El desaparecido teatro Barcelona, llego para sustituir a varios locales que anteriormente se habían dedicado a la restauración y al espectáculo. En un principio albergo al Café, Restaurante y Cervecería Alhambra, cuyo local ocupaba toda la manzana que iba desde la Rambla de Cataluña al Paseo de Gracia.
Dividido el solar que ocupaba la cafetería el solar tuvo varios negocios cinematográficos, siendo los últimos El Gran Salón Cine Doré fue inaugurado el 25 de diciembre de 1908 a 1922 y a consecuencia de un cambio de propietarios el 15 de abril de ese mismo año se convirtió en el Salón Eslava.
1924 NACE EL TEATRO BARCELONA
No fue hasta dos años después que se convertiría en Teatro Barcelona con un cambio radical de la fachada, que adoptó líneas más clásicas.
El local estaba gestionado por los propietarios de la empresa Eldorado cuya colaboración duro poco tiempo ya que el edificio fue derribado para construir el Teatro Barcelona que fue inauguró el 7 de marzo de 1923, con la obra “Mamá suegra” y con la actuación de la Banda municipal y coros Emil Sauer.
EL EDIFICIO
El edificio fue obra del arquitecto Josep Anglada i Artigas, que diseño una fachada con un estilo afrancesado y con varios elementos de estilo barroco.
Su interior constaba de tres pisos, planta baja y dos anfiteatros. El segundo piso en la fachada tenía tres ventanas arqueadas entre pilastras, coronadas por un frontal curvo. En la parte superior terminaba con dos esculturas y un pináculo central en el que estaba ubicado un ovalo en el que figuraba el nombre del teatro.
La platea, estaba rodeada de palcos y en un lateral estaba ubicado un pequeño bar que era asaltado en los descansos por los espectadores. Le seguían dos pisos en forma de herradura que bordeaban la sala.
Desde su estreno se representaron obras antiguas y nuevas, que fueron interpretadas por los mejores artistas de la época: Ismael Merlo, Adolfo Marsillach, Fernando Guillen, Licia Calderón, María Asquerino, Ethel Rojo.
Pero no solo se celebraron funciones teatrales, sino que en su escenario actuaron los cantantes más famosos de la época: Carlos Gardel que había actuado en 1925, en el teatro Goya y en 1927 en el Principal Palace y que volvía en enero de 1928 con la compañía de Rosita Rodrigo.
El 6 de octubre de 1935 se celebró un recital poético convocado por los diversos ateneos obreros, dirigido a los obreros de Cataluña, en el que actuaron Federico García Lorca y Margarita Xirgu.
Finalizada la guerra civil, volvió a la actividad el viernes 24 de febrero de 1939, a las 10 de la noche, con el debut de la Compañía de Comedias Cómicas de Rafael López Somoza, presentando una función a beneficio de Auxilio Social.
Rafael López presento la reposición de la comedia, en tres actos, de Pedro Muñoz Seca y Pedro Pérez Fernández, “Anacleto se divorcia»”. En el anuncio en la cartelera de los periódicos, todos los teatros al final, como cortesía obligatoria, al final del anuncio colocaban las siguientes frases. ¡Saludo a Franco!. ¡Arriba España!
El 1 de agosto de 1958, tuvo lugar la presentación especial de la compañía de actores de Radio Madrid que bajo la dirección de Guillermo Sautier Casaseca, presentaba a ¡¡¡La Casa del Odio!!! Una función teatral que fue un gran acontecimiento en la ciudad, ya que gracias a ella, podía conocer en persona, a todos aquellos actores que eran seguidos en las novelas a través de Radio Barcelona de la Cadena Ser.
Con la llegada de la democracia el 21 de Septiembre de 1978, se estrenaba Oh ¡Calcuta!, una obra que los únicos españoles que la habían visto, había sido en el extranjero, porque en España había estado prohibida a causa de los desnudos, yo particularmente ya había presenciado en Londres y era más el ruido que las nueces.
1983 CIERRA EL TEATRO
El 24 de septiembre de 1982 tuvo lugar el estreno de la última obra que se representó en el teatro. Estaba escrita y dirigida por Adolfo Marsillach interpretada por con Fernando Guillén y Rosa María Sardà, “Yo me bajo en la próxima, ¿y Usted?”, que obtuvo un éxito importante ya que en principio debía estar en cartelera hasta el mes de abril del próximo año, con indicios de una prórroga automática.
