LA BARCELONA DE ANTES
En la Barcelona de la primera mitad del siglo XX, hubieron una serie de oficios que hoy a muchos les extrañarían, a los como yo nacimos en aquella época me hacen recordar una época en que con lo poco que teníamos éramos felices. Yo que vivía en el Clot, conocí una avenida Meridiana por la que no pasaban coches pero sí un antiguo tren de superficie sacando constantemente humo.
Una fiesta mayor de San Martin el 11 de noviembre en que en trozo de la futura avenida comprendido desde el cruce de la calle Valencia hasta Consejo de Ciento estaba invadida de paradas de caballitos autos de choque y demás casetas propias de las ferias de entonces. Posteriormente paso a circular un tranvía de la línea 51 y hasta el año 1951 no se inauguraron las paradas de metro de Glorias y Clot.
La Gran Vía quedaba cortada en principio por el paso a nivel del descampado de la Plaza de las Glorias y emergía la fábrica de máquinas de escribir de la Hispano Olivetti, posteriormente la Gran Vía finalizaba en la calle DE San Juan de Malta la zona era un enjambre de fábricas.
Pero si la Barcelona de hoy no se puede comparar con la Barcelona de antes, el cambio espectacular sufrido por los oficios es incomprensible que existieran en nuestros días.
Los trabajos de entonces no tienen nada que ver con aquellos oficios cuyos trabajadores al llegar la Navidad para sacar un sobre sueldo mandaban imprimir unas tarjetas de felicitación y pasaban casa por casa para entregar su tarjeta de felicitación y recibir una pequeña propina de aguinaldo.
En la Barcelona de antes fueron muchos los oficios que entonces eran imprescindibles y con la modernidad han ido desapareciendo, ya que su labor ya no es necesaria y otros porque el cambio de los tiempos y la tecnología han suplido una parte de su trabajo: Algunas fotos pueden ser repetitivas pero tienen la misión de demostrar dentro del mismo oficio los cambios sufridos en su forma de desarrollarlo.
FAROLEROS
Éste oficio que hoy no podemos pensar ni que existía, entonces era muy necesario, tuvo dos fases: La primera fase y la más artesana fue en los tiempos en que el alumbrado de la calle se hacía por gas.
El Farolero llevaba una vara larga con un gancho y una mecha encendida, con el gancho abría la salida del gas y con la mecha encendía la lámpara, por la mañana cerraba la salida de gas y la lámpara de la farola dejaba de funcionar.
La labor diaria se debía de realizarla dos veces al día. En la segunda fase, las cosas fueron más fáciles, con la electricidad, solo se tenía que abrir una puertecita y encender o apagar la luz, no existían los automáticos como ahora que encienden o apagan la luz.
TINTOREROS
Este oficio, que no se comprende hoy como tal, en su época tuvo razón de ser, las cocinas eran pequeñas y los tintes de la ropa muy primitivos, a principio de siglo iban con un equipo ambulante por las calles anunciado su trabajo, después abrieron las tintorerías para que la gente llevara allí su ropa, pero en nada se parecía a las tiendas de ahora.
Seguro que muchos se preguntaran ¿tan necesarios eran los tintoreros para ejercer un oficio?, dos son las razones de su existencia. La primera y la más importante es que en aquella fecha, cuando se moría alguien en una familia, se guardaba un luto “obligatorio”. Los hombres llevaban un botón negro en la solapa de la americana o una banda negra en una manga de la americana.
Las mujeres lo tenían peor, ya que según la cercanía del difunto se debía de llevar el luto riguroso, existía el luto riguroso o el medio luto también llamado “alivio” que se llevaba al cumplir el tiempo obligatorio de llevar luto.
- – Por la muerte del esposo o esposa, el cónyuge llevaba luto riguroso dos años más seis meses de alivio de luto.
- – Por la muerte de un hijo, los padres llevaban dos años de riguroso luto más seis meses de alivio
- – Por la muerte del padre o de la madre, los hijos llevaban luto un año luto, más seis meses de alivio…
- – Por la muerte de un hermano, los hermanos guardaban seis meses de luto riguroso.
- – Por la muerte de los abuelos, los nietos guardaban seis meses de luto riguroso y tres meses de alivio.
- – Por la muerte de un tío o tía, los sobrinos mantenían tres meses de luto.
Otros oficios que se perdieron fueron:
SERENOS Y VIGILANTES NOCTURNOS
Aunque la labor en muchas ciudades pequeñas estaba realizada por los serenos en Barcelona dada su extensión existían los dos cuerpos:
El sereno era la autoridad nocturna que vigilaba la ciudad durante la noche y intervenía en casos de peleas nocturnas fueran del tipo que fuera avisando de posibles robos o incendios producidos en horas que el transito callejero era mínimo.
Para obtener el empleo debías medir más de un metro y 52 cm, tener entre 20 y 40 años, una voz potente, no haber cometido ningún delito y no estar trabajando en otro oficio para poder rendir bien por las noches.
Eran retribuidos por el vecindario y los propietarios de las tiendas hasta la creación oficial del cuerpo de serenos en 1786.
Se trataba de hacer las rondas asignadas y vigilar el barrio para ayudar a cualquier vecino que lo requiriese. Te abrían el portal de tu casa si te habías olvidado las llaves, controlaban que no hubiesen robos o cualquier otro desorden público… y hasta la aparición de la luz eléctrica, controlaban, como los antiguos faroleros, el encendido y apagado de las farolas.
El Vigilante en las ciudades grandes era el complemento del sereno y llevaba un juego de llaves de portal de todas los edificios de su jurisdicción y por la noche cuando lo necesitabas para abrir la puerta de las escaleras dabas fuertes palmadas con las dos manos y enseguida aparecía para abrir la puerta de la escalera.
La figura de ambos cuerpos desapareció a mediados de la década de los 70, con la instalación de los porteros automáticos en las casas y la implantación de los coches de la guardia urbana y los coches de los mossos de escuadra.
Ambos personajes cuya arma de defensa era un palo con una puncha en uno de sus extremos había perdido efectividad ante la nueva serie de delitos nocturnos.
Lejos quedaban su necesidad de aquellos tiempos en que sin el móvil acuestas al llegar a la escalera te dabas cuenta que te habías dejado las llaves de casa en tu domicilio o las habías perdido.