Rambla de las Flores, Barcelona. Su historia

El primitivo nombre de este trozo de la Rambla fue de San José llamado así por el antiguo convento de Carmelitas Descalzos de San José, construido en el año 1560. El nombre de «Rambla de las Flores» fue debido a que desde el siglo XIX empezaron a proliferar unas paradas ambulantes de flores que eran adquiridas por las señoras al salir de la compra y quedaba alguna moneda suelta.

Con el tiempo se construyeron pequeños puestos de madera, para que las vendedoras pudieran guardar los utensilios diarios y no tener que transportarlos diariamente, que con el tiempo, terminaron por asentarse definitivamente, tras la construcción de las primitivas paradas fijas, lo que determinó que la ciudadanía terminara por reconocer la zona, como la Rambla de las Flores.

Con el tiempo las paradas se fueron modernizando y acabaron por capitalizar el nombre del todo el paseo. En la actualidad, especialmente desde principios del siglo XXI, gracias a la colaboración del Ayuntamiento, la zona puede volver a su primitivo nombre, ya que por desgracia para ciudadanos y turistas las paradas de flores, han ido desapareciendo.

DE PORTAFERRISA AL PLA DE LA BOQUERÍA

Su localización empieza en las calles Carmen y Portaferrissa y termina en el Pla de la Boquería. Espacio que durante muchos años dividió el paseo en dos partes. El plan de urbanización de esta parte de la rambla fue realizado por el Ingeniero Pedro Martín Cermeño que empezó a realizarlo en 1770 y no consiguió finalizado hasta 1776.

El total desacuerdo entre ayuntamiento y los propietarios de los terrenos, que veían exagerada la anchura del paseo que, les hacía perder unos metros considerables de sus solares, era la causa del litigio y fue la causa indirecta de que el Palau de la Virreina, este construido unos metros más atrasados de la línea oficial de su urbanización.

LA PRIMERA MANSIÓN: LA DEL VIRREY DEL PERÚ

Manuel de Amat i Junient, Marqués de Castellbell, residente en América, propietario del terreno, había decidido volver a España, y edificar una casa en un lugar del nuevo paseo, convencido que era el lugar perfecto para vivir a su regreso. Contrato a Josep Ribes, para que le diseñara un palacete en estilo barroco francés, aunque siempre bajo su supervisión. Este carácter prepotente que imponía a sus decisiones, le llevo a errores garrafales fueron la causa de su cese en los cargos ocupados en la Américas. El retraso en la decisión de la anchura final de la Rambla, le llevo a contratar al maestro de obras Josep Ausich i Mir, que con la colaboración de Carles Grau y el escultor Francesc Serra para que empezara su construcción, dos años antes de la aprobación de la aprobación definitiva de las medidas definitivas.

CONVENTO DE SAN JOSÉ

Para conocer este lugar tendríamos primero que saber que estuvo ocupado por el antiguo convento de San José, construido en el siglo XVI por iniciativa de Juan de Jesús Roca (amigo personal de Santa Teresa de Ávila y San Juan de La Cruz). Fue el primer convento de los carmelitas descalzos de la ciudad.

La orden había recibido de Felipe II la autorización para construir una pequeña iglesia de madera inaugurada el 25 de enero de 1586. Posteriormente construida con piedra de la antigua fortificación de la puerta sur de la ciudad, cuya capilla no se levantó en 1680.

MERCADO DE LA BOQUERÍA

El primer mercado, fue ambulante y estuvo situado en el Llano de la Boquería, posteriormente, entre 1797-1801 se emplazó también de forma ambulante en la Rambla de San José desde la iglesia de Belén hasta el Llano de la Boqueria.

En 1802 Con motivo de una visita de Carlos IV y su familia a Barcelona con motivo de las bodas de los infantes de España y los de Nápoles, Carlos IV, debía desplazarse por las Ramblas y el ayuntamiento decidió trasladar las carnicerías y pescaderías al huerto del convento de San José con el fin de esconderlas de su vista del monarca y evitar así los olores a su paso por las Ramblas.

