La actual Plaça dels Àngels, testigo de siglos de historia barcelonesa, ha conocido diversos nombres a lo largo de su existencia: plaza de Ángeles, Felipe Cortiella, Ángeles, Anselmo Lorenzo y Company. Sus orígenes se remontan a mediados del siglo XVI, cuando la pequeña ermita del Pie de la Cruz se erigió en este lugar.
LAS MONJAS DOMINICAS
Ante la creciente afluencia de feligreses y la evidente falta de espacio para albergarlos, la primitiva ermita fue demolida para dar paso al majestuoso convento dels Àngels. Este nuevo convento fue fundado por una comunidad de beatas dominicas procedentes de Caldes de Montbui. En 1497, adoptaron la regla de San Agustín y se convirtieron en monjas de velo negro, ocupando el convento hasta su expropiación en 1835.
En busca de un entorno más propicio para su vida religiosa, la comunidad de monjas dominicas se trasladó a Barcelona a mediados del siglo XVI. Allí, con gran fervor, emprendieron la construcción del Convento Virgen de los Ángeles, cuya iglesia fue solemnemente consagrada el 13 de enero de 1566.
Sus inicios en la Ciudad Condal estuvieron marcados por la austeridad. Las monjas subsistían principalmente de limosnas y, en un principio, no observaban una clausura estricta. Esta situación, sin embargo, chocaba con la severidad religiosa de la época, lo que generó dificultades para las religiosas catalanas. La estricta obligación de clausura impuesta por la Iglesia Católica entraba en conflicto con su estilo de vida más abierto.
A pesar de las rígidas reglas y la negativa del Concilio de Trento a reformar las normas de la vida monástica femenina, las monjas del Convento Virgen de los Ángeles no se doblegaron. Con un espíritu resiliente, mantuvieron cierto contacto con el mundo exterior. Prueba de ello son las visitas del reconocido escritor Francesc Fontanella, quien frecuentaba el convento y dejaba constancia de sus experiencias en sus poemas y cartas. Esta relación, sin embargo, no estuvo exenta de tensiones, ya que generaba roces con las autoridades religiosas y civiles de la época.
El fervor que despertaba el convento entre los habitantes del Raval no tardó en traducirse en un crecimiento del recinto. Las monjas, movidas por la necesidad de espacio, emprendieron la ampliación del convento, transformándolo en un colegio. La puerta de entrada a este nuevo espacio educativo se ubicaba en la explanada que, con el paso del tiempo, se convertiría en la Plaça dels Àngels.
La primitiva Plaça dels Àngels, en sus inicios, era un espacio mucho más reducido. A mediados del siglo XVI, cuando la ermita del Pie de la Cruz dominaba el paisaje, la plaza solo albergaba al convento de los Padres Trinitarios, fundado en el siglo XIII. Hoy en día, la calle del Peu de la Creu sirve como un recordatorio tangible de esta antigua historia, evocando el pasado con cada paso que damos por ella.
A pesar de su modernidad y de las obras que se están llevando a cabo en la actualidad, muchos visitantes de la Plaça dels Àngels ignoran la rica historia que se esconde bajo sus pies. La moderna explanada que alberga un aparcamiento subterráneo, dando servicio tanto a los residentes del barrio como a los visitantes del MACBA y el FAD, oculta un pasado como plaza con una historia fascinante, en gran medida desconocida, del Raval.
Muchos visitantes de la Plaça dels Àngels pasean por su moderna explanada sin saber que bajo sus pies se esconde una historia fascinante. La imagen actual, marcada por la arquitectura contemporánea y el aparcamiento subterráneo, contrasta con el rico pasado de este lugar, otrora plaza y antes convento.
Los acontecimientos del 25 de julio de 1835 marcaron un punto de inflexión en la historia del convento. La turba enardecida tras una corrida de toros en la plaza del Torín de la Barceloneta incendió conventos por toda la ciudad. El convento Virgen de los Ángeles no fue una excepción. Las monjas se vieron obligadas a abandonarlo, y el edificio fue expropiado, convirtiéndose en un centro correccional para hombres y mujeres.
En un giro inesperado del destino, las autoridades permitieron en 1846 el regreso de las monjas al convento que habían sido obligadas a abandonar una década antes. El edificio, que había servido como centro correccional, volvió a ser un hogar religioso y educativo. Las monjas reabrieron el colegio, dando nueva vida a la plaza que se extendía frente a él.
Durante gran parte del siglo XX, la Plaça dels Àngels permaneció como un espacio relativamente tranquilo, sin cambios significativos. La plaza, ya convertida en un punto de encuentro para los vecinos del Raval, conservaba su esencia histórica y su ambiente familiar.
El MACBA
En la década de 1990, la fisonomía de la Plaça dels Àngels experimentó un cambio radical. Las autoridades municipales, impulsadas por la idea que desde 1985 se barajaba de ubicar un nuevo museo en la zona, decidieron construir el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA).
En 1986, el entonces alcalde de la ciudad, Pasqual Maragall, confió al arquitecto estadounidense Richard Meier el diseño del nuevo museo. Inspirado en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el MACBA se convirtió en un referente de la arquitectura moderna en Barcelona. Sus líneas blancas y geométricas contrastaban con los edificios históricos de la zona, creando un diálogo armonioso entre pasado y presente.
EL NUEVO PROYECTO
La Plaça dels Àngels, testigo de siglos de historia barcelonesa, se encuentra en el umbral de una nueva transformación. El antiguo espacio destinado a la construcción del MACBA será reformado integralmente, dando paso a un entorno más verde, accesible y conectado con el barrio.
El proyecto de reurbanización, previsto para finalizar en 2027, tiene como objetivo principal convertir la Plaça dels Àngels en un oasis verde en medio de la ciudad. Se incorporarán zonas arboladas, vegetación, bancos y tumbonas, invitando a los visitantes a relajarse y disfrutar del aire libre.
Una de las novedades más destacadas será la creación de una terraza de 350 metros cuadrados, abierta al público. Este espacio, concebido como un punto de encuentro y ocio, ofrecerá unas vistas únicas del MACBA y del Raval.
La reurbanización también implicará la reubicación del nuevo CAP Raval Nord en la Capilla de la Misericordia, liberando espacio para la ampliación del MACBA. Esta ampliación permitirá al museo albergar nuevas exposiciones y actividades, consolidando su posición como referente cultural de la ciudad.
El proyecto también contempla la reurbanización de las calles adyacentes a la Plaça dels Àngels, como la Plaça de Terenci Moix y el eje comercial de la calle Joaquín Costa. El objetivo es crear un espacio más atractivo para los peatones y dinamizar la actividad comercial de la zona.
La nueva Plaça dels Àngels será un espacio inclusivo y accesible para todos. Se eliminarán las barreras arquitectónicas y se instalarán elementos de mobiliario urbano adaptados a personas con movilidad reducida.
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