicaba en una entrevista los desafíos a los que se enfrentó al adaptarse al nuevo sistema administrativo y económico, especialmente los impuestos, que suponían el cuarenta y cinco por ciento de los ingresos. A pesar de haber subido el precio de las entradas a cuatrocientas cincuenta pesetas, los beneficios eran muy escasos.
SALA X
También relataba las dificultades que tuvo para inaugurar la Sala X y ponerla en funcionamiento, ya que no recibió la copia de la película hasta el último momento y tuvo que tramitar los permisos y los sellos en el Ministerio de Cultura el mismo día del estreno, sin los cuales no podía empezar la programación por la tarde.
La experiencia del Castilla fue única en la historia del cine español. Ventayols, el propietario, se atrevió a proyectar películas que nadie más se atrevía, películas que rompían tabúes y desafiaban la censura. El público que acudía al Castilla era selecto y exigente, sobre todo por las mañanas, cuando se podía ver a gente de traje y corbata que venía a disfrutar de un cine diferente, un cine que solo se podía ver cruzando la frontera.
Pero no todo fue fácil para el Castilla. Ventayols tuvo que enfrentarse a varios problemas que nadie le había advertido. Uno de ellos era la limpieza de la sala, que se hacía imposible con las sesiones continuas. Algunos clientes se encontraban con sorpresas desagradables en sus asientos…
El Castilla solo duró cuatro años. Cerró sus puertas el 26 de junio de 1988, con un cartel que decía «cerrado por vacaciones». Al día siguiente, el local fue demolido y en su lugar se construyó la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona.
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