PRIMERA REGLAMENTACIÓN DEL MERCADO

En 1826 el Marqués del Campo Sagrado ordenó por primera vez reglamentar el mercado ambulante instalando unos cajones de madera dispuestos en hileras (entre la iglesia de Belén y la casa de Fals). El coste de las obras debería ser satisfecho por la ocupación de los barracones y utilización de las balanzas.

1835 EL CONVETO INCENDIADO DURANTE LA BULLANGA

En 1835 con motivo del derribo del convento de San José, en el solar del convento, se construyó la Plaça del Treball rodeada de pórticos (son los edificios y pórticos que podemos observar hoy en día). Se pretendía ubicar en el centro de la plaza cuadrangular, para las tiendas y como escenario de celebraciones festivas, quedando separadas las pescaderías, del resto para evitar los malos olores.

El proyecto no pudo llevarse a cabo, debido al volumen de comerciantes y a la escasa dimensión de la plaza, que imposibilitaba desarrollar las dos facetas, por lo que se decidió posponer el proyecto.

Una vez estudiado el problema, el ayuntamiento, se decidió dejar el lugar como mercado definitivo. El 19 de marzo de 1840, día de San José, se iniciaron las obras de construcción del techado de protección del mercado de las incidencias del tiempo.

Con la autorización de Alfons Piferrer, se puso en contacto con el arquitecto Josep Vilaseca, que un año antes había construido el Estudio de la calle Bailen de los hermanos Masriera, para que le construyera un edificio, que destacara en forma definitiva en la ciudad, Así nació la actual Casa dels Paraigües.

EL NUEVO MERCADO DE LA BOQUERÍA

Dos de sus artistas que en su día dieron más renombre a este trozo de Las Ramblas fueron Alexandre Cirici i Pellicer, historiador, escritor, político y crítico de arte con: “La Rambla de las Flores es la quinta esencia de Barcelona, su belleza cambiante es propia de todas las estaciones del año”. Durante el siglo XIX fue el único lugar de la ciudad donde se vendían día y noche ramos de flores”.

El otro artista fue sin duda alguna, fue el pintor impresionista Ramón Casas Carbó, que encontró en Las Ramblas su mejor modelo, para su producción pictórica.

EDIFICIOS Y COMERCIOS EMBLEMÁTICOS (lado Gotico)

CASA BRUNO CUADROS

Nº 2. El solar donde está construido el actual edificio de Bruno Cuadros, era propiedad Alfonso Piferrer, el cual en 1853 había construido una residencia plurifamiliar, de tres edificios con planta baja y un piso. En 1854, alquilo la planta baja a Bruno Cuadros Vidal, comerciante natural de Biosca (La Segarra), para que instalara su tienda de decoración. Dada la progresión del negocio en 1883, Bruno propuso a Piferrer, la adquisición de las tres casas y la construcción de un edificio de importancia en el lugar, que correspondiera a su situación en las Ramblas.

Nª 4. Empezó como Antigua Farmacia Doctor Andreu pasando en 1915, a ser gestionada como Farmacia Segalá. En 1925 se convirtió en Camisería Deulofeu.

NUEVA CERVECERÍA GAMBRINUS

Nº 6. El 3 de marzo de 1934, fue inaugurada la Cervecería Gambrinus para acoger un público más selecto que el que recibía en el del primer local instalado en el Portal de Santa Madrona, entre las Ramblas y el Marqués del Duero.

La Cervecería había sido inaugurada a finales del siglo XIX, un lugar variopinto, en el que convivían casetas de libros viejos, restaurantes, cervecerías y lugares de prostitución, no solo para diversión de los ciudadanos, sino también para los militares del desaparecido cuartel de Atarazanas, sino para aquellos marineros que estaban por la zona del puerto.

Nº 12. En 1886, estuvo situada la primitiva casa de Artículos de Caza Manuel Beristaín y desde 1905, la Administración núm. 12 de Loterías Valdés, una administración que en aquellos tiempos, para el público catalán, era como Doña Manolita de Madrid.

