Al igual que en el incipiente Paseo de Gracia, las grandes fortunas, construían sus edificios o palacetes, en el perímetro de las manzanas 39 y 40, se produjo, un efecto llamada de las grandes fortunas para poder situar en el perímetro de las dos manzanas, sus edificios y poder invertir su dinero, como negocio o como residencia particular. Y si al final el gobierno permitía realizar la plaza, el resultado sería excelente.
En el perímetro solo se construyeron edificios en los que el piso principal era el que reservaban para la familia y los otros tres pisos superiores (máxima altura autorizada por el ayuntamiento), los destinaban al alquiler, para que las grandes empresas ubicaran una oficina.
La estación Sarria construida fuera del perímetro de la muralla, que se empezó a construir en 1853 y que fue inaugurada el 25 de junio de 1863, estaba construida en superficie y los andenes ocupaban la manzana de Pelayo entre Balmes y la futura plaza de Cataluña y los trenes subían por una calle Balmes, todavía sin urbanizar.
La estación de Martorell también de superficie, estaba un poco más arriba empezaba cerca de la calle Vergara y llegaba aproximadamente a la actual Gran Vía. Esto se debía a que la actual Ronda Universidad todavía estaba abierta, El 21 de noviembre de 1883, en su página 4, La Vanguardia comunicaba, la apertura de las calles de Aribau y de Valencia y Ronda Universidad entre Balmes y plaza Cataluña, desapareciendo la estación de Martorell.
EL PRIMER EDIFICIO, LA CASA GIBERT
La primera casa construida en la manzana 40, fue la de la casa Gibert, que suponía cortar de raíz las protestas y las esperanzas de los más optimistas, ya que ante la consumación de los hechos, rápidamente se construirían nuevos edificios y ante los hechos consumados, no habría marcha atrás.

TEATRO DEL BUEN RETIRO Y CASA STRUCH
Este enfrentamiento entre el gobierno central y el ayuntamiento quedo zanjado con la autorización de la construcción en las dos manzanas. El recelo y la reticencia de la sociedad en volcarse rápidamente en la construcción de edificios, provoco que en principio solo las empresas de diversión fueran los siguientes vecinos de la zona.
En 1876, Gibert vendió los terrenos del jardín, para la construcción del teatro del Buen Retiro, primer local construido en el interior de la plaza. Fue inaugurado el 3 de junio de 1876 por los actores León Fontova y Rafael Ribas, como teatro de verano. En 1881, fue reformado, para presentar obras de teatro, zarzuela y comedia. Ocho años después, el 7 de enero de 1884, anunció que cerraba sus puertas para proceder a su derribo, para levantar la Casa Estruch. Los permisos definitivos no llegaron y el local siguió en activo con su programación hasta el otoño de 1885, en que se produjo su derribo definitivo.

La Vanguardia, en la edición del día 14 mayo 1884, en su página 3, publicaba un artículo criticando la posición de cierta parte del consistorio, en referencia a la construcción de edificios en la Plaza. Ese mismo año el 28 de octubre en su edición de la tarde, el ataque hacia el ayuntamiento era mucho más feroz, insinuando que el ayuntamiento estaba vendido.

En 1887, Josep Estruch i Comella, socio fundador del Banco de Barcelona y famoso coleccionista de armas, mando levantar en la esquina izquierda de la plaza, donde confluyen la Rambla Cataluña y la Ronda Universidad un edificio de cuatro plantas a Jaume Bernades i Mir.
Posteriormente en el lado izquierdo mando construir otro edificio de 20 metros de ancho por 10 de largo dedicado a museo, “Museo Armería Estruch”, en el que dicen se exponían más de mil quinientas piezas de armamento.
Si bien al principio por la novedad, el museo tuvo un auge grande, poco a poco fue languideciendo. Estruch cerró, la colección y la puso en venta. Fue adquirida por Georges Pauliac, un francés que se llevó la colección a Francia, hoy en día las armas, se encuentran expuestas en el “Museo de Armas” situado en los Inválidos de Paris.

El 13 de abril de 1899, el museo se convirtió por la sociedad Cinemática Internacional, en Cinematógrafo y Fonógrafo Gigantes. El 23 de septiembre, en Teatro Guiñol y Cinematógrafo, alternando cine con marionetas, cerró sus puertas el 20 de mayo de 1900, para trasladarse a un local de las Ramblas.
Hasta su derribo final, el local fue cedido por el Ayuntamiento a la Cruz Roja, para atender a los heridos de la guerra de Cuba, como dispensario ambulante. En julio de 1901, empezó su derribo, al haber sido autorizada la construcción de la Plaza Cataluña.
CASA ROSICH
En 1866 en el lado Besos y aproximadamente al final de la plaza (en el lado Fontanella) se construyó la Casa Rosich, a la que le cabe el honor de haber sido la última edificación construida en el interior de la plaza en ser derribada en, 1902. Fue el primer edificio del interior de la plaza en poner un anuncio en su parte posterior, de los célebres Cafés Tupinamba, que podía verse desde la calle Pelayo esquina Canaletas.

