Casa Batlló, Barcelona

Cuando admiramos la casa Batlló y el conjunto de la manzana de la discordia pocos podemos pensar en el cambio arquitectónico que ha sufrido desde el final del siglo XIX.

La manzana tenía unas edificaciones sobrias, sin interés arquitectónico, que cambiaron radicalmente con la llegada del modernismo y la revalorización de la zona que estaba siendo monopolizada por las fortunas de los hombres influyentes de la ciudad, que decidieron trasladarse a esa zona y empezaron a hacer cambiar los edificios construidos en la zona.

familia Batlló

Josep Batlló i Casanovas, hombre de negocios en el ramo textil poseedor de fábricas en Barcelona y San Juan de las Abadesas, estaba casado con Amàlia Godó i Belaunzarán, de la familia de los condes de Godó. Batlló fue el primer hombre de negocios que intuyo la posibilidad de que aquel antiguo camino de Jesús, que llevaba a la Villa de Gracia, no se convertiría en una de las zonas de más prestigiosa del incipiente ensanche.

Batlló se decidió comprar en 1903 el antiguo edificio construido en 1875, por el arquitecto Emili Sala i Cortés profesor de la Escuela de Arquitectura de Barcelona y antiguo profesor de Antoni Gaudí, que en 1885 había construido la Casa Elizalde.

Derribaría el antiguo edificio y construiría uno nuevo edificio que sería la admiración de la ciudad. Su propósito era construir la primera planta para su familia y alquilar el resto del edificio y dedicar los bajos como locales comerciales, tal como estaban realizando los propietarios de los nuevos edificios de la zona.

EL TOQUE DE GAUDÍ

Se puso en contacto con Antoní Gaudí, que en aquellos momentos empezaba a ser uno de los arquitectos de más prestigio de la ciudad, para que le realizara el proyecto.

Gaudí viendo las posibilidades del antiguo edificio construido por Emili Sala, decidió desbaratar la primera intención de los Sres. Batlló de derribar el antiguo edificio, ya que con la realización de su proyecto no era necesario.

boceto del proyecto de Gaudí

Gaudí era partidario de salvar la estructura y realizar una restructuración integral de la misma, para ello presento unos bocetos consiguiendo que fuera aceptado por el matrimonio Batlló. Se centró sobre todo en la fachada, el piso principal, el patio de luces y la azotea, para ello levanto un quinto piso (desván) en el que instalaría los servicios de trasteros y lavaderos del edificio.

COLABORADORES DE GAUDI

Como en todas las obras, Gaudí se preocupó de buscar una serie de colaboradores afines a sus pensamientos, que eran los que realizaban junto con sus ayudantes los trabajos específicos que eran los que seguían puntualmente sus obras: Francesc Berenguer, Josep María Jujol Gibert.

Como industriales conto: para de forja, con los hermanos Lluís y Josep Badía, para los azulejos, de Pujol & Baucis, para la parte de cristal y vidrio a Sebastià Ribó para la parte de cristal y vidrio y para la carpintería a Casas & Bardés. Para la planta del primer piso que era la residencia de la familia Batlló, Gaudí hizo unas puertas especiales que fueron en aquella época muy comentadas, busco al ebanista Juan Martínez Gómez.

La fachada posterior que daba a un patio interior, la doto de una forma ondulante acorde con la parte delantera que estaba recubierta de cerámica rota, el célebre “Trencadís”, algo tan peculiar en las obras de Gaudí.

En el piso principal que era la residencia de la familia Batlló, le adapto un patio que sobresalía del cuerpo del edificio, al que se accedía desde el comedor. El resto de pisos tenía cada uno sus respectivas terrazas cubiertas, con barandillas de reja metálica. En su planta baja el edificio tenía tres puertas, una daba a las viviendas, otra daba a la cochera de carruajes y otra en el centro que pertenecía a la tienda.

La puerta de las viviendas se dividía en dos vestíbulos, uno privado para la familia Batlló y otro destinado a la escalera de los inquilinos. Tenía una portería, una zona de trasteros y un patio central donde se ubicaban los ascensores. En 1990 la zona de las cocheras sufrió una reforma para convertirla en sala de reuniones.

La planta principal a la que se llegaba a través de su escalera privada reunía un gran salón con un mirador completamente cerrado, desde el que se podía contemplar el Paseo de Gracia en toda su plenitud, los dormitorios de la familia y de los invitados, los servicios la cocina y el cuarto de la plancha.

En la azotea Gaudí construyó un segundo desván mucho más pequeño que el de la planta inferior, en el que estaba alojado en el lomo del dragón, que servía para albergar el tanque de agua (ya que en aquellos tiempos no existía el agua corriente), el cual abastecía de agua a todos pisos del edificio.

Gaudí había previsto que la cruz de cuatro brazos que remataba la torre de la azotea estuviera en la parte izquierda del terrado, pero para que no interfiriese con el remate escalonado de la Casa Amatller la trasladó hacia el centro, mostrando un gran respeto por la labor de su colega Puig i Cadafalch.

1907 EN SU LOCAL COMERCIAL SE INSTALÓ PATHÉ FRÈRES.

La planta baja estaba destinada a albergar un local comercial. Inicialmente en 1907, se instaló la empresa francesa cinematográfica Pathé Frères, que permaneció abierta hasta 1921.

Posteriormente en 1922, la tienda fue alquilada al gastrónomo italiano Emile Martignole, que desde 1810, tenía una tienda de comestibles de mucho prestigio en la calle Escudillers, conocida como “Maison de Alimentation, Productos de Régimen y Comestibles Finos”. La nueva tienda se anunciaba solo como “Maison de Alimentation”, lo que atraía aún más el esnobismo de las clases acomodadas por su glamour francés.

Con la finalización de la Guerra Civil y la llegada del franquismo la familia Martignole optó por regresar nuevamente a Italia y los bajos volvieron a cambiar de negocio, convirtiendo la antigua tienda de alimentación en una galería de arte.

1949 GALERIA SYRA

Su directora Montserrat Isern Rabascall, que ya había inaugurado la Galería Syra en la Calle Diputación 262, el 1 de diciembre de 1931, contrato a Alexandre Cirici i Pellicer como la persona adecuada para realizar la reforma del local y reinaugurar en 1949 la Galería Syra en su nuevo domicilio.

El matrimonio Batlló vivió en la planta noble de la casa hasta la defunción de ambos (Josep Batlló en el año 1934 y su mujer Amàlia Godó en 1940). Las hijas del matrimonio Batlló-Godó (Carmen y Mercedes), herederas de la familia, en 1954 vendieron la casa a la empresa de Seguros Iberia.

Durante las fiestas de La Merçe de 1984, la casa Batlló inauguró la iluminación de la fachada de edificio.

En 1969 la casa fue declarada Monumento Histórico-Artístico de Carácter Nacional.

Adquirida en 1993 por la familia Bernat, propietarios de la compañía Chupa Chups, inicio en el 2004 en inicio de una restauración, para convertirla en la Casa Museo Batlló, para convertirla en la actual Casa Museo, para que pudiera ser visitada por cualquier persona deseara conocer una parte de la obra de Gaudí.

Desde el año 2005 forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, dentro del Lugar «Obras de Antoni Gaudí».


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