Parque Güell, Barcelona

En la vida de un gran artista no todos sus proyectos aunque sean interesantes y bien hechos, son realizables pero nunca su falta de realización constituye un estrepitoso fracaso y la prueba está en el maravilloso Parque Güell.

La muestra la tenemos en uno de los parques más famosos del mundo situados en la ciudad de Barcelona, obra de Antoní Gaudí y que mueve cada año millones de visitantes y no encuentras una sola agencia turística del mundo, en la que no te ofrecen una visita al lugar si visitas Barcelona.

Eusebi Güell

Pero para conocer realmente su historia del fracaso inicial del proyecto, deberemos unir a un todo poderoso Eusebí Güell propietario de unos terrenos situados en la zona alta de la ciudad, que propone a un ingenioso arquitecto conocido como Antoní Gaudí, la construcción de lo que hoy conocemos como un urbanización de lujo, la construcción de un grupo de viviendas de alto standing en un lugar parasítico.

Eusebí Güell, (en cuya biografía empresarial deberíamos incluirle los títulos de: escritor, pintor, lingüista, químico, biólogo, político, militante y diputado en 1878 a Cortes) había adquirido en 1899, en la llamada “Montaña Pelada” las fincas, Can Muntaner de Dalt y Can Coll i Pujol. El terreno había pertenecido al Marqués de Marianao, posterior alcalde de Barcelona (entre 1905 a 1906 y 1910 a 1911).

UNA CIUDAD JARDIN EN LA MONTAÑA PELADA

La construcción de la nueva urbanización del Parque Güell se formaría por la unión de las dos fincas en la llamada “Montaña Pelada” actual Monte Carmelo, adquiridas por Güell en 1899.

Para poder seguir de cerca su realización, Güell se instaló en una gran mansión situada en el recinto que Gaudí reformó entre 1906 y 1922, conocida como Casa Larrard, en la actualidad alberga el colegio CEIP Baldini Rexach.

La construcción de dichas viviendas sería realizada con todos los adelantos tecnológicos que existían en la época. Máximo confort, acompañado de gran calidad de construcción y artística. El conjunto de viviendas además se vería arropado por estar construido dentro de un recinto cerrado, en un incomparable marco de belleza natural.

Pero la urbanización no fue bien acogida por burguesía pese a que intentaron dar al conjunto un aire regionalista, del cual ellos eran los principales veladores, el religioso y el político. Según Güell y Gaudí, se habían inspirado en el Templo de Apolo de Delfos para dar un toque especial a los espacios comunes de la futura urbanización.

planos

Güell, tenía en mente la organización laboral inglesa, siguiendo todas las teorías de Ebenezer Howard, tal y como se veía reflejado en su proyecto de ciudad obrera de la Colonia Güell, situada en Santa Coloma de Cervelló donde Gaudí desarrolló junto a la fábrica textil, un recinto cerrado junto a las casas de los trabajadores, con todos los servicios necesarios para que los empleados y sus familias no tuvieran necesidad de desplazarse para solucionar sus necesidades.

Gaudí, recordaba su juventud, cuando se pasaba durante largas temporadas en Nimes, contemplando las zonas ajardinadas en el Jardín de la Fontaine.

Después de la experiencia de la colonia, ambos tenían en mente conseguir en la futura urbanización un proyecto al estilo de las ciudades-jardín inglesas que había puesto de moda el doctor Andreu en la Avenida del Tibidabo. 

RESIDENCIAS EXCLUSIVAS PARA LOS BURGUESES

La nueva urbanización tenía previsto construir aproximadamente unas 60 viviendas diseminadas en un inmenso jardín, cercano al centro de la ciudad, en un lugar idílico, sin necesidad de tener que desplazarse para tener que ir a sus residencias veraniegas con la posibilidad que dado su confort, poder utilizar la vivienda permanentemente.

Las parcelas disponían de unas medidas de entre 1.200 y 1.400 m2, con un terreno edificable de una sexta parte de la parcela de 200 a 240 m2, aproximadamente. El precio del terreno oscilaba entre 0,75 y 1 peseta el palmo cuadrado, por lo las parcelas, costaban entre 23.000 a 37.000 pesetas.

CASI NINGÚN BURGUÉS SE INTERESÓ POR LA NUEVA URBANIZACIÓN

El proyecto, que en principio parecía del agrado de todos, empezó a tener muchos detractores: precio poco atractivo, situación idílica pero algo lejano del centro (en aquella época), el coche era minoritario). Otros achacaron el fracaso, a causa de la inestabilidad política de la época que fue la causa de la huelga general de 1902 que culminó con la Semana Trágica de 1909.

Pese a las buenas perspectivas de Güell, la comercialización resulto un estrepitoso fracaso, solo se lograron vender dos parcelas y estas podríamos decir que fueron de personas allegadas.

Una fue construida por Francesc Berenguer, colaborador de Gaudí. Acabó residiendo allí el mismo Gaudí entre 1906 y 1925. En la actualidad está ocupada por Casa-Museo Gaudí.

La segunda parcela llamada Casa Trias, obra del arquitecto sabadellense Juli Batllevell i Arus, fue propiedad del abogado Martí Trias i Domènech, amigo de Güell y Gaudí.

CASA TRIAS

Casa Trías

La Casa Trías fue construida en 1905. Constaba de planta rectangular asimétrica con varias fachadas. En una de las cuales sobresale una tribuna con ventanales arqueados, en otra, se encuentra un total de 22 ventanas con arquillos, en forma de buhardilla. En lo alto de otra de las fachadas destaca una especie de torreón, coronando el edificio, la parcela está rodeada por una zona ajardinada, con una valla de piedra.

En la actualidad, la familia Trías reside en la casa ubicada en la parte alta del Parque Güell rodeada de arboledas y caminos que discurren dentro del Parque.

En el parque Güell el visitante tiene una serie de lugares para poder comprender y admirar el conocimiento de la figura experimental de Gaudí. Pero si el fracaso de Güell y Gaudí, fue rotundo en la construcción de urbanización, los consiguientes gobiernos municipales que han existido en la ciudad con proyectos que no han conseguido el impacto deseado y cuya ilusión no ha llegado a cumplir un año.

No han sabido dar el enfoque necesario al Parque Güell, para lanzarlo aún más en todo el mundo.


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EL PARQUE GÜELL, HISTORIA DE UN FRACASO

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