Con motivo de conocerse a finales del siglo XIX, de la concesión a la ciudad condal de la Exposición Universal de 1888. La ciudad tuvo una serie de cambios tanto en su estructura urbanística de la ciudad como en el ámbito cultural. Los ciudadanos estaban pendientes en todo momento de los continuos cambios y proyectos para presentar el Gran Acontecimiento.
La gran aglutinación de noticias que se generaban todos los días, eran absorbidas cada mañana por los lectores de los diarios matutinos (no había televisión, ni móviles, ni redes sociales, que puntualmente informaran continuamente de las novedades y los periódicos desaparecían nada más aparecer por las mañanas).
Este hecho fue captado por el periodista valenciano Francisco Peris Mencheta, que decidió editar el primer diario vespertino que tuvo la ciudad, que vio la luz, la tarde del 15 abril de 1888, como propietario y director del Noticiero Universal.
Al día siguiente lunes La Vanguardia saludaba al nuevo diario y le daba el primer tirón de orejas, en su primera página publicaba la bienvenida y le aclaraba una noticia.
Aunque todavía no hemos recibido la visita del colega, anoche se ha publicado el primer número del nuevo periódico El Noticiero Universal. Sinceramente deseamos al nuevo colega próspera y larga vida. Después de esto y agradeciéndole mucho que comente nuestros trabajos, también deseamos y le suplicamos que corrija las pruebas para que rio. pasen erratas de tanto bulto como la que aparece en el suelto que nos dedica. Dando cuenta de nuestro artículo de ayer acerca de la Exposición, escribe que LA VANGUARDIA dice que el cobro de una peseta por entrar en el recinto de la Exposición «constituye un hecho que tiene sanción penal».
Francisco Peris Mencheta, no solo fue el promotor y propietario del Noticiero Universal, sino que también fue el precursor de la agencia de noticias “Peris Mencheta” que durante muchos años fue la una agencia que repartía la información recibida de otros lugares del mundo para otros diarios españoles, en enero 1939 con la fundación de la agencia EFE en Burgos, la agencia perdió su protagonismo.
El Noticiero, rápidamente se ganó la confianza de los lectores, siempre con ideas liberales, el periódico no solo se encontraba en los kioscos sino que también a primera hora de la tarde, se podía comprar en cualquier sitio del centro de la ciudad. Era vendido por unos vendedores, que debajo del brazo, llevaba un fajo de ellos vociferado, “el Ciero ha salido el Ciero”, con las últimas noticias del día.
Posteriormente los continuos viajes a que estuvo sometido por las ediciones de otros rotativos en diferente ciudades españolas y la circunstancia de ser el informador inseparable y veraz de los viajes de los monarcas Alfonso XII y Alfonso XIII, hizo que Peris Mencheta, abandonara la dirección, derogando el cargo en José Guardón, para llevar durante unos años la dirección del mismo.
Pero no fue hasta la década de 1920 que el periódico se consagro como el más vendido de las tardes-noches barcelonesas estaba entonces bajo la dirección de Julián Pérez Carrasco.
Durante la Guerra Civil, el diario fue colectivizado y paso de las manos de sus dueños a un control sindical, por el periodista Enric Tubau, que le dio un enfoque catalanista hasta el punto de que sería suspendido en noviembre de 1938, durante veinte días por artículos de opinión, al considerar sancionables los ataques que el diario dedicaba contra el Gobierno Español por su actitud de menosprecio hacia la Generalidad.
Tras la llegada de las tropas franquistas el 26 de enero de 1939, el periódico volvió a pasar a manos de sus antiguos propietarios, continuándose publicando de una forma normal. Con el nuevo orden que impuso el franquismo la dirección del periódico paso por varios periodistas, primero por José Palou, después Luís G. Manegat y finalmente por el aragonés José María Hernández Pardos.
Durante los años sesenta el edificio que se encontraba en Roger de Llúria con Diputación sufrió una remodelación importante pada poder instalar en sus instalaciones, la nueva maquinaria de impresión, no obstante la antigüedad del edificio no congeniaba con las nuevas tecnologías de impresión que necesitaban otra estructura para poder aprovechar totalmente las nuevas rotativas, por lo que en 1963 sufrió una reforma integral.
El nuevo edificio reformado por del arquitecto José María Sostre Maluquer era de unas líneas rectilíneas que nada tenían que ver con las edificaciones colindantes que eran mucho más clásicas.
En 1972 Higinio Torras Majem propietario de la industria papelera Torras Hostench y el exalcalde de Barcelona José María Porcioles, compraron las cabeceras que editaban “El Noticiero Universal” y el semanario “Destino” (fundado en Burgos en 1937, durante la guerra civil española, que reunió a la intelectualidad catalana afín al bando sublevado y que acabada la guerra pasó a publicarse en Barcelona).
La responsabilidad de la empresa fue otorgada por el ex-alcalde José María Porcioles a su hijo como gerente y al ex-falangista Manuel Tarin Iglesias, que en abril de 1963, había sido nombrado director de Radio Barcelona , cargo que ocupó hasta 1973, cuando empezó a dirigir El Noticiero Universal cargo que mantuvo hasta 1977.
Con la llegada de la democracia el periódico entro en la órbita de UCD, con la entrada sin la dirección de Juan Tapia y como director de publicaciones y Jordi Doménech como director del periódico.
En 1978 al igual que todos los periódicos españoles en su primera página, daba la noticia de la huida del hospital Clínico de Barcelona del actor y director Albert Boadella, en la víspera del inicio del consejo de guerra, por los diferentes delitos cometidos por el popular personaje.
La desaparición de UCD hizo entrar a la organización en un serio declive. El tándem formado por Javier de la Rosa y Joan Gaspart intentaron revalorizar el “Ciero”, que como primera medida abandonaron la edición vespertina para pasar a salir por la mañana con un formato más reducido.
Los cambios no tuvieron los resultados apetecidos y en verano de 1985, las dificultades económicas de la empresa se hicieron patentes, provocando la huelga de los trabajadores reclamando el cobro de sus nóminas, que desembocaron en el cese de la edición del Noticiero.
El último número del Noticiero Universal, tuvo lugar el 31 de octubre de 1985.
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