Pero las cosas se torcieron en el mes de diciembre, una inspección urbana realizada por los Servicios de Inspección Urbanística del Ayuntamiento, en el inmueble colindante, observo que la estructura triangular del techo del Teatro Barcelona, que estaba realizado en madera, había cediendo, habiendo perforado la pared del inmueble vecino.
Este informe fue transmitido el 10 de diciembre, al Servicio de extinción de Incendios el cual comprobó a principios de febrero, con una inspección conjunta con los arquitectos del Ayuntamiento que juntos informaron del estado en que se encontraba el inmueble. El Gobierno Civil, una vez conocidos los informes, dictamino el inminente cierre del local, ante el evidente peligro de la posible caída de las placas de yeso del cielo raso y del derrumbe total del techo.
El martes 10 de febrero el ayuntamiento, ordenaba a la gerencia del teatro, el cese de actividades, mientras no se llevaran a cabo las reparaciones que en su día se indicaron. El teatro estaba arrendado a una empresa madrileña que seguía a distancia los acontecimientos. El ayuntamiento, dada su situación en el centro de la ciudad, por un momento, estudio convertirlo en el ilusionante teatro municipal.
1986 VENTA DEL SOLAR A LA CAJA DE AHORROS DE SABADELL
En 1986, la Caja de Ahorros de Sabadell, compró el inmueble, para realizar una venta no lucrativa. Se estudiaron diversos proyectos por los servicios de Cultura del Ayuntamiento y pasarlos con un informe positivo para la adquisición del teatro al entonces alcalde, Narcís Serra. Pero el departamento de Urbanismo había archivado el informe y no había activado la gestión.
El Ayuntamiento como siempre en vez de acelerar de nuevo el proyecto, prefirió dormirlo, ya que estaba enfrascado con los preparativos de las Olimpiadas de 1992.
Barcelona tiene un largo historial de provocar decepciones a la ciudadanía, no importa el partido que gobierne en ese momento la ciudad. Sus políticos solo se preocupan de destruir todo lo que ha hecho el gobierno anterior (aunque este bien hecho), para después imponer sus propios proyectos. Tendría razón Pascual Maragall con la célebre frase del “3 %”. Pero pese a todo lo bueno que se haya podido realizar anteriormente los ayuntamientos han conseguido lograr una ciudad impersonal, en la que ha primado la destrucción de los edificios clásicos importantes.
Una muestra palpable la tenemos en la Plaza de Catalunya, una plaza que podía ser un espejo de la Barcelona, convertida en una plaza, vulgar y sucia que no representa a la ciudad modernista, al no haber conservado sus edificios clásicos.
El jueves 27 de agosto de 1987, comenzó el derribo del teatro Barcelona, que duraría menos de un mes. Una vez fue totalmente desmantelado en su solar, se proyectó un hotel de siete plantas y 110 habitaciones con una la sala de espectáculos, con capacidad para 300 o 400 espectadores que fue diseñada por Oriol Bohigas, Josep M. Martorell y David MacKay. Una serie de desavenencias en la realización del proyecto que tenía como condición la de construir un espacio teatral, hicieron que el proyecto fracasase.
Posteriormente los empresarios Antonio Pascual y Josep L. Ferré, presentaron un proyecto en el que se construiría un pequeño teatro.
1993 NUEVO EDIFICIO DE OFICINAS Y NEW CANADIAN STORE
Se construyó un edificio moderno de oficinas y en la planta baja y en los dos primeros pisos, se inauguró el 30 de septiembre de 1993, la New Canadian Store, una tienda dedicada al ocio, cuyos empresarios se habían comprometido a la construcción de un pequeño teatro.
En el acto de inauguración el entonces primer teniente de alcalde y responsable del área de urbanismo Lluís Armet, cuando con la tijera en la mano, iba a cortar la cinta de ritual, se dirigió a los dueños de la nueva aventura y les dijo: “Supongo que volveréis a abrir el teatro, ¿no?”.
1995 BARCELONA CITY HALL
El 15 de septiembre de 1995, en el interior del New Canadian Store, abría sus puertas Barcelona City Hall, con un aforo para 360 personas, un restaurante espectáculo que pretendía rememorar los éxitos del “Scala” o “la Belle Epoque” de Dolly van Doll.
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