Su derribo se realizó el 15 de agosto de 1902, convirtiendo el acto en un espectáculo multitudinario, al que asistió el propio alcalde Manuel Fabra i Ledesma, quien en un acto simbólico hizo el acto del comienzo de la demolición lo para dar comienzo a la urbanización de la plaza.
EL CIRCO ECUESTRE ALEGRIA
En 1879, la empresa Alegría y Chiessi, obtuvo por parte del ayuntamiento, un permiso provisional para desarrollar, un espectáculo circense. Se asoció con el Circo Alegría fundado por Gil Vicente Alegría, para levantar el Circo Ecuestre, construido por Francisco Comas, fue instalado en el centro del terreno.

Fue inaugurado el 21 de mayo de 1879, con un aforo aproximado de tres mil localidades. Disponía de cuadras para los animales del circo, un café-restaurante y un patio de descanso para los espectadores. El 29 de noviembre de 1895, después de sufrir la presión municipal para liberar el espacio ocupado, al haber recibido la ciudad, autorización para construir la plaza, la empresa decidió su derribo.
La concesión para la celebración de la Exposición Internacional de Barcelona de 1888, hizo replantear al gobierno de la nación su negativa a cambiar el proyecto del Plan Cerda, por lo que promulgo una Real Orden en el Boletín Oficial, de fecha 4 de setiembre de 1886, en el que se procedía a convocar un Concurso de urbanización de la Plaza de Cataluña, conforme a las bases dadas en dicho boletín.
PANORAMA WATERLOO

Con motivo de la Exposición Internacional de 1888, frente a la calle Vergara, junto a la Casa Estruch, se instaló el Panorama de Waterloo. Un local circular, construido por Jaume Gustà, que permaneció abierto, durante dos años en medio, en su interior un inmenso lienzo de 120 x 15 metros con una superficie de 1800 m. cuadrados, obra del pintor belga Charles Verlo de la Academia de Bellas Artes de Amberes, que se complementaba con cerca de 400 figuritas y otros detalles creados por el escultor Franz Joris, con la figura del propio Napoleón, presentaba escenas de la batalla. Fue desmontada el día 4 de junio de 1890 para la construcción de la plaza.
Ese mismo año Antoni Grases Riera, mando construir su casa en la manzana 40, estaba situada, en la esquina del lado mar de la plaza, frente al Portal del Ángel y calle Fontanella, junto a la entrada del edificio del Circo Ecuestre.
CAFE DEL SIGLO XIX, LA PAJARERA
Con motivo de la Exposición de 1929, Arturo Vilaseca, descendiente de una familia dedicada a la hostelería, se puso en contacto con Manuel Gibert i Sans, para que le cediese una parte del terreno de su jardín privado, para construir, “El Café del Siglo XIX”, más conocido como la Pajarera.

La Pajarera fue inaugurada el 16 de mayo de 1888 solo cuatro días antes del comienzo de la Exposición. Entre sus clientes tuvo una serie de conocidos tertulianos, que se pasaban las tardes discutiendo de la actualidad política.
Personajes como Domènech i Montaner, Armando Vives y el mismísimo Doctor Robert, que eran clientes habituales aprovechaban las tardes para después del café, comentar los acontecimientos de la ciudad, de España y del Mundo. Otro que cuando venía a Barcelona solía entrar en las refriegas literarias por lo reñidas que resultaban era Santiago Ramón y Cajal.
La decisión del ayuntamiento, de construir la plaza, provoco el cierre prematuro de la cafetería el 22 de enero de 1895. Arturo Vilaseca hizo una serie de actos para despedirse de sus clientes, a los que regaló un programa de bolsillo en el que figuraba la fecha de inicio y cierre del Local.
1867, LA CASA SICART
Isidre Sicart i de Torrens, pertenecía a una familia indiana y era propietario de unos solares, Contrató a Pau Martorell, para construir un edificio de tres alturas en la actual calle Fontanella 1-3. Los bajos los dedicó al alquiler.

