La historia del Restaurante y Brasserie Flo empieza en 1982, cuando el grupo de restauración parisino Flo decide abrir un restaurante fuera de Francia.
Su primera intención era buscar un local céntrico y si a ser posible con un pequeño regusto de edificio antiguo y lo encontraron en los bajos de la antigua Casa fábrica Rojo-Martí de la calle Jonqueres 10, construido a mediados del siglo XVIII.
UNA CASA-FÁBRICA TEXTIL
El primitivo edificio había sido construido en 1779 por el indiano Pedro Rojo, que en 1779 construyó una fábrica textil en el lugar.
Adquirida en el siglo XIX, el edificio y la fábrica por la familia Martí, continuaron con su funcionamiento en la a casa-fábrica. Un edificio de tres plantas 50 telares, en el que llegaron a trabajar 150 trabajadores.
En 1862, Josep Martí solicitó permiso para construir una casa de planta baja y cuatro pisos sin especificar en ningún momento la finalidad que tendrías los bajos del edificio. En el proyecto se especifica que en la planta baja habrá un taller. En la fachada del edificio Martí hizo colocar sobre la puerta de entrada la fecha de la finalización del edificio 1863.
1982 LA BRASSERIE FLO
En los bajos de este edificio con un aspecto del siglo XIX, el grupo parisino Flo abrió su primer establecimiento en España. La cadena llegó a abrir 35 restaurantes en diferentes países de todo el mundo.
El Flo de Barcelona disponía de este amplio local que abrió sus puertas en diciembre de 1982, el 17 de ese mismo mes La Vanguardia en su página 59 realizaba un comentario del recién inaugurado restaurante, con palabras de elogio para su gerente Jean-Paul Bucher, para el director Patrich Chartier y el Chef Gerasd Goyon e incluso para Pierre Marti, director gerente de la empresa ADISA, la responsable del montaje de una extraordinaria cocina.
Fue tan grande el impacto que causo su inauguración en la ciudad que incluso la floristeria “Flores Plat” publicaba un anuncia para comunicar a los lectores que había sido el proveedor de la decoración del restaurante.
De grandes dimensiones con una capacidad de más de 250 clientes en los diferentes salones entre los que se encontraban aparte de las salas de comedor en general varios salones de diferente capacidad para banquetes y actos familiares.
Fue decorado en un estilo art nouveau evocaba el modernismo parisino por Antoni de Moragas i Spa nacido en Barcelona en 1941, hijo de Antoni de Moragas i Gallissà, fundador de Fomento de las Artes Decorativas, que entre otras obras realizo el monumento de l Monumento al Doctor Robert.
Del restaurante destacaban aparte del servicio, que era esplendido, una lámpara central conocida como Vaghe Stelle y a la entrada en lo que debió ser en su día la entrada a la fábrica una monumental, diversas estancias, espacios privados y comedores.
La decoración art nouveau evocaba el modernismo parisino. Antoni de Moragas y Spá fue el responsable del interiorismo en el que destacaba especialmente el modelo de lámpara conocida como Vaghe Stelle.
Y en lo que diríamos el espacio que primitivamente era un espacio entre la entrada exterior y la entrada oficial en el lado izquierdo el impresionante acuario que se encontraba el cliente antes de entrar a los comedores y que habría el apetito.
Su presentación fue con los clásicos platos de la cocina francesa mezclado con la cocina catalana: Ostras francesas. Mariscada especial. Tartar de confit de pato con piña. Arroz de bacalao y morcilla. Fideuá. Lenguado relleno de espinacas y gratinado al cava. Carpaccio de ternera con parmesano y ensalada. Steak tartar. Entrecot fileteado con tomate a la menta.
Yo particularmente tuve la suerte de comer y cenar varias veces en mi juventud y comprobé una cosa que actualmente esta prohibida.
Tanto en e Flo como en el Botafumeiro después de la cena y los postres cuando tomabas café y deseabas fumarte un puro el Maitre te encendia el puro delante de ti (y no lo hacia con la boca) era un ritual que algún no fumador para ver el encendidi del mismo pedía un puro aunque no fumase.l
Aunque en un principio el restaurante ofreció estrictamente una comida francesa especialmente tipo brasserie, con el tiempo se abrió a la cocina catalana, mediterránea y española. En su acuario podía encontrar excelente pescado o marisco listo para cocinarse.
Hace años, salir para ir a cenar en un restaurante suponía unas 4000 pesetas. Hoy se ha convertido en unos 24 euros …!ya me dirán si hoy en día se puede ir a cenar a un buen restaurante … un menú en un restaurante de 3 estrellas de 350 euros, 58.000 pesetas y no ha pasado tanto tiempo.
El restaurante fue en declive y la crisis del COVID-19 provoco su cierre y desaparición.
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