Cafe Suizo, Barcelona

1857 UN CAFÉ EN LA PLAZA REAL

La historia del desaparecido Café Restaurante Suizo empieza poco después de 1850 con motivo de la construcción de la plaza Real levantada por el arquitecto Francisco Daniel Molina, en el solar del convento de los padres capuchinos de Santa Madrona, con motivo de la desamortización de 1836.

Plaza Real

El suizo Mario Zanfa  inauguró el café en número 17 de la nueva Plaza Real el 1 noviembre de 1857 (día de Todos los Santos). Su decoración clásica enseguida le dio notoriedad. En 1871 decidió vender el negocio en 1871 y dejar el negocio de la hostelería.

Maffioli y Starna (dos socios italianos), propietarios desde 1852, de la Fonda Falcon de la calle Escudillers esquina con Còdols, con experiencia en el ramo de la hostelería y querían ampliar sus negocios en la zona y adquieren el Café Suizo.

El local inicialmente, había abierto sus puertas como cafetería, pero Maffioli y Starna, ven que el local tiene más posibilidades e instalan una pequeña cocina, en la que poder realizar bocadillos y sencillos platos de comida que son bien acogidos por los clientes.

1886 CAFE RESTAURANTE SUIZO, «EL SUISS»

En 1886 deciden reformar la cocina para poder ofrecer el servicio de restaurante. Nace así el nuevo Café Restaurante Suizo el cual no solo triunfa sino que es conocido por los clientes como El Suizo.

De repente acontecen unos acontecimientos que cambiaran el signo del local. En 1880, uno de los locales que hace trasera con el Restaurante Suizo situado en Ramblas 40, decide abandonar su negocio y vende el local. Maffioli y Starna estudian la posibilidad de unir los dos locales y deciden adquirir el local y ampliar el negocio de restauración.

Con la ampliación no solo consiguen ampliar el negocio, sino que el nuevo local tenga dos puertas de entrada, una por la Plaza Real 17 y otra por Rambla del Centro 31, lo que comprueban el local adquiriera rápidamente un gran prestigio entre los clientes habituales y también os visitantes de la ciudad.

La restructuración les permite crear una zona de reservados en el entresuelo que ha que los clientes puedan celebrar reuniones familiares, comerciales, privadas e incluso políticas. Comprueban que rápidamente los políticos aprovechaban las comidas para relacionarse sin ser observados y celebrar reuniones de trabajo.

PUNTO DE ENCUENTRO DE TERTULIAS

Entre los que más visitaron sus comedores se encontraron el capitán general de Cataluña general Primo de Rivera, el político regionalista Francisco Cambó, el Radical Alejandro Lerroux y millonario Juan March. 

entrada por la Rambla

Pero no fueron solo los políticos que se apoderaron de los reservados, ya que también las familias acomodadas que organizaban sus celebraciones en un ambiente de absoluta de intimidad. 

Entre los intelectuales que frecuentaban las tertulias del local estaba Valentí Almirall, Pitarra, Conrad Roure Santiago Rusiñol, Narcís Oller, Ferran Agulló y el cronista Tomàs Caballé i Clos, que llegó a instalarse aquí para escribir sus crónicas.

Durante los años de edición del diario de la Renaixença, entre los escritores tertulianos se estableció una guerra intelectual ya que pasaban tardes enteras defendiendo la sintaxis de la forma de las palabras plurales. 

Mientras unos iban en favor de utilizar que fueran en «es» otros opinaban que lo correcto sería que acabaran en “as”, esto llevaba a tardes enteras de discusiones pasadas de tono. Finalmente, los partidarios de las «as», para evitar discusiones, abandonaron la tertulia y trasladaron su tertulia al Café Español.

En 1926 el local aparece en una escena de la película «La Malcasada», dirigida por Francisco Gómez Hidalgo e interpretada por María Banquer y José Nieto, basada en un caso verídico “la boda de una dama española con un torero mexicano por intereses”.

1932 MIQUEL MATAS I JORBA, EL GRAN MAITRE»

No obstante la evolución como restaurante vino de la mano Miquel Matas i Jorba, de Martorell que en 1908, había entrado a trabajar como ayudante de mostrador, su llegada a Barcelona había sido motivada por tener que dejar la masía familiar a causa de la plaga de la filoxera que había arruinado a la familia y haber derivar su vida laboral al mundo de la restauración.

Matas estuvo trabajando en el Lyon D’or y en el Mundial Palace donde llego a convertirse en Maitre. En 1932 consulto con su hermano ofrecer a los descendientes de los dueños del Suizo, la compra del local y gestionarlo entre los dos, la operación se realizó y consolidaron el local convirtiéndolo en uno de los primeros restaurantes de la ciudad.

LOS PREMIOS NADAL

Fue tan grande su progresión que se ganó a pulso que en sus salones se celebrase la entrega de unos de los premios de literatura más importantes de la ciudad el Nadal de editorial Planeta cuya creación fue en 1945 por la revista Destino, que lo celebró hasta 1949 que fue el último año que se celebraron en el local.

La degradación de los alrededores y de la propia Plaza Real, la falta de seguridad de la zona provoco que el propio Miguel Matas tomase la decisión de cerrar el local definitivamente el 30 de marzo de 1949. Miquel Matas después de cerrar el local se hizo cargo del Hotel Terramar de Sitges donde continuó dedicado a la restauración y hostelería.

 

LA POPULAR «PAELLA PARELLADA»

Posteriormente al cierre la revista Destino publicó un artículo de Miguel del Puerto, en el que entre otras anécdotas del Suizo, contaba el origen de la paella Parellada.

Juli Parellada era un cliente habitual del Suizo que vivía en el palacio de la calle Canuda que hoy acoge el Ateneu. Un día del año 1902 que tenía mucha prisa, pidió un plato de arroz previamente vaciado y limpio de espinas, huesos y cascos.

La fórmula tuvo éxito y cuando el camarero hacía el pedido en la cocina pedía un arroz del Parellada, denominación que acabó cuajando para referirse a este plato, tan habitual hoy en las cartas de los restaurantes de Barcelona.


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