En 1903, la fachada fue reformada por Antoni María Gallissà i Soqué, la restauración (al morir Gallissà), fue concluida por Enric Fatjó i Torras, se le añadió, unos pináculos que daban un aspecto de castillo medieval. En 1875, Isidre, fue nombrado Conde de Sicart por el Papa Pio IX.
En los años 80 del siglo XX, Enric Bernat Fontlladonosa, fundador de Chupa Chups, se interesó por la compra del edificio, para construir un edificio de oficinas. El proyecto quedo suspendido al no permitirle el ayuntamiento, el derribo del edificio y de su casa particular por ser considerada de interés histórico.
En 1991, los edificios fueron adquiridos por el Corte Ingles, para derribarlos y construir la última ampliación. El único impedimento puesto por el ayuntamiento fue preservar el antiguo Mirador de la fachada del domicilio particular. En el derribo se estropeó incomprensiblemente el mirador, la solución fue colocar una burda replica de dicho elemento.
1871 CASA AGUSTÍN GOYTISOLO
El 2 de noviembre 1871, Agustín Goytisolo Lezarzaburu, que había estado toda su vida amasando una fortuna con el comercio del azúcar en Cienfuegos (Cuba), compró un terreno contiguo a la iglesia de Santa Ana, por aquel entonces calle Fontanella nº 6, con el propósito de construir una casa para vivir el resto de sus días.
Contacto con el maestro de obras Francesc Brossa i Casanovas, que a mediados de 1874, empezó la construcción del edificio. En 1876 la familia Goytisolo, tomo posesión del edificio que constaba de bajos y cuatro alturas, había costado el terreno la friolera de 271.000 pesetas el terreno y la construcción. 201.000.
En 1922 el edificio fue adquirido por la Real Asociación de Cazadores de Barcelona, que un año más tarde decidió reformarlo, derribaron la cúpula con la torre del reloj y elevaron el edificio en la parte de Rivadeneyra. Durante este tiempo los bajos son ocupados por la cervecería Múnich.
La Asociación de Cazadores, no logró los objetivos previstos y decidieron vender el edificio en 1928, al desaparecido Banco Vizcaya, que lo derribó, mandando construir uno nuevo, al arquitecto vasco Manuel Ignacio Galíndez Zabala, el cual construyó uno más acorde de las necesidades del Banco.
Con la fusión de los bancos Vizcaya y Bilbao, se decidió vender el edificio del Vizcaya, quedándose con el de la esquina de Vergara, más grande e importante. Después de varios años cerrado y con muchos proyectos que no llegaron a realizarse, fue adquirido por la multinacional Hard Rock, que adapto una parte del edificio para inaugurar su local de Barcelona en tiempos del alcalde Cros, que asistió a la inauguración.
DERRIBO DE TODAS LAS CONSTRUCCIONES

En 1892 el gobierno firmó la orden de expropiación de todas las construcciones que se habían edificado durante aquellos años en las dos manzanas. Empezando entonces, una serie de pleitos para expropiar los terrenos a aquellos propietarios que se negaban a abandonarlos.
El ayuntamiento, convocó entonces un concurso para la urbanización de la plaza, a la final llegaron tres proyectos que fueron presentados a la opinión pública el 23 de septiembre de 1893. El ayuntamiento adjudicó la obra a Pere Falques, arquitecto municipal. Los diarios de la época publicaron. (Entre ellos La Vanguardia en su página 4, de la edición del viernes, 25 junio 1897, los tres proyectos finalistas para que pudieran ser analizados por sus lectores.
Finalmente en 1901, comenzó el derribo progresivo de todos los edificios construidos, para poder empezar la primera urbanización de la Plaza. El alcalde Francesc de Paula Rius i Badía decretó y ordenó una campaña de limpieza y derribo de todas las barracas que aún quedaban en pie.
UN GRAN TERRENO SIN URBANIZAR DURANTE 6 AÑOS
Durante, seis largos años la plaza quedó sin urbanizar. El espacio era un barrizal impracticable en invierno y una incómoda nube de polvo en verano. En 1902, el arquitecto municipal Pere Falquès i Urpi, ajardino la plaza trazando dos grandes vías de veinte metros que unían la Rambla de Cataluña con el Portal del Ángel, y el Paseo de Gracia con las Ramblas; el resto estaba ocupado con parterres con magnolias, plátanos y flores diversas, el resto era un espacio de tierra perfectamente allanado. La opinión pública muy acostumbrada a poner motes a las cosas la rebautizo como la plaza de las escobas, un aspecto se mantendría hasta entrado el año 1915, en la que se volvió a pensar en realizar una nueva urbanización de la plaza, con motivo de la Exposición Universal de 1929.
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