El barrio de Fort Pienc, situado en el final del Ensanche de Barcelona, tiene su origen en la construcción de dos fuertes militares ordenados por Felipe V en 1715, después de la Guerra de Sucesión Española.
Comenzó a desarrollarse a finales del siglo XIX, tras la aprobación del Plan Cerdà. El barrio se caracteriza por sus calles anchas y sus edificios de estilo modernista.
EL FORT PIENC Y EL FORT DE DON CARLOS
El primero de estos fuertes, el Fort Pienc, fue mandado construir por el rey al militar italiano Francisco Pío de Saboya y Moura, quien se encontraba al servicio de la Corona de España. El fuerte se construyó en la zona del Portal Nou, con el objetivo de proteger la Ciudadela y controlar la ciudad.
El segundo fuerte, el Fort de Don Carlos, se construyó en la zona de la Barceloneta. Ambos fuertes se mantuvieron en funcionamiento hasta 1869, cuando fueron derruidos como parte del plan de expansión de la ciudad.
FRANCISCO PÍO DE SABOYA
Francisco Pío de Saboya y Moura fue Caballero del Toisón de Oro desde 1707, obtuvo por sucesión el título de Grande de España en marzo de 1723. Hijo de Gisberto Pío de Saboya, Príncipe Pío y de San Gregorio, y de Joana de Moura Corte-Real, V marquesa de Castelrodrigo y III duquesa de Nocera.
En mayo de 1715 fue nombrado gobernador y capitán general de Cataluña entre 1715i y 1722. Durante su mandato como capitán general de Cataluña, Francisco Pío de Saboya y Moura reprimió con dureza todos los movimientos de los partidarios de los Habsburgo.
EL FORT PIENC
El fuerte de Fort Pienc fue construido en 1715, tras la Guerra de Sucesión Española, por orden de Felipe V. Se situó en la zona del Portal Nou, junto a la antigua carretera de Ribes, a unos 750 metros de la entrada a la ciudad.
El fuerte se construyó sobre los restos de un convento de frailes mínimos, en el lugar donde se encontraba la cruz llamada de San Francisco. Tenía una forma rectangular, con unas dimensiones aproximadas de 50,92 por 43,89 metros. Contaba con una fundición y un camino cubierto de Ronda. La puerta estaba protegida por un muro de aspilleras.
El fuerte tenía veintidós troneras en sus parapetos y catorce vueltas debajo del terraplén. Sin embargo, carecía de un camino protegido que lo comunicara con el complejo de la Ciudadela. El fuerte de Don Carlos de la Barceloneta sí contaba con este camino.
Esta carencia era un gran hándicap para el fuerte de Fort Pienc. Dado que estaba situado a una gran distancia de la Ciudadela o del fuerte de Don Carlos, estaba continuamente expuesto a un ataque por sorpresa. En caso de ataque, el fuerte no podría apoyarse en la artillería de los otros dos fuertes.
Finalizada la guerra de la Independencia el fuerte perdió protagonismo y no fue hasta 1823, que volvió a ser actualidad con motivo de los problemas que tuvo Fernando VII, con las fuerzas liberales que habían limitado sus poderes a tenor de la Constitución de Cádiz aprobada el 19 de marzo de 1812, conocida como (la Pepa), En ella se aprobó que la soberanía de la nación no era del rey sino que era del pueblo.
En 1823 Fernando VII, pidió ayuda a su primo Luis XVIII de Francia, que le envió un ejército de casi cien mil soldados conocidos por los Cien Mil Hijos de San Luis, capitaneadas por el Duque de Angulema, que ocuparon el Fort Pienc y el Palacio de la Virreina de la entonces villa de Gracia. Fue el último servicio efectuado por la fortaleza militar, en octubre de 1868 cuando las fortificaciones militares, pasaron a depender de la administración local la fortaleza fue derribada. Esto tuvo un gran desahogo para las arcas del ayuntamiento que utilizó las piedras con las que estaba construido para construir la primitiva iglesia de San Martín del Clot, construida en la Plaza del Canónigo Redondo.
Muy cerca del desaparecido Fort Pienc, fue construida en 1861 la primitiva estación de ferrocarril del Norte, perteneciente a la línea entre Barcelona y Zaragoza, en los antiguos terrenos de “Els horts de Sant Pere”, que habían sido considerados terrenos militares debido a que se encontraban entre lo que había sido Fort Pienc y la construcción de la Ciutadella.
1868 SE DERRIBA EL FUERTE
La orden de derribo del fuerte de Fort Pienc fue emitida por las autoridades militares de la Ciudadela en 1760. Sin embargo, el derribo no se llevó a cabo hasta un siglo después, en octubre de 1868.
El retraso en el derribo se debió a varios factores. En primer lugar, las autoridades militares se tardaron en decidir la ubicación del nuevo fuerte que debía sustituir al de Fort Pienc. En segundo lugar, el fuerte de Fort Pienc se encontraba en un lugar estratégico, por lo que las autoridades militares no querían desmantelarlo hasta que no estuvieran seguras de que no sería necesario en el futuro.
En 1868, las fortificaciones militares pasaron a depender de la administración local. Esta administración, que estaba endeudada, vio en el derribo del fuerte de Fort Pienc una oportunidad para obtener ingresos. Las piedras del fuerte fueron vendidas a la ciudad de Barcelona, que las utilizó para construir la primitiva iglesia de San Martín del Clot.
1861 LA ESTACIÓN DEL NORTE
Muy cerca del lugar donde se encontraba el fuerte, se construyó en 1861 la primitiva estación de ferrocarril del Norte, perteneciente a la línea entre Barcelona y Zaragoza.
Esta estación se construyó en los antiguos terrenos de “Els horts de Sant Pere”, que habían sido considerados terrenos militares debido a que se encontraban entre lo que había sido el Fort Pienc y la construcción de la Ciudadela.
Su perímetro abarcaba partes de las actuales avenida Diagonal (desde calle Nápoles hasta Plaza de las Glorias), avenida Meridiana, calle de los Almogávares, calle de Roger de Flor, avenida Vilanova, Paseo de San Juan, Gran Vía y calle de Nápoles hasta la Diagonal.
El fuerte de Fort Pienc es rememorado en una placa en el instituto público IES Fort Pius y el CEIP Fort Pienc.