El nombre de la calle Santa Madrona tiene una historia muy lejana. Las personas que han seguido mis artículos conocerán ya que la relataba en julio del 2023 con el artículo de la Iglesia de Santa Madrona primera patrona de Barcelona, antes de Santa Eulalia y después en la actual Virgen de la Mercè.
UN PORTAL DE LA MURALLA
Las antiguas murallas de Barcelona contaban con una puerta conocida como Puerta de Santa Madrona, siendo la única que conserva su nombre original en la actualidad.
Tras el derribo de las murallas, el ayuntamiento decidió nombrar Portal de Santa Madrona a la calle que une el Paralelo con la antigua Rambla de Santa Mónica.
ORIGENES ALEJADOS DE LA RELIGIÓN
A pesar de su nombre religioso, los orígenes del Portal de Santa Madrona no estuvieron ligados a la santa. Entre finales del siglo XIX y principios del XX, esta zona se convirtió en un escenario de espectáculos y actividades de dudosa moralidad.
Su proximidad al antiguo puerto favoreció la concentración de actividades de ocio y entretenimiento, algunas de ellas de carácter «menos convencional».
La ubicación del desaparecido cuartel de Las Atarazanas en el lado mar contribuyó a la presencia de marineros y otros individuos que frecuentaban la zona.
Al encontrarse en un área con baja densidad de población, las autoridades tendían a ser más permisivas con ciertas actividades que no habrían sido toleradas en otras zonas de la ciudad.
La acera del lado montaña del Portal de Santa Madrona se vio afectada por la apertura de una serie de locales cuya oferta incompatible con una convivencia tranquila entre los habitantes. Estos locales generaban un ambiente ruidoso y conflictivo, convirtiendo la zona en intransitable para quienes buscaban un entorno pacífico y saludable.
La decisión del Ayuntamiento de permitir la apertura de estos locales es un factor clave en la problemática. Al autorizar este tipo de establecimientos, las autoridades contribuyeron a la creación de un ambiente enrarecido y poco seguro para los residentes de la zona.
LOCALES DE VICIO Y DIVERSIÓN
En los bajos del edificio del número 6, se abrió el antiguo bar-dancing Gambrinus y en los pisos superiores se ubicó uno de los meublés más famosos del momento el Mont d’Or (Monte de Oro).
En el número 8 estuvo situado el Café Paris y el establecimiento de “la Alemana” (un local de las llamadas tiendas higiénicas que tuvo la ciudad por la zona) estos locales habrían cerca de los prostíbulos ofreciendo la venta de los actuales preservativos y ofrecían a los clientes de los prostíbulos un lavado especial desinfectante para evitarles sufrir las temidas enfermedades venéreas.
En el 10 otro nuevo bar-dancing de alterne, que ofrecía música y la actuación de un conjunto de alegres señoritas conocido como Las Leandras.
En el 14 nuevamente nos encontrábamos con uno de los Bar Mundial (que tuvo la ciudad) y al lado otro local de diversión el dancing Red Lion.
Pero el ambiente continuaba suerte que esta vez el local abierto solo servía para calmar el hambre o la sed y para coger fuerzas o saciar el apetito la taberna del Manquet.
Pero a la salida el cliente podía acabar la fiesta con los burdeles Cal Manco en el 22 los, La Isabel en el 24 y si estos estaban llenos en el 26 le esperaban dos más La Rosa y El Curro. Como se puede comprobar la zona en aquel momento no era de las más recomendadas para circular a altas horas del día y sobre todo cuando el alcohol y la droga empezaban hacer efecto entre los habituales.
1902 PARADAS DE LIBROS
Posteriormente mejoro en 1902 cuando el ayuntamiento decidió instalar a la entrada de la calle por la Rambla de Santa Mónica un grupo de 20 barracones de madera en los que de una manera continuada los lectores encontraran un lugar fijo en el que poder comprar los libros usados.
La primera noticia la dio La Vanguardia el día 22 de junio de 1902, cuando publicaba la noticia de la inminente apertura de las paradas del libro usado en unas paradas fijas en el Portal de Santa Madrona
Las paradas fueron inauguradas coincidiendo con las fiestas de la Mercè junto antiguo convento de Santa Mónica.
1936 DERRIBO DEL CUARTEL DE LAS ATARAZANAS
El antiguo cuartel de Atarazanas, situado en el Portal de Santa Madrona, fue demolido en 1936. Esta construcción, que había sido utilizada como cuartel militar desde el siglo XV, representaba un símbolo del pasado militar. Su derribo liberó un espacio considerable que, posteriormente, sería utilizado para la construcción de nuevos edificios y la reurbanización del área.
1940 CONSTUCCION DEL EDIFICIO DE COMANDANCIA DE MARINA
En la década de 1940, se construyó el edificio de la Comandancia de Marina en el solar que había dejado el cuartel de Atarazanas. Este edificio, de estilo racionalista, representó un cambio significativo en la imagen del Portal de Santa Madrona, aportando un aire más moderno y señorial a la zona.
1967 SE ELIMINARON LAS PARADAS DE LIBROS Y LOCALES DE ALTERNE
En 1967, las paradas de libros usados y los locales de alterne, que habían caracterizado el Portal de Santa Madrona durante décadas, fueron eliminados definitivamente. Esta decisión, impulsada por las autoridades locales, buscaba transformar la imagen de la zona y eliminar las actividades consideradas como conflictivas o indeseables.
La reestructuración de la primitiva línea de metro de Lesseps hizo que se segregara en las líneas III y IV. En el Portal de Santa Madrona se abrió una estación de la línea III: Drassanes (1982).
Para regenerar de alguna manera la zona, también se levantó el edificio del L’Institut Municipal del Paisatge Urbà i la Qualitat de Vida (IMPUQV).
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