panoramas Barcelona

Según los expertos, la palabra “Panorama” es de origen griego que significa “visión global”.

El pionero en instalar este tipo de espectáculos fue Robert Barker, un retratista de Edimburgo que en 1788 presento en su ciudad el primer Panorama. Posteriormente, viendo el éxito cosechado en 1792, lo presento en el Leicester Square de la ciudad de Londres.

A finales del siglo XIX, Barcelona vivió al igual que todas las capitales mundiales el sarampión de la llegada de las imágenes en movimiento y como todas ellas empezó a ofrecer los primeros artilugios a los barceloneses.

SE MONTARON PARA LA EXPOSICION UNIVERSAL  DE 1888

Dos de los primeros Panoramas que vieron los barceloneses fueron inaugurados con motivo de la Exposición Universal tuvo lugar entre el 8 de abril y el 9 de diciembre de 1888. Tenían el aspecto de carpa circular y estaban construidos exteriormente de tela.

  • El primero fue el Panorama Plewna. Estuvo situado en la calle Cortes (actual Gran Vía) haciendo esquina con Rambla Cataluña.
  • El segundo, el Panorama Waterloo, estuvo en la explanada que con el tiempo se convertiría en la actual Plaza Catalunya, en la actual zona Ronda Universitat y Bergara.

DE QUE SE TRATABA EXACTAMENTE?

La imagen que el espectador visionaba estaba situada en la pared interior sobre una estructura cilíndrica en la que se colocaba un cuadro con una medida aproximada de 10 metros de altura y 100 de largo. Representaba la vista de una ciudad o un hecho histórico, aunque las más imágenes más utilizadas eran las grandes batallas de la historia.

El público estaba situado en una plataforma central de estructura metálica, giraba lentamente y el espectador podía contemplar toda la obra sin moverse de su asiento. Todo ello se complementaba con motivos escultóricos y con unos paneles pintados que conseguían dar una sensación de profundidad.

PANORAMA PLEWNA

El Plewna fue construido por Antoni Rovira i Rabassa (que posteriormente proyecto en 1896, el campanario de les Corts de Sarrià, en 1896, con una rara mezcla de estilos). Estuvo situado en la calle Cortes (actual Gran Vía) haciendo esquina con Rambla Cataluña.

La entrada estaba decorada con motivos heráldicos del imperio ruso con tres cuerpos de ladrillaría. Su parte superior estaba adornada por un escudo en bajorrelieve con la imagen de San Jorge. En el interior se contemplaría la gran galería central.

Según anunciaba La Vanguardia en su edición de la tarde, fue inaugurado el 17 de marzo 1888. Representaba una batalla de Plewna librada en 1877  entre el ejército ruso y el turco, hecho fue plasmado en una pintura del artista francés Paul Philipoteaux.

El rotativo “L’esquella de la Torratxa” con motivo de su inauguración le dedicó unas palabras: «El lugar de forma circular, parecía un circo de madera de grandes dimensiones, con una cúpula en forma de cúpula rusa y una puerta de entrada de piedra, muy elegante. En el interior una plataforma inclinada con barandilla desde la cual el público puede contemplar el espectáculo»

Según publicaba La Campana de Gracia, el Panorama de Plewna, en los cuatro primeros meses recibió la visita de 193.836 espectadores.

PANORAMA WATERLOO

La zona de la actual Plaça Catalunya, era en aquel momento un terreno edificable, por lo que su construcción estaba rodeada de jardines y convivía con la casa Gibert, Estruch, Circo Ecuestre, la Pajarera y la Administración principal de Correos en Barcelona.

El Panorama Waterloo estuvo situado al lado de Casa Estruch, en los futuros terrenos de la Plaça Catalunya.

La construcción del Panorama Waterloo fue realizada por una empresa catalana que empezó su trabajo con un litigio con la compañía de tranvías. Os amplio esta información: La construcción empezó a realizarse junto a unos los raíles del tranvía lo que provocó el enfrentamiento con la Sociedad de Tranvías. Al final intervino el alcalde para solucionarlo. Al final los raíles se desplazaron del lugar y se hicieron empalmar con los de Ronda Universidad.

el día de la inauguración en La Vanguardia.

Fue una construcción circular realizada por el arquitecto Jaume Gustà. Su superficie de pantalla era superior a la del Plewna pero nunca alcanzo su categoría. Permaneció en activo hasta 1890.

En su interior la imagen se extendía sobre un inmenso lienzo alargado de una superficie de 1800 metros cuadrados (120 m de largo por 15 de alto, cuando la del Plewna solo era de 100 por 10).

El 23 de marzo la Vanguardia comentaba el éxito que había conseguido el espectáculo exhibido en 1882 en Moscú y que había llegado a Barcelona precedido de gran fama. Su autor Philippoteaux.

Paul Philipoteaux en 1883 había pintado el del cuadro más grande del mundo. Representaba la Batalla de Gettysburg, la más cruel y la que había producido más muertos de la Guerra Civil Norteamericana. Tenía unas medidas impresionantes: 125 m. por 21 m. de alto y su peso escalofriante de 5,349 Kg.

Estaba en funcionamiento desde las 8 de la mañana hasta el amanecer y el precio era de 1 peseta. Durante el día el espectáculo se ofrecía con luz era natural y durante la noche se empleaba el alumbrado a gas. A los espectadores se les entregaba un programa de mano, donde se relataban los hechos históricos representados.

El 20 de enero de 1889 La Vanguardia publicaba un anuncio en el que comunicaba el final de la exhibición el 27 de enero de 1889 y que el cargamento de material para el nuevo espectáculo de “Sitio de París” ya se encontraba en la Aduana de Portbou con destino a Barcelona.

La inauguración tuvo lugar 30 de mayo 1888, La Vanguardia lo anunciaba como uno de los lienzos más grandes del mundo. El lienzo estaba complementado con cerca de 400 figuritas y otros detalles creados por el en el que se encontraba una figura de Napoleón.

Al entrar, previo pago de una peseta, El visitante por el coste de 1 peseta, podía revivir la Batalla de Waterloo, que ya había estado expuesto siete años en Amberes. 

Una de las escenas que más impactaba al espectador era de Osmán-Bajá alentando a los soldados que desfallecían, al correr por las filas la noticia (falsa), de la muerte de su jefe. En otro grupo, varios soldados llenaban un carro de cadáveres. En otro un se veía a un general en el momento de caer herido.

En el espectáculo se confundía la verdad con la ficción, habiendo momentos en que el espectador se conmovía presenciando la batalla, ya que las trincheras, estaban perfectamente reproducidos.

El local desapareció de las carteleras el domingo 16 de junio de 1889. Con motivo de las fiestas de la Merced. De sus dioramas hablamos en otro capítulo.


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CUANDO LOS «PANORAMAS» ESTABAN DE MODA

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