la lune Barcelona

«Le Lune» estaba situada en la esquina de actual Plaza Cataluña esquina con la Rambla del mismo nombre. En aquel tiempo su numeración correspondía a Rambla de Cataluña 26, ya que la Plaza de Cataluña no existía y la Rambla de Cataluña empezaba a la finalización de la Rambla Canaletas con Pelayo.

NARCÍS PLÁ, EL PROPIETARIO

Su propietario era Narcis Plá i Deniel, político y abogado y hermano del que fue en la España de Franco, arzobispo de Toledo y Cardenal Primado de España: Enrique Plá i Denie.

Poseía un solar en el actual número 9, de la plaza de Cataluña, (entre los edificios, del Gran Café Colón” y del Café Alhambra). Por su parte posterior tendría el cauce de la riera d’en Malla, que había sido desviada por la calle Caspe.

Era el primer edificio que se construía, derribada la estación de Martorell y recién abierta Ronda Universidad entre el Paseo de Gracia y Rambla de Cataluña y sin perspectivas que formara parte de la futura Plaza de Cataluña.

Fue una de los primeros grandes edificios construidos en el lugar, ya que hasta entonces solo se habían edificado pequeños palacetes familiares las casas Estruch y Gibert, construidas y la antigua Estación del Tren de Martorell que impedía la apertura de la futura Ronda Universidad. 

UN PROYECTO DEL ARQUITECTO FRANCESC DE PAULA VILLAR

Narcis Plá, encargo al arquitecto Francesc de Paula del Villar, la construcción de una casa con planta baja y cuatro pisos de altura, lo que le hizo destacar sobre las otras más bajas de la zona. Esta circunstancia fue aprovechada por la Empresa de seguros inglesa “La Gresham”, que alquilo uno de los pisos y coloco un letrero publicitario en la terraza. Fue un anuncio pionero de los miles de anuncios que desde entonces han sido colocados en los diferentes lugares de la plaza de Cataluña.

 A principios de 1880, Narcis Pla recibió una oferta fabulosa para adquirir el edificio por parte del industrial Enrique Batlló Batlló, (propietario de la Fabrica Batlló y posteriormente la Escuela Industrial, del a calle Urgel), para instalar allí su residencia, Plá acepto la oferta.

a la izquierda, el edificio de Narcís Plà.

Batlló, en 1885 solicito permiso al ayuntamiento para construir dos tribunas que sobresalían en el piso principal, en los dos vértices de la esquina. En 1895, quedo libre el solar de al lado, con la división del Café Alhambra y el cierre de la puerta que había tenido abierta por la futura Plaza de Cataluña. Rufino Batlló decidió ampliar el edificio adquiriendo, el solar, el proyecto del nuevo edificio fue realizado por Josep Vilaseca i Casanovas.

El 17 de enero de 1889, a las 5.45 de la tarde sucedió un suceso que marco la estancia de la familia Batlló en el edificio y su posterior venta. Todavía no existía la Plaza de Cataluña. En la Vanguardia del 18, en sus páginas 2 y 3 aparecía la noticia de lo sucedido la tarde anterior, con la explosión de un artefacto:

Trascurría tranquilamente la gente por uno de los sitios más concurridos del ensanche, la Ronda de la Universidad y la Rambla, de Cataluña, cuando se sintió sobrecogidas, las 5 y 45 de ayer tarde por la enorme detonación de un petardo que había estallado a poca distancia.

En el cruce de las calles Rambla de Cataluña y Ronda de la Universidad, tienen su casa los señores Batlló y Batlló, fabricantes de esta capital; de la puerta de esta casa salía una columna de humo que indicaba que un petardo había estallado en la escalera. Hacia aquel sitio corrieron los transeúntes, entre asustados y curiosos. Pocos minutos después llegamos nosotros al lugar del suceso.

El portal de la calle estaba lleno de caliches y de vidrios rotos y polvorientos por la sacudida de las paredes. En la escalera también se veían los tramos cubiertos de escombros menudos. Conforme se sube, a los diez o doce escalones a la derecha hay varias habitaciones que reciben la luz por gruesos cristales colocados en el techo al mismo nivel del piso principal, en donde parece que estalló el petardo.

Los cristales de esa claraboya cayeron hecho añicos en las referidas habitaciones destinadas a la portería. Hemos oído que el portero que está enfermo había sido trasladado de habitación anteayer y que a este traslado debe su salvación, porque dormía en una cama situada debajo de la claraboya.

