café Zurich, Barcelona

Cuando nos paseamos por la acera del lado Llobregat y encontramos a nuestro pasó, los edificios del Triangle y del antiguo Banco Bilbao no podemos imaginar que hace apenas un siglo, el lugar era un camino de tierra intransitable.  En el lado montaña una estación de tren tenía bloqueada la actual Ronda Universidad y bajando caminando hacia la Rambla te encontrabas la actual estación subterránea de los ferrocarriles que llevaban a los ciudadanos de Barcelona al entonces municipio de Sarrià cuya estación entonces estaba situada a ras de calle.

 

El local fue inaugurado el 23 de junio de 1863 y entonces esa zona era poco menos que intransitable ya que sin edificios y sin iluminación era un poco lo que se decía un camino inhóspito para los ciudadanos a primeras horas de la mañana debían trasladarse de un lugar a otro.

Un ciudadano que veía la construcción de la estación y lo desangelada que estaba esta, al no tener construcciones al alrededor, pensó en el frio que pasarían los viajeros esperando en la calle a que abrieran las puertas de la estación. Adquirió un pequeño solar que estaba libre al lado de la estación para montar un negocio en el que las personas que esperaban entrar a coger el tren pudieran esperar protegidas del frio tomando alguna bebida caliente.

Esta idea de entonces con la construcción de la un barracón, refugio de viajeros, que tenía en sus estanterías un puñado de bebidas bajo un pequeño mostrador de madera, esperando a que se abriera la estación para coger el tren, fue la semilla de la actual cafetería Zúrich.

Pasó el tiempo y el local se convirtió en la chocolatería “La Catalana”, que ya presentaba a sus clientes un nuevo encanto, el cambio comenzó a atraer nuevos clientes y más selectos que no iban a coger el tren, sino a disfrutar de sus servicios ya que la zona poco a poco se había ido urbanizando.

la chocolatería es el local con toldo.

Uno de sus nuevos clientes, un viajero catalán apellidado Serra, que había estado trabajando durante muchos años en Suiza y que había vuelto a España para establecerse en la ciudad, se enamoró del lugar y de la chocolatería Catalana, que decidió adquirirla para desarrollar su nueva vida y cambio su nombre convirtiéndola en Chocolatería Zúrich.

ANDREU VALLDEPERAS CONVIERTE LA CHOCOLATERÍA EN CAFÉ

Pero como nunca el primer amor es el definitivo, otro catalán Andreu Valldeperas i Ros luchó fuertemente por ella y en 1920 la conquistó. La chocolatería Zúrich a partir de entonces y hasta nuestros días, pasaría a convertirse en el Café Zúrich.

1920

En 1925, con los preparativos para la celebración de la exposición de 1929 la plaza centro neurálgico de la ciudad, tomo mucho más protagonismo y la familia Valldeperas supo verlo y adaptarse al momento, sacando del bar, las mesas y sillas la calle, con excelente visión comercial, ampliando el su lugar de actuación.

1929. Junto al Zurich, la Compañía Española de Turismo.

Cuentan que fue en los años 30 cuando no existía la ONCE, el entonces comisario de beneficencia Roc Boronat que estaba sentado en el Zúrich, al comprobar el sufrimiento de un mendigo invidente, propicio la fundación del Sindicato de Ciegos de Catalunya, la semilla de la actual ONCE.

Esteban Cortés, un brasileño encargado del local, un día contaba que El Zúrich y Barcelona nunca serian ajenos el uno con el otro, porque cada episodio que vive la ciudad se ve reflejado en la actividad del bar.

Comentaba que cada Diada Nacional, cada triunfo del Barça, celebrado en la cercana Fuente Canaletas y cada acto reivindicativo, congregaba tal multitud en la Plaça Catalunya que hacía peligrar la terraza y muchas veces debían de cerrar el local.

Con motivo del golpe de estado de Franco y el intento de controlar el edificio de Telefónica para la causa, para cada uno de los dos bandos fue un punto de reunión improvisado.

Su situación en camino hacia el mar, el Zúrich, en algunas ocasiones se ha convertido en notario fiel de alguno de los acontecimientos que ha sufrido la ciudad durante la guerra Civil, el atraco del Banco Central y la celebración de los títulos cosechados por el Barcelona y un enclave mágico para miles de viajeros y turistas que visitan la Ciudad.

años setenta

Paul Benjamin Auster escritor, guionista y director de cine estadounidense, que recibió el Príncipe de Asturias de las Letras en 2006, que escribió una novela sobre el Zúrich, paso un sábado por la tarde observando a los clientes y comprobó los problemas que se sucedían en las distintas mesas: esperaban que vinieran a buscarles. Una mujer esperaba a su pareja para romper la relación. Unos padres discutían con su hijo porque no querían que fuera con ciertas amistades.

Era el lugar de citas a mitad del Siglo XX, para aquellos viajeros recién llegados y desconocían la ciudad, entonces no existía el Corte Ingles, ni tampoco los móviles.

El sábado 23 de mayo de 1981, tres meses después del intento del golpe de estado, con motivo del intento de atraco al Banco Central, el Zúrich, se convirtió en la oficina central del banco de operaciones para desalojarlo.

El Zúrich tiene vida para rato, porque después del fallecimiento de Andreu Valldeperas i Ros, el 18 de diciembre del 2018, al frente del Zúrich, al frente del local se encuentra un nuevo Andreu Valldeperas, el cuarto Andreu Valldeperas de la saga, quedando preparándose para asumir la quinta generación su hija María.

EL CAFE ZURICH. EL KM 0 DE BARCELONA

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