La Criolla

Situado en la calle Cid número 10, en pleno Barrio Chino, el local había pertenecido primero a una fábrica textil e hilados y después de 1881 a 1908, fue ocupado por la Sociedad Española de Electricidad, el día 7 de febrero de ese mismo año sufrió un incendio del que sólo se salvaron las paredes maestras y la fachada.

 

1925: SE ABRE LA CRIOLLA

El edificio fue transformado en pisos pequeños. En 1925 os bajos del edificio, que estaban sin ocupar, se instaló un baile, que al poco tiempo se convertiría en buque insignia y referente de los bajos fondos de la ciudad, La Criolla.

El local más trasgresor que hubo en toda Barcelona, en el que se fusionaban desde artistas, maleantes, drogadictos y los señores más elegantes.

 

En su interior, se podía encontrar cualquier tipo de droga y se ejercía la prostitución de forma indiscriminada, era tal la degradación que había entre sus paredes, que no hubiera sido posible su existencia durante la dictadura sufrida al acabar la guerra.

 

orquesta del local.

En 1928, con motivo de la celebración de la Exposición Internacional de 1929, Valentín Gabarro tomo la decisión de reformar el local, acondicionarlo con pequeños palcos para que fueran utilizados, por los clientes más adinerados. Decoro la sala con un estilo caribeño, pero sin hacer ningún cambio en cuanto a la clientela que asistía al local, los cuales poblaban la pista de baile, presidida por una tarima para los músicos. En el exterior se colocó un gran letrero rojo que abarcaba la altura total del edificio.

Su fama atrajo a turistas españoles y extranjeros, que estaban habidos de conocer en persona las historias que se contaban del local. Los cuales contemplaban impresionados desde los palcos, la realidad de lo estaba aconteciendo delante de sus ojos. Las peleas eran frecuentes, siendo raro el día que no tenías que intervenir las fuerzas policiales.

Pepe (en el círculo) y a su lado «Flor de Otoño».

«Flor de Otoño» con los labios pintados

Durante los años de la Segunda República era normal ver a clientes distinguidos y turistas adinerados, contemplando el espectáculo grotesco de hombres que vestidos de mujer y maquillados grotescamente, se ofrecían sin pudor al mejor postor. Gabarro, contrato como encargado del local a José Márquez Soria, conocido como Pepe «el de La Criolla», para poder controlar los disturbios del local, que disponía de una habilidad para abortar los intentos de disturbios y que pese a que se hacía respetar, estos estallaban con mucha frecuencia dentro de su local.

calle Cid

En 1936 Pepe dejó La Criolla para abrir otro cabaret mítico de las noches barcelonesas, en la calle de las Tapias, “Barcelona de Noche”. A los pocos meses de su apertura, el 29 de abril de 1936, Pepe sería asesinado cuando volvía de madrugada en el portal de su casa en la calle de Santa Madrona.

 

Durante el periodo de la guerra civil, La Criolla entró en un período de decadencia, ya que la burguesía no estaba para fiestas, el 24 de septiembre de 1938, durante uno de los bombardeos en la zona del puerto, una bomba lanzada por la aviación italiana, impactó en el edificio ​​destrozando las dos plantas superiores del inmueble, que precipitaron el cierre del local.

Los destrozos por las bombas, dejaron un gran número de edificios derribados, esto sirvió para que al cabo de unos años el gobierno central y el ayuntamiento decidieron sanear el barrio, aprovecharon la ocasión para derribar unos edificios y abrir la Avenida García Morato, que sirvió para adecentar la zona.

Entre los famosos que pasaron por el local se encontraron: Jean Genet, Tórtola Valencia, Flor de Otoño (un asiduo), Trotsky y la Asturiana.

Han sido varios los autores que han escrito sobre la Criolla: Josep María Planes, escribió «Nits de Barcelona”. José María de Segarra, escribió la obra “Vida Privada”, que fue estrenada (en la temporada 2010/2011) en el Teatre Lliure, donde se recreaba el ambiente de «La Criolla» y otros tugurios del Barrio Chino de los años 20.

Actualmente en el local (completamente restaurado), está situada la escuela de teatro Berty Tobías, que conserva la estructura de pilares de hierro que se veían en las fotos antiguas. La fachada, ha cambiado pero sigue habiendo un edificio de tres pisos. En la escuela de Berty Tobías, se formaron Pepe Rubianes o Toni Albà. 

CABARET LA CRIOLLA (1925-1935)

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