Casa Burés, Barcelona

1905 UN EDIFICIO MODERNISTA EN LA CALLE AUSIAS MARCH

La Casa Burés era un edificio modernista situado en la Dreta de l’Eixample de Barcelona, en la calle Ausias March, 43 esquina con la calle Girona.

El edificio fue propiedad de Francesc Burés i Borràs, tercer descendiente de una familia textil. Burés quería ubicar en el edificio su residencia familiar, la sede de la compañía y el almacén de la misma.

La fábrica de la familia Burés estaba ubicada en el municipio de Anglés, en la comarca de la Selva, en la provincia de Girona. En esta fábrica se fabricaban las célebres y famosas sabanas del “Burrito Blanco”.

FRANCESC BURÉS, EMPRESARIO TEXTIL Y AMANTE DE LAS ARTES

Francesc Burés i Borràs (1853-1918) fue un industrial textil, perteneciente a la tercera generación de una familia de empresarios textiles de la comarca del Bagés. Inició su carrera en la empresa familiar, que tenía fábricas en San Juan de Torruella y Castellbell y Vilar donde fundó la Colonia Burés. En 1889, fundó su propia empresa, Industrias Burés, que se convirtió en una de las empresas textiles más exitosas de España.

En 1900, Burés encargó al arquitecto Francesc Berenguer i Mestres la construcción de un edificio modernista para albergar su residencia familiar, la sede de su empresa y el almacén de sus productos.

La familia  Burés decidió construir una nueva empresa gracias a su vinculación con el grupo KIO, gestionado por Javier de la Rosa, empresario conocido por sus problemas con la justicia, lo que levantó algunas suspicacias sobre la operación.

La nueva empresa, ubicada en la localidad de Anglés, se dedicó a la fabricación de tejidos de punto. Sin embargo, El Burrito Blanco cerró sus puertas definitivamente en 1991.

1900-1905 LA CONSTRUCCIÓN DE LA CASA BURÉS

Francesc Berenguer i Mestres, amigo de la infancia y colaborador de Antoni Gaudí, fue el encargado de diseñar la Casa Burés. Sin embargo, Berenguer nunca obtuvo el título oficial de arquitecto, por lo que el proyecto fue presentado en el ayuntamiento por Miquel Pascual i Tintorer, quien firmó el proyecto en nombre de Berenguer.

La Casa Burés tenía una superficie de 7 000 metros cuadrados y consta de sótano, planta baja, cuatro pisos y un ático. El ático estaba destinado a albergar los cuartos trasteros y los lavaderos de los pisos. El terrado estaba previsto terminarlo con dos torres circulares con cubiertas cónicas, pero solo se terminó la de la calle Ausias March.

La decoración de la Casa Burés fue realizada por los grandes artistas modernistas del momento. Gaspar Homar se encargó de la ebanistería, y Oleguer Junyent, escenógrafo del Gran Teatro del Liceo, decoró la casa en general.  Su principal atención se centró en el piso principal, donde residía la familia Burés. Junyent encargó al escultor Joan Carreras la realización de espectaculares esculturas, muchas de las cuales fueron destrozadas por la falta de rigor en su conservación.

Berenguer, que había diseñado la fachada en piedra, diseñó para el piso principal un balcón corrido. Este balcón era habitual en los pisos de los propietarios, pero en este caso carecía del boato que normalmente tenían estos pisos. Solo destacaba la baranda, que a diferencia de los otros balcones estaba realizada también en piedra y con ornamentos escultóricos.

Berenguer compensó la sobriedad de la fachada con un interior en el que destacaba el vestíbulo de acceso. El vestíbulo es un espacio amplio y luminoso, con una decoración exuberante. La pared frontal está decorada con un mosaico de cerámica realizado por Antoni Coll. El techo está decorado con una vidriera que representa un paisaje bucólico.

La entrada de coches y carruajes de la Casa Burés está decorada con capiteles adornados con figuras de animales. En el fondo, se encuentra la escultura de un oso pardo a tamaño natural, que abraza una lámpara de latón.

El arranque de la escalera que sube desde el lugar de aparcamiento al piso principal está protegido de las inclemencias del tiempo por una claraboya y un vitral de colores.

En el piso principal, Gaspar Homar diseñó una chimenea hecha con mosaicos que representan una escena de la bruja de Hansel y Gretel. Los suelos de mosaico o marquetería, obra de Pau Roig, colaborador de Gaspar Homar, también destacan en este piso.

El piso principal de la Casa Burés también albergaba un pequeño oratorio, presidido por una pared de vitrales con temas florales que daban a la escalera principal.

En el comedor, destacaban los paneles escultóricos obra de Joan Carreras con alegorías a los deportes que estaban en auge en aquellos momentos. El techo estaba totalmente trabajado en yeso con cenefas incisas y relieves de motivos florales.

La escalera y la claraboya eran de un trabajo inimaginable, y solo la dejadez en su conservación ha podido ser la culpable de la desaparición de muchas de las piezas valiosas que se han perdido por la dejadez de TODOS.

UNA HISTORIA DE ABANDONO Y RECUPERACIÓN

La Casa Burés fue adquirida por el Ayuntamiento de Barcelona el 17 de marzo de 2007 por 26 millones de euros. El objetivo era convertirla en la sede del Museo de Arquitectura y Urbanismo. Sin embargo, la Generalitat de Cataluña adquirió el edificio el 17 de noviembre de 2008 para instalar unas dependencias administrativas.

EL 20 de noviembre de 2014, la Generalitat lo mal vendió en subasta por 18 millones de euros a la empresa Europa Capital Partners, un fondo británico miembro del grupo financiero Rockefeller. Los responsables de la restauración se encontraron el patio de luces hecho un verdadero asco.

El pan de oro de la sala de música estaba enterrado por capas de pintura. La escultura de oso que daba la bienvenida a la subida de la escalera sosteniendo una farola había sido mutilada para poder robarla. La cabeza de dragón de la chimenea de la sala Hansel y Gretel había desaparecido, y la chimenea misma estaba decapitada. También habían desaparecido el motor del ascensor y muchas tuberías.

El presupuesto para la rehabilitación del edificio fue de 20 millones de euros. La empresa que adquirió la Casa Burés, Europa Capital Partners, rentabilizó la operación mediante la adecuación del edificio en 26 pisos de lujo y su posterior venta.

Durante los años en que el edificio fue degenerándose, ni el Ayuntamiento ni la Generalitat de Cataluña tomaron medidas para evitarlo. Las continuas quejas de los periódicos sobre la falta de responsabilidad en la conservación del patrimonio modernista de la ciudad no fueron escuchadas.

DE SET DE RODAJE A JOYA RECUPERADA

La Casa Burés fue utilizada como set de rodaje de producciones de época, series y anuncios. La más conocida es la película Darkness, de la que se rodaron todos los interiores.

El edificio fue rehabilitado por Bonavista Developments, una promotora de Barcelona. El laborioso proceso de rehabilitación duró más de dos años y estuvo realizado codo a codo con los expertos de patrimonio del ayuntamiento.

En su realización han participado artesanos de muchas disciplinas con el objetivo de recuperar los elementos históricos que habían sufrido un deterioro por el mal uso o saqueo del interior del edificio.


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