CINE IMPERIAL SALON CIBELES

CINE IMPERIAL

En la primera década del siglo XX, Salvador Casas, propietario de los locales ubicados en la calle Córcega 363, decidió dedicarlos al emergente mundo del cine. A pesar de su desconocimiento del séptimo arte, estaba consciente de que era un innovador sistema para proyectar imágenes en movimiento y que los dueños de locales amplios estaban adhiriéndose a este nuevo proyecto.

En un anuncio publicado en la página 7 de La Vanguardia el 3 de junio de 1911, se evidencia su falta de conocimiento en publicidad, ya que el reclamo era simplemente “Escogido programa de películas”. Sin embargo, la suerte no estuvo de su lado en este negocio, ya que el 3 de julio de 1912, sufrió un incendio.

La Vanguardia 3 junio 1911

Este incidente quedó registrado en la historia gracias a un anuncio de la empresa Minimax, publicado el 24 de julio del mismo año. En este anuncio corporativo, Minimax informaba sobre las empresas que habían sufrido incendios durante el año 1912 y cómo, gracias a su eficacia, habían logrado superar el incidente.

Minimax reportaba más de 120 incendios en el año y ofrecía sus servicios por cuotas de 2 pesetas semanales. Además, proporcionaba a las empresas y al pequeño comercio certificados acreditativos de los datos relacionados a cuantos los solicitaran a la realización de la suscripción.

A pesar de sus esfuerzos en los continuos anuncios, donde resaltaba las bondades del local, conocido como “La Perla del Eixample”, y el “Éxito colosal por su calidad y detalle de las imágenes”, rara vez comunicaba los títulos o temas de las películas. De los muchos programas revisados, los más aclarativos fueron “Estreno de una emocionante corrida de toros” y el estreno de “Burlas de muchachas”.

1917 DESAPARECE COMO CINE

A mediados de 1914, comenzó a anunciar los títulos de las películas. El domingo 18 de octubre anunciaba: “En aras del amor”, “La agonía de Bizancio”, “La asechanza”, “El cajero” y otras. En 1916, Martin Herrero tomó la dirección del local y lo mantuvo abierto hasta 1917, año en que desapareció de las carteleras, quedando el local inutilizado.

FÁBRICA DE GASEOSAS

Dadas sus dimensiones y ubicación, el local fue alquilado durante veinte años por una fábrica de gaseosas, que lo utilizó como almacén y garaje.

1940 EL SALÓN CIBELES

En 1939, Jaume Daura, propietario de la Sala de baile “La Paloma”, viendo la aceptación de la sala de baile de la calle del Tigre, realizó una reestructuración integral del mismo, convirtiéndolo en 1940, en la nueva sala de baile “Salón Cibeles”.

El espacio, con una superficie abierta de 300 metros cuadrados con pequeños palcos alrededor, equipados con sillas para que las damas que no estaban bailando pudieran sentarse y esperar a que un caballero las invitara a bailar.

Doura construyó un altillo al que se accedía por dos escaleras laterales en la parte trasera de la sala. Desde este lugar, se podía observar la pista de baile desde una posición elevada, permitiendo a las parejas tener un poco más de privacidad y a las personas que preferían pasar desapercibidas mantenerse discretas.

En la parte trasera de la sala se encontraba el escenario de la orquesta, adornado con varias pinturas decorativas. La pintura central, que se encontraba detrás de la orquesta, era una alegoría a la fuente de la Cibeles de Madrid, de la cual el lugar tomó su nombre.

El local atraía a personas de las clases medias y trabajadoras, y abría los jueves y domingos. Este hecho lo hizo popular entre el servicio doméstico, que en aquella época celebraba fiestas los jueves por la tarde. Esto llevó a suponer que la mayoría de las damas que asistían al local eran empleadas del hogar, por lo que rápidamente se acuñó un dicho popular entre los barceloneses que cuando se referían al local, siempre decían “El baile de las criadas”.

La censura existente en aquellos momentos hizo que se colocara a una persona en el altillo para vigilar que las parejas no bailaran demasiado cerca y que los jóvenes no se propasaran con las manos.

La aparición de los Beatles en los años 60 y la de otros grupos anglosajones trajeron al local grupos locales que versionaban las canciones de los famosos melenudos de Liverpool.

Tras la muerte de Ramón Dora, Carlos Pazos y Manuel Valls se hicieron cargo del local, cambiando la orientación del negocio hacia un público más rockero, lo que cambió los hábitos de la clientela.

En esa época, el salón abría de jueves a domingo, con actuaciones de cantantes famosos en el escenario, como “Gato Pérez”, “Raúl del Castillo”, “La Orquesta Platería”, “Caco Senante”. Era muy común entre los noctámbulos empezar la noche en Cibeles hasta las dos de la madrugada, para luego bajar a “Ciutat Vella” y terminar la noche en uno de los locales de moda de la época.

El fin de la dictadura propició el inicio de una de las etapas más gloriosas de Cibeles, que reunía a una mezcla de intelectuales, progresistas y gente del teatro. En 1979, Narcis Serra, candidato a la alcaldía de Barcelona por el PSC, celebró el primer mitin inaugural de campaña para las elecciones municipales.

En su última etapa, Cibeles estuvo animado por varias orquestas y grupos de diversos tipos de música. Era uno de los lugares preferidos para organizar despedidas de soltero. Las noches de los viernes, la sala era gestionada por la empresa “Mond Club”, que ofrecía solo música disco.

Este nuevo enfoque en el negocio provocó las primeras quejas de los vecinos y, en consecuencia, las primeras denuncias. El local carecía de una buena insonorización y el ruido molestaba profundamente a los vecinos. Pero esto no fue lo más grave, las salidas a altas horas de la madrugada con la gente excitada por la música y el alcohol provocaban continuas peleas entre los clientes, lo que tras varias denuncias terminó con el cierre gubernativo del local, que quedó clausurado como sala de baile.

El propietario del local, Pau Solé Ribas, que también era propietario del local “La Paloma”, no quiso asumir más responsabilidades y decidió en 2005 vender el local al Ayuntamiento, para destinarlo a equipamientos públicos. Fue demolido en 2009.


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