El Monumento a Colón situado en la primitiva Plaza de la Junta Revolucionaria y posteriormente Puerta de la Paz que venía a sustituir al antiguo monumento a la Paz construido con motivo de la Exposición Universal de 1888.
La idea de construir un monumento al descubridor de las Américas había nacido a mitad del siglo XIX cuando las autoridades barcelonesas habían estudiado la posibilidad de construir un monumento dedicado al navegante en la plaza del duque de Medinaceli. Lla propuesta no tuvo el consenso de todos los concejales y al final decidieron dedicársela al almirante Galceran Marquet.
Con la concesión a Barcelona de la celebración de la Exposición Universal de 1888, Antoni Fages i Ferrer, promotor de iniciativas culturales, propuso al alcalde Francisco de Paula Rius y Taulet la posibilidad de retomar la construcción del monumento.
El 10 de mayo de 1881, un grupo de simpatizantes del proyecto, crearon una comisión promotora Presidida por el propio Rius i Taulet. El proyecto fue aprobado en sesión extraordinaria por el ayuntamiento, el día 6 de septiembre de 1881, la colocación de la primera piedra produjo el 26 del mismo mes.
El monumento fue proyectado por Gaietá Buigas i Monrava (progenitor de Carles Buïgas i Sans que en 1929, construyó con motivo de la exposición Internacional, la fuente Mágica de Montjüic, en lugar que habían estado situadas las cuatro columnas de Josep Puig i Cadafalch.
LA FINANCIACION
Con la idea del inicio de la construcción concretada, el siguiente problema consistía en conseguir financiar el proyecto. En un principio se pensó construirlo a base de donaciones realizadas por el grupo de los amigos del monumento… pero aunque la idea fue bien acogida. Pronto se llegó a la conclusión que con este sistema jamás seria izado pues las aportaciones de los particulares nunca llegarían alcanzar el coste.
En principio tenía un presupuesto de 300.000 pesetas, aunque termino costando 1.062.689. Ante la falta de respuesta de las donaciones, el Ayuntamiento acabo por hacerse cargo de su construcción con la colaboración del gobierno español que dono 30 toneladas de bronce procedente del material de desechos de guerra que tenía almacenado.
LA FUNDICION COMAS, DESPUES SALA DE BAILE LA PALOMA
El monumento se hizo en varias fundiciones, una de ella estaba ubicada en la calle del Tigre. Abrió sus puertas en 1853 con el nombre de “Fundición Comas”. Se encargó de la decoración y los trabajos en bronce (1883). La empresa era propiedad de tres accionistas que decidieron invertir en el solar para abrir una sala de baile, La Camelia Blanca. Vendieron el local a Jaume Dora, que después de una gran reforma la convirtió (1915) en la sala de baile La Paloma.
LAS OBRAS DURARON SIETE AÑOS
Las obras de construcción duraron siete años y fueron todo un espectáculo para aquellos ciudadanos que se acercaban a ver la construcción, que contemplaban atónitos las recuas de caballos arrestando las piezas hasta los pies del andamiaje.
El monumento, tiene una altura de 57 metros y está dividido en tres partes: la base circular, con cuatro tramos de escalera de 6 metros de ancho, decorada con ocho leones, ocho bajorrelieves y con los escudos de las provincias españolas, un recordatorio de los principales actos protagonizados por Colón en sus viajes que realizo a tierras americanas, un octaedro, cuatro de ellos dispuestos como contrafuertes, en forma de cruz, con estatuas alegóricas y a continuación se alza la columna de hierro.
INAUGURADO EL 1 DE JUNIO DE 1888
Fue inaugurado por la Reina Regente María Cristina en presencia del Presidente del Consejo de Ministros Práxedes Mateo Sagasta, el 1 de junio de 1888 convirtiéndose en uno de los iconos de la ciudad. Lla columna, en su parte interior, tenía un ascensor que permitía subir a la esfera que tenía un Mirador Circular para contemplar la ciudad, que servía de base para sujetar la escultura del navegante.
Pese al gran fausto que originó la inauguración este no estuvo completamente acabado hasta el año siguiente, ya que el ascensor para subir a la cúpula todavía no se había instalado.
El 7 de septiembre de 1976, 15 personas que habían subido al monumento para disfrutar de las vistas la ciudad desde el mirador se encontraron atrapadas a causa de la rotura del eje del bombo donde se enrolla el cable del elevador.
Durante el tiempo que las personas estuvieron atrapadas, un equipo de tres bomberos entre ellos un ATS subieron hasta el mirador para calmar a las personas incomunicadas y prestarles una posible asistencia. Los servicios técnicos observaron que la revisión del ascensor se había realizado un mes antes y en dicha revisión, se había cambiado la pieza que provoco el incidente.
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