Bohemia Modernista en Barcelona

La calle Floridablanca es hoy una vía urbana que conecta el barrio de Sant Antoni con el de Sant Pau. Su origen se remonta a principios del siglo XX, cuando se proyectó como una alternativa a la Avinguda Paral·lel, que era la principal arteria de ocio y cultura de la ciudad. Floridablanca pretendía competir con Paral·lel ofreciendo una oferta variada de teatros, cines, cafés y comercios.

Entre los edificios más emblemáticos que se construyeron en esta calle destacan el Mercado de Sant Antoni, obra de La Maquinista Terrestre y Marítima, y el Teatro Arnau, uno de los más antiguos de Barcelona. Floridablanca fue testigo del crecimiento y la transformación de la ciudad, que pasó de ser una urbe amurallada a una metrópolis moderna y cosmopolita.

1901 SOCIEDAD RECREATIVA ATENEO

Su origen se remonta a la apertura de La Serpentina, un pequeño local de ocio en la calle Floridablanca entre Villarroel y Casanova, que pronto cerró sus puertas. Fue el primer local de la calle. En su lugar, se fundó en 1901 la Sociedad Recreativa Ateneo de la Izquierda del Ensanche, que organizaba funciones de teatro y zarzuela los domingos por la tarde con actores aficionados. El local, situado en el número 151 y la Bohemia Modernista ocupaban toda la manzana.

1903-1906  TEATRO DE LAS ARTES DE ADRIÀ GUAL

En 1903 el dramaturgo y director Adrià Gual lo transformó en Teatro de las Artes o Teatro Íntimo, un proyecto vanguardista que buscaba renovar el arte escénico catalán. El Teatro Íntimo fue el escenario de obras de Gual y otros autores modernistas, así como de exposiciones, conferencias y conciertos.

Adrià Gual fue junto a «Pitarra» uno pionero del teatro catalán moderno, que fundó la Escuela Catalana de Arte Dramático y dirigió obras clásicas y contemporáneas con una visión innovadora y renovadora.

Entre sus montajes más destacados se encuentran: “La Margarideta”, una adaptación de la leyenda de Santa Margarita de Antioquía; “El avaro” de Molière, una sátira de la codicia y la hipocresía; o “Prometeo encadenado”, una tragedia griega sobre el castigo del titán que robó el fuego a los dioses.

Descubrió y apoyó el talento de jóvenes actores y actrices, como Margarita Xirgú, que debutó con él a los catorce años y se convirtió en una de las grandes estrellas del teatro español e hispanoamericano, interpretando a autores como Lorca, Ibsen o Shaw.

En 1905, el Teatro de las Artes acogió el estreno de la compañía de Enric Borràs, otro de los grandes nombres de la escena catalana, que representó “Fructidor” de Ignasi Iglesias, una obra sobre la revolución francesa y el amor.

La historia del teatro terminó trágicamente en la noche del 10 de junio de 1906, cuando un incendio devastador arrasó el edificio y el de La Bohemia Modernista, un local vecino donde se reunían los artistas e intelectuales de la época. El fuego se propagó rápidamente y no pudo ser controlado por los bomberos, que llegaron tarde y con escasos medios. El teatro quedó reducido a cenizas al igual que el local de la Bohemia Modernista.

1905 LA BOHEMIA MODERNISTA

La Bohemia Modernista, situada en la calle Casanova 3 y 5 y Floridablanca en una parte del solar antes ocupado por el salón de baile La Sepentina«.

El incendio del teatro Intim-Las Artes afectó parcialmente al local, especialmente en la cubierta, que tuvo que ser reconstruida.

Bohemia Modernista

El local era un club social y salón de baile que se convirtió rápidamente en un lugar popular para la clase alta y la bohemia de Barcelona. Estaba situado en una zona de la ciudad que en aquella época estaba en pleno desarrollo. La calle Floridablanca, que se encontraba a las afueras de las antiguas murallas de la ciudad, era un lugar amplio y espacioso, perfecto para albergar un club social y salón de baile.

El interior del local estaba decorado en un estilo modernista, con elementos decorativos como columnas, vidrieras y artesonados. El salón de baile era un espacio amplio y luminoso, con una capacidad para unas 1.000 personas.

A partir de 1910, La Bohemia Modernista compartió vecindad con otro local de ocio, el Cine Bohemia, que posteriormente pasó a llamarse Gran Cine Bohemia.

Ambos locales pertenecían a la empresa de espectáculos Bohemia, que en 1918 lo anunciaba en La Vanguardia como local ambientado al estilo madrileño.

La Bohemia Modernista alcanzó su máximo esplendor durante la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, a partir de la década de 1930, el local comenzó a declinar. La construcción de la Gran Vía de las Cortes Catalanas, que atravesaba la calle Floridablanca, supuso un duro golpe para el negocio. En 1934, La Bohemia Modernista cerró sus puertas para convertirse en la sala Salón Price.


 

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