En el primer descanso de la escalera, en el piso principal ya se podía observar los destrozos principales del petardo, porque allí es donde según todas las señales estalló. El principal como todos los pisos de la casa está dividido por la escalera en dos departamentos y los dos están ocupados por la familia de los señores Batlló. Jumo a la puerta de la derecha, había un hoyo bastante grande. En aquel sitio parece que fue colocado el petardo que a juzgar por los destrozos parece que fue de dinamita.

La explosión arrancó de cuajo la puerta próxima y la lanzó volteando contra el testero del recibimiento. En este testero, sentado en un banco de cedro, estaba el ordenanza de los señores Batlló, Gerónimo Codorniu, al que la puerta disparada cogió de refilón las piernas y se las rompió. El recibimiento estaba adornado con lienzos de Urgell, Bru y otros maestros, estatuas, lámparas y objetos arqueológicos. Todo esto quedó destrozado y algunos lienzos completamente separados de los marcos.

En el testero, que se apoyaba el banco donde estaba sentado Gerónimo Codorniu, había un reloj de caja metálica, que a la trepidación de las paredes se desprendió y cayó sobré la cabeza del ordenanza, quedándole encajado como un sombrero, produciéndole heridas de pronóstico reservado.

La puerta del principal izquierda quedó hecha añicos; las del segundo y tercero, que estaban cerradas, fueron violentamente abiertas por la explosión. El armazón de hierro y de madera de la escalera quedo completamente de la mampostería. En el piso ocupado por los señores Batlló los destrozos alcanzaron las habitaciones. En el despacho, los libros estaban tumbados por el suelo.

Los sucesos acaecidos, crearon una preocupación en la familia Batlló, que determinaron que en 1918, tomaron la decisión de vender el edificio a Joan Pich i Pon, hombre de negocios y político que entre el mes de enero y octubre de 1935, fue nombrado alcalde. Pich y Pon, que tomó la decisión de derribarlo para construir uno nuevo. Con la construcción del nuevo edificio, “Le Lune” volvió a abrir sus puertas, pero jamás volvió a ser en cuanto a decoración se refiere el local modernista de antes.

 LA LUNE (1909-1976)

En los bajos del edificio de Narcis Plá, se instaló en 1909, uno de los cafés más populares de la época “La Lune”, que después de la guerra civil ya en el nuevo edificio, quedo convertido el La Luna.

El Café-Bar «La Lune» nacía, en 1901, en la plaza del Ángel esquina con la calle Boira, las obras de apertura de la Vía Layetana provocaron que su propietario Jaume Tarradellas i Rovira tome la decisión de su cierre inmediato y trasladarlo a otro lugar de la ciudad.

El éxito obtenido y la construcción del edificio en la plaza Cataluña de Narcis Plá, hicieron que se pusiera en contacto con los propietarios y alquila los bajos para la instalación del nuevo bar-cafetería.

Se puso en contacto con Salvador Alarma y Miquel Moragas, que realizaron un proyecto modernista espectacular inaugurado en 1909, que logró el primer premio de decoración del Ayuntamiento de Barcelona de ese año.

El impacto del premio y el buen servicio ofrecido, hicieron que pronto consiguiera una clientela adicta, que poco a poco iban formando pequeñas tertulias a la hora del café, uno de los más asiduos fue D. Santiago Rusiñol, poseía una confortable terraza en la que colgaban reproducciones de artistas conocidos.

Los clientes continuaron celebrando las tertulias. El cronista Lluís Permanyer recuerda que por la noche circulaba de mesa en mesa el que popularmente se denominaba “el chivato” y que consistía en un tipo de comunicado secretísimo y confidencial que daba cuenta del resultado de las recaudaciones de los teatros y locales de la ciudad.

terraza de «La Lune», 1910

El local era una mezcla, de intelectuales, artistas y noctámbulos, algo así como el Café de la Opera frente al Liceo. Según algunas personas, en las horas nocturnas, era un referente de los homosexuales que buscaban un mejor ambiente que el que se encontraba en aquellos momentos en el barrio chino, por la cercanía con la comisaria que había en el subterráneo de la plaza Cataluña.

Después de la guerra civil el local se españolizo siguiendo las órdenes del gobierno con el nombre de los locales y las marcas comerciales extranjeras y paso a llamarse “La Luna”.

La Luna desapareció repentinamente el 25 de junio de 1976, poco después Cajamadrid adquirió el local.


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NARCIS PLÁ Y «LA LUNE»

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