1306 LA CASA DE PERE DESPLÀ EN EL PORTAL DE PORTAFERRISA
La desaparecida casa Gralla construida en la calle Portaferrisa tiene una historia compleja que empieza en 1306, cuando Pere Desplà señor de Alella decide trasladar su residencia a la actual calle Portaferrisa, entonces Portal de la Ferrissa. En aquellos tiempos era la calle más señorial de la ciudad y no querían que sus amistades tuvieran que desplazarse hasta la población de Alella para las continuas reuniones.
Pere Desplà, compro una pequeña casa construida dentro del primer núcleo antiguo de la ciudad, para poder reconstruirla y convertirla en un palacete para su residencia barcelonesa.
Pese a tener su residencia oficial en Alella, quiso disponer de un palacete dentro de la ciudad para poder desplazarse a Barcelona y tener un palacete en el que poder recibir a sus amistades.
La obra de restauración fue excepcional y consiguieron que en ella pernoctasen personajes de la alta sociedad de aquellos tiempos, entre los que se encontraban los señores Gralla, los marqueses de Aitona y los duques de Medinaceli.
Dos de las importantes fueron el Príncipe de Viana en 1461 título que ostentaba el heredero del extinto Reino de Navarra, instituido por el rey Carlos III de Navarra para su nieto, el infante Carlos (desde el 2014, la poseedora de este título es princesa Leonor de Borbón y Ortiz). Otro de los huéspedes de honor fue el Rey Fernando el Católico.
1516 LA CASA DESPLÀ SE TRANSFORMA EN PALAU GRALLA
En 1516, la casa Desplà fue derribada para transformarse en el Palau Gralla, el palacio renacentista más suntuoso de se construyó en aquella época en la ciudad.
Durante los siglos siguientes el palacete fue tomando forma con motivo de las continuas ampliaciones que realizaron los sucesores de la familia. Los historiadores se la atribuyen a Damià Forment Cabot, escultor, pintor y dibujante valenciano en tiempos de la Corona de Aragón.
Forment fue uno de los primeros introductores del Renacimiento en España no solo no solo se dedicó a la producción de retablos sino que realizó pinturas, obras de orfebrería y vidrieras, y esculturas para la devoción privada, entre las que se encuentra “el Oratorio de san Jerónimo penitente” que se conserva en el Museo del Prado.
1479 ADQUIRIDO POR EL DUQUE DE MEDINACELI
Posteriormente el palacete fue adquirido por el duque de Medinaceli (título nobiliario creado por los Reyes Católicos el 31 de octubre de 1479 a favor de Luis de la Cerda y de la Vega).
En 1851el Duque de Medinaceli, llega a un acuerdo con la Madre Bonnat, para ceder en alquiler una parte de la casa para convertirla en el colegio de los «Señores de Loreto».
El Diario de Barcelona comenta en un artículo el traslado del colegio a la propiedad de los Duques de Medinaceli, elogiando la labor educativa de las religiosas, invitando a las familias a que visiten el local, donde serán bien recibidas por la Directora, la madre de Ferdinand de Lesseps.
La idea del ayuntamiento de aquellos tiempos de conectar en 1956, la calle Portaferrisa con la Calle Canuda, sirvió de pretexto para la demolición de la antigua Casa Gralla.
1856 SE DERRIBA LA CASA GRALLA
En 1843, la Casa Gralla se vió afectada para abrir la calle del Duque de la Victoria, actual “Carrer Duc”. Pese a la protesta de la prensa, de personas individuales y de grupos sensibilizadas por la pérdida arquitectónica que suponía su destrucción, la casa fue derribada en 1856.
EL HIJO DEL MAGNATE JOSEP XIFRE COMPRA EL PALACIO
Muchos barceloneses adinerados intentaron comprar el edificio para desmontarlo piedra a piedra y poderlo edificar en otro lugar. Uno de los que más lucharon por conseguirla fue Josep Xifré Downing, hijo del propietario de la Casa Xifré en la plaza Palacio que compró la casa por 5.000 pesetas de la época.
Xifré contrató al arquitecto Elies Rogent para que numerara y guardara las piedras de la fachada y el patio para reconstruirlo en su finca de Sant Martí de Provençals. El proyecto de Josep Xifré nunca llegó a realizarse.
EL PALACIO ES DESMONTADO Y VENDIDAS SUS PIEZAS
Las piedras fueron adquiridas por Antoni María Brusi i Mataró, propietario del Diario de Barcelona, que pagó 2.500 pesetas, por las piezas del patio que le sirvieron para reconstruir el patio gótico en su finca de Sant Gervasi.
El dintel de la puerta principal, actualmente lo custodia el Museu de l’Enrajolada de Martorell, otros dinteles se llevaron a la Torre Pallaresa, en Santa Coloma de Gramenet.
A mediados del siglo XX, el patio volvió a ser desmontado y fue a parar a un almacén de Cornellà. Las compró en 1990 una constructora malagueña que se llevó a Mijas, nuevamente en 1995 las adquirió por 25 millones de pesetas el propietario de una empresa de seguridad de Hospitalet de Llobregat.
Pero pese a su desaparición, la fachada de la casa Gralla no sería olvidada para siempre uno de nuestros arquitectos más prestigiosos de la historia Josep Puig i Cadafalch, que conocía y había admirado la obra desaparecida, con ocasión de la construcción de la antigua Casa Serra en 1903, realizó una copia de la puerta principal del edificio.
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