1990 APERTURA DEL PASSATGE AMADEU BAGUÉS

Con la abertura en 1992, del Passatge d’Amadeu Bagués”, se construyó en 1990, el Palau Nou, edificio con una línea súper moderna, diseñado por Jordi Frontons, arquitecto del estudio de Arquitectos: Bohigas, Martorell y Mackay. En este edificio moderno y complejo (sin ninguna calidad artística), se encuentra situado un aparcamiento robotizado de 11 plantas, el coche se entrega a la entrada y se recoge a la salida. El edificio tiene una profundidad de 24 m. con planta baja y una altura de 5 plantas.

El edificio está proyectado con una original abertura que permite contemplar desde las Ramblas parte de la fachada y el campanario de la basílica de Santa María del Pino.

Su construcción obligo a modificar, la numeración de esa parte de la Rambla, ya que dicho edificio, absorbió la numeración del 88 al 94. Solo algunos se reinstalaron en el nuevo edificio. El edificio fue seleccionado en los Premios FAD 93.

Este es el caso de la Administración de Lotería Valdés, que sin haberse movido de la zona, ha tenido diferentes números. El primero fue el 12, de Rambla de las Flores, con la unificación de la numeración de 1955, pasó a ser el 96 y en la actualidad, con la construcción del Palau Nou, se convirtió en el 88.

Nª 14. Los primeros comercios fueron: la perfumería Segalá y la Comercial América. Hoy en este edificio se encuentra ubicado el Museo de L’Erotica. El lugar al igual que la mayoría de museos abiertos en algunas capitales europeas, muestra el desarrollo a través del tiempo del erotismo en los ciudadanos. Exponiendo un amplio abanico de piezas que van desde los tiempos de las antiguas culturas griegas y romanas a nuestros días. En el museo se pueden encontrar desde piezas de culturas antiguas a piezas de arte erótico contemporáneo de artistas de renombre españoles e internacionales.

Nº 16. 1907. Comestibles y Licores Marca Prat, de J. Palau. En 1918, la Agencia La Información Mundial. El Estanco Gimeno, fundado en 1920 por Don Juan Francisco Gimeno, fue el primer estanquero de la ciudad en tener una cava para poder almacenar los carísimos cigarros puros, que en aquel tiempo venían de las diferentes fábricas de la Habana con la finalidad de mantener intacta su estado de humedad y mantener su conservación en las mejores condiciones. Fue el creador e impulsor del “humidor”, para garantizar una conservación de los puros, en el domicilio de los clientes.

Nº 30, El 23 de enero de 1919, se publicó el primer número del Diarí de Catalunya, editado por Catalunya de Publicaciones, S.A., dirigido por A. Serrano i Victori, con una edición vespertina, en la que presentaba un gran elenco de redactores y colaboradores. La Vanguardia en su página 18, del 10 de enero, anunciaba la próxima edición del periódico vespertino.

EDIFICIOS Y COMERCIOS EMBLEMATICOS (lado Raval)

Nº 5. Farmacia Genové en el edificio modernista diseñado por el arquitecto Enric Sagnier i Villavechia. El doctor Genové conocedor de la destreza del arquitecto, confió en él para construir una farmacia en la planta baja y el resto del edificio se dedicó a laboratorio y la parte administrativa. El edificio tiene cierto aire de neo-goticismo (estilo que predomino en el reino astur-leonés). En la entrada de la farmacia se colocó un arco apuntado en cuya clave se encuentra un relieve simbólico.

De la fachada destacan los mosaicos azules y dorados realizados por Lluís Bru, entre el primero y el segundo piso en medio del mosaico destacan las cuatro barras. En el tercer piso otro arco apuntado y rematándolo en el tres ventanales y un voladizo decorado con el mismo tipo de cerámica.

Nº 11. Edificio esquinero de la Rambla de San José con Petxina, de planta baja, comercial, y cuatro pisos, por el edificio pasaron la Cuchillería Bové, la casa de pianos Ribas, en 926 y la administración de loterias nº 18 Contijoch.

En 1902, se convirtió en el Colmado Casa Figueras, antigua fábrica de pasta decorada por Antoni Ros i Güell pintor y escenógrafo modernista. Empezamos en la esquina del establecimiento con un relieve de Lambert Escaler en homenaje al campo y a los campesinos con la figura de una mujer cosechando trigo. Mosaicos (con la técnica del trencadís) obra de Mario Maragliano. Vidrieras, realizadas por Rigalt y Granell. Las puertas en forma de arco eran rematados con los trabajos realizados en hierro forjado.

En 1986 Escribà, fundador de una familia de pasteleros fundada por Antoni Escribà i Cases, saga continuada por Antoni Escribà Serra y seguida por Christian Escribà, adquirieron el local i abrieron la sucursal de la Pastelería Escriba en la Gran Vía en lo que había sido el desaparecido “Forn Serra”.

Nº 13. 1887, Comestibles Ramón Marsa, uno de los establecimientos que marcaron una época a finales del siglo XIX. En nuestro tiempo sería imposible exponer los productos avícolas, tal y como se observaban a la entrada del establecimiento en las fotos de la época.

Nº 15. Limpiabotas “La Negrita”, hoy en día sería imposible tener un negocio dedicado exclusivamente a la limpieza del calzado. Almacenes Casa Tort. En 1930, Casa Dámaso Azcue. Relojería y Joyería La Activa una de los comercios que marcaron una época con su publicidad radiofónica.

Nº 17 1904 “The Berlitz School of Languages”, Profesores de S. M. Alfonso XIII. Una de las primeras academias de idiomas que logro situarse en la cúspide.

Nº 19-21. Mercat de Sant Josep o Boqueria. Los orígenes del mercado estuvieron al aire libre en la explanada del Pla de la Boqueria, donde vendedores ambulantes y labradores de las masías próximas se instalaban fuera de las murallas para ahorrar el impuesto de entrada de mercancías.

Nº 25. Farmacia del Siglo del Doctor Botta. Droguería Vidal-Ribas, Hijos de José Vidal Ribas. Casal de la Radio. Paraguas Rain. Anuncios Helios.

Nº 29. Can Guardia fundada en 1880 por Rafael Guàrdia, tienda de Partituras Musicales situada junto al palacio de la Virreina dedicada especialmente a directores de orquesta y melómanos en general. En 1915, pasó a la familia de Lluís Jordà, que la bautizó como Casa Beethoven. Adquirida por Jaume Doncós y sus hijos.

En la década de 1880 se instalaron delante de la puerta, unas casetas de escribientes “amanuenses”, que se dedicaban a escribir cartas y rellenar documentos, para las personas que no sabían escribir. El 18 de marzo de 1954, un grupo de personas las prendió fuego a las casetas de madera y desaparecieron.

Nº 31. Palau de la Virreina.

Nº 37. Joyería y Relojería “El Regulador” después Masriera-Bagues. La Joyería fue construida por Josep Fonserré i Domènech en 1848 para Francisco Piña. En 1883, la adquirió Juan Boix. El arquitecto Josep Bori i Gensana hizo una serie de reformas dejando la joyería con un aspecto más clásico.

El Regulador

El edificio estaba construido en un estilo clásico romántico, con una fachada dividida en tres tramos: los bajos, con portales de punto redondo aplacados de piedra, el primer y segundo piso, con pilastras jónicas que contrastaban con un estuco rosado del resto, los dos pisos superiores estaban separados por una cornisa, en esta parte las pilastras eran sustituidas por unos grupos escultóricos con imágenes infantiles realizados en terracota, en un principio fue destinado a viviendas. la familia Bagués-Masriera, compro la joyería y también el edificio, vendiéndolo en la década del 2000, para convertirlo en un hotel de lujo.


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RAMBLA DE SAN JOSÉ O DE LAS FLORES

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