SALON GUINARDÓ

 

1931 NACE EL ATENEO CATALAN DEL GUINARDÓ

El Ateneo Catalán del Guinardó, inaugurado en 1931, pertenecía a la Liga Catalanista. Parte del local se destinaba a una cooperativa de compras, mientras que otra sala servía como escenario de eventos propios de la sociedad y de otros ateneos de la ciudad, especialmente aquellos dedicados a la población infantil, con festivales de payasos y marionetas, y el mágico reparto de juguetes.

El Salón Guinardó, construido posteriormente al cierre del Ateneo, llenó el vacío con su oferta cinematográfica, brindando entretenimiento a los vecinos del Guinardó. El desaparecido cinematógrafo Salón Guinardó se erguía sobre el solar que antaño ocupara el Ateneo Catalán del Guinardó, en la calle Escornalbou 43, esquina con Renaixença. Muy cerca, en el número 30, se encontraba la ya legendaria «Casa Encantada».

El Ateneo Catalán de la Clase Obrera había nacido en Barcelona el 2 de febrero de 1862 con la noble misión de instruir a los obreros de la ciudad, impartiendo clases de cultura general en sus ratos libres por una módica cuota de 4 reales mensuales.

 Guinardó, fueron piezas fundamentales en la vida social y cultural del barrio, dejando una huella imborrable en la memoria de sus habitantes, a pesar de su desaparición.

acto social en el Ateneo

El Ateneo Catalán de la Clase Obrera, con su loable objetivo de fomentar la cultura y la educación entre los trabajadores, y el Salón Guinardó, como espacio de ocio y esparcimiento, marcaron una época en la historia del Guinardó.

En 1934 con motivo de la fiesta de Reyes, la sección femenina, junto a miembros del comité directivo se encargó de organizar del reparto a un grupo de doscientos cincuenta niños y niñas. La Sección Femenina decidió no solo s organizar actos para los niños, sino que la amplió a las personas necesitadas del distrito repartiendo bonos de comida.

Dado el crecimiento de abonados en febrero de 1935, se tomó la decisión de reformar el local y convertirlo en un nuevo local más moderno, la primera piedra fue colocada por Ramón d’Abadal presidente de la Lliga Catalana. Las obras se inauguraron el día de la verbena de San Juan el 23 de junio de 1935, a cuyo acto asistió Francesc Cambó.

acto en la terraza del salón.

Durante la Guerra Civil, el local fue confiscado por el sindicato CNT hasta su finalización fecha que en Ateneo paso a ser gestionado (una palabra más suave que confiscado) por la Falange Española, hasta su abandono.

Como el local era grande la parte del local que tenía su entrada por la calle Renacencìa fue gestionado por los Estudios de la Cinematográfica Marín, empresa dedicada al doblaje, venta y alquiler de películas y proyectores de cine.

1940 NACE EL CINE SALÓN GUINARDÓ

La parte del local que daba a Escornalbou, adquirido por Antonio Serralla, fue convertido en 1940, por este y su familia en el nuevo cine Salón Guinardó.

La antigua sala de actos del Ateneo tenía pequeñas dimensiones por lo que los Serralla convirtieron en un cine con una platea pequeña y un anfiteatro de cuatro filas, un pequeño escenario para poder realizar las actuaciones de los artistas de variedades, que en aquellos tiempos estaba copado por ilusionistas y artistas intérpretes de la canción española.

Los Serralla, aprovecharon la antigua terraza y el bar al aire libre anterior para utilizarlo en los descansos para que los espectadores tomaran algún refresco o fumaran algún cigarrillo.

La primera película proyectada fue la producción norteamericana “Piloto de pruebas” protagonizada por Spencer Tracy, Clark Gable y Myrna Loy y dirigida por Victor Fleming.

Fue una película que en 1938, fue nominada a los Oscar de Mejor película, Mejor argumento y Mejor montaje y que relataba la historia de un piloto de pruebas.

El primer problema que tuvieron los Serralla fue el económico, por lo que en al principio solo adquirieron un solo proyector a su vecino Cinematográfica Marín. En aquellos tiempos cada película estaba dividida en varios rollos, esto obligaba a las empresas a tener un mínimo de dos proyectores, para que cuando terminara un rollo automáticamente saltara el otro proyector ofreciendo una continuidad de proyección.

Al haber adquirido por parte de los Serralla en principio un solo proyector, el operador se veía obligado al acabarse un rollo a apagar el proyector y cambiar la bobina, esto representaba que al llegar este momento se cortaba la proyección y se encendían las luces de la sala y se producía un pequeño descanso, mientras se hacía el cambio de bobinas.

Esta operación suponía que durante el tiempo que se realizaba el cambio los espectadores se pasaban el rato silbando y pateando.

Este problema hizo buscar una solución a Antonio Serralla que decidió cerrar las puertas del antiguo Salón Guinardo y buscar otro lugar con más capacidad y proyección en la zona, cosa que encontraría en un local cercano situado en el Paseo Maragall 83 – 85 donde traslado su nuevo local.

En el nuevo solar Antonio Serralla mando construir un nuevo cine al arquitecto Carlos Martínez un local con una capacidad en un principio de unos 700 espectadores que fue inaugurado el 23 de febrero de 1946, pero eso pertenece a otra historia.


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