Para aquellos que no conocen la Barcelona del siglo pasado, el nombre de «Font d’en Fargues» puede referirse a un paseo o a un barrio de la ciudad.
Font d’en Fargues era un lugar especial en los tiempos de la posguerra cuando apenas había coches y la gente se movía con tranvías. Era un lugar tranquilo y agradable donde pasar el día con la familia y los amigos.
MASIA CAN FARGUES
La Masía de Can Fargues está documentada desde principios del siglo XIII. Fue construida a principios del siglo XIV y ampliada en el siglo XV. Durante los siglos posteriores, la masía fue objeto de varias ampliaciones. Se construyó a partir de una torre romana de vigilancia, que todavía se conserva en buen estado. Ocupaba todo el espacio que hoy se conoce como el parque del Guinardó y llegaba hasta detrás del actual Hospital de Sant Pau.
LA MINA
Para aquellos que nacimos a mediados del siglo XX, el nombre de «Font d’en Fargues» tiene un significado especial. Nos evoca recuerdos de nuestra juventud. La Font d’en Fargues era un lugar con una fuente, un merendero, un mostrador y mesas que se podían alquilar por un módico precio.
El lugar estaba preparado con una serie de fogones para asar la carne y en el mostrador se podían comprar bebidas y productos para comer o llevar a casa.
Era un lugar popular para los vecinos y para los que no lo eran. El autor nació en la calle Nación (antigua calle Internacional), en el Camp de l’Arpa. En algún fin de semana, subía con sus padres y amigos de ellos a disfrutar del entorno. Aparte de beber una agua muy buena, se podía pasar un día agradable en plena naturaleza.
OTRAS FUENTES CON MERENDEROS
En Barcelona hubo otro lugar famoso para los domingos la Font del Conte y para los que tenían más posibilidades de desplazamiento La Planas y la Font del Tort en Moncada y Reixac, pero para ello o tenías coche o debías desplazarte en tren.
MONTSERRAT DE CASANOVAS
La historia de la Font d’en Fargues se remonta a finales del siglo XIX. El lugar, conocido como Mas Pujol o Can Fargues, era propiedad de los Marqueses de Fargues.
La masía fue heredada por su hija Montserrat de Casanovas Fernández de Landa, que se había casado con Pere Fargues i Sagristà. Los nuevos propietarios dieron un giro a la propiedad, aprovechando los terrenos y los manantiales que tenían en su propiedad.
Pere Fargues i Sagristà y su esposa, Montserrat de Casanovas Fernández de Landa, decidieron convertir la Font d’en Fargues en un lugar de ocio y descanso. Para ello, contrataron al arquitecto Roc Cot i Cot, quien proyectó la canalización del agua del manantial y diseñó una pequeña cueva modernista que lo albergaba.
Al mismo tiempo, Cot i Cot construyó al lado de la cueva un recinto para merendero, con mesas y bancos de madera, un quiosco de bebidas y un espacio habilitado para cocinar. En el mostrador del merendero se vendían fajos de leña, cazuelas, paellas y parrillas, y se alquilaban las mesas.
La Font d’en Fargues se convirtió rápidamente en un lugar popular para los grupos sociales humildes, que carecían de otros medios de entretenimiento. Los fines de semana, las familias y los amigos se reunían en el merendero para disfrutar del agua fresca, la naturaleza y el ambiente agradable. También era habitual la celebración de fiestas y bailes.
1919 AGUAS FARGAS
Debido a las excelentes propiedades de sus aguas tanto medicinales como para consumo diario, pronto las aguas alcanzaron un gran prestigio.
En 1905 la fuente fue declarada para uso público y posteriormente la fama del agua alcanzo tal prestigio que animo a los propietarios a solicitar permiso para la venta del agua embotellada cosa que consiguieron con una Real Orden el l 29 de julio de 1919.
El agua se vendía en su local comercial en la calle Roger de Llùria y en varios colmados y farmacias de la ciudad, aparte de poner un servicio para su venta a domicilio que se realizaba a través de unos carros de caballos.
PARCELACION DE LOS TERRENOS DE LA FAMILIA FARGUES
El matrimonio Fargues presento al Ayuntamiento en 1912, un proyecto de parcelación de sus propiedades para la construcción de una ciudad-jardín, a partir del eje del paseo Font d’en Fargues (ya abierto). En 1915 se abrió la calle de Verdi (en la actualidad calle Pedrell), transversal con el de la carretera de Huerta hoy el Paseo de Maragall.
EL BARRIO DE LOS PERIODISTAS
El colectivo de periodistas formo una cooperativa para sacar adelante un proyecto de chalets individuales para sus asociados, uno en el paseo de la Fuente de la Mulassa, actual calle de Peris Mencheta y el otro en el Paseo de la Font d’en Fargues.
La barriada en plena montaña se elegía como un sitio ideal para descansar y hacer salud, ya que los médicos recomendaban pasar temporadas en lugares más sanos y alejados de la gran ciudad.
Con los años aquellos vecinos acomodados, dejaron sus torres ya que la ciudad había llegado de una manera inquietante a sus hogares y muchas torres se transformaron en escuelas, hogares de ancianos, o centros cívicos, otros se derribaron para poder levantar pisos de pocas alturas.
En la actualidad el barrio está compuesto en su mayoría de viviendas formadas por pisos grandes, con piscina, los edificios poseen una altura máxima de cuatro plantas. La Font d’en Fargues es uno de los barrios más desconocidos de la ciudad, pero donde se vive mejor que en algunos barrios de más renombre y pedigrí.
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