Pero no es hasta el domingo 3 de abril de 1910, que inaugura el nuevo y espacioso local junto a la Sala de Baile, con el mismo nombre de Gran Cine Bohemia, con excelente programa: “Criado y tutor”, “Don Risadlr tiene el solitario, “Máquina de coser Calmi municipal”, “Establecimientos metalúrgicos”, anunciando un cambio de programa, para el día siguiente. |
Hasta mediados de la guerra civil, el cine estuvo proyectando películas de reestreno, después como otros cines cerró sus puertas y no reabrió nuevamente (hasta haber restaurado parte de los desperfectos), el sábado 23 de diciembre de 1939, con la proyección de “Miguel Strogoff”, “Morena clara”, Dibujos y Documental. . |
Luis Cabezas (propietario), se puso en contacto con el arquitecto Pere Ricart, para que realizase una reforma integral del edificio, acondicionando el interior en el que la guerra había producido muchos desperfectos, sustituyendo las butacas, e instalando los últimos modelos de equipos sonoros de la marca “Supersond”, fue inaugurado el 17 de septiembre de 1943, con la proyección de “Recuerdo de una noche” y “Fin de semana”, Como cine Florida, abreviatura del nombre de la calle. Cerró sus puertas en 1963, para construir un nuevo edificio donde instalar el segundo Cinerama de la ciudad. |
Uno de los operadores de proyección Pere Saflent Suchet, que había entrado a trabajar en 1935. En una entrevista a final de 1988, con motivo de su jubilación, comentaba: tuve en mis manos la primera copia de “Lo que el viento se llevó”, me la dio el hijo del cónsul de Estados Unidos en Barcelona. |
También comentaba, que había empezado su carrera de operador en 1929 en la sala Catalunya de Pueblo Nuevo (Poblenou) y que el cine Florida habría podido ser suyo, cuando un día después de la guerra se encontraba con el dueño del cine en el bar del cine Kursaal (todavía no se había realizado la restauración del cine Bohemia y el dueño le dijo: “‘Te vendo el Bohemia” y yo le conteste “¿Está usted bien de la cabeza?’, y me contesto “Sí, perfectamente”, “¿Y cuánto quiere?’, ‘Te lo doy por quince mil pesetas’. Empecé a buscarlas como un loco, pero lógicamente, nadie me las